La Jaula de Dios Jesús Pintor Alegre El liderazgo no significa «yo soy el bueno y síganme los buenos como dice un célebre personaje, el Chapulín Colorado», dijo ayer el presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa, como para cerrar los capítulos de su propia historia que se carcome con sus resultados íntimos. Liderazgo que en este gobierno se resumió en encabezar una lucha fratricida, que ha contado en sus daños colaterales algo así como 70 mil muertos, o los 150 mil que señaló el gobierno estadunidense. Increíble asunto, que está a punto de cerrar, del que como nuestro heroico exgobernador Chirundo, Zeferino Torreblanca Galindo en su cierre de gobierno, decía no sentirse satisfecho, así Felipe de Jesús Calderón, no se siente. La heroicidad que se hunde cuando también vivimos esta época de proselitismo político, donde los hay de todo tipo, de chile, dulce y de manteca, e igual de todos los colores: tricolor, amarillo o blanquiazul.