COLUMNA

La Jaula de Dios

Jesús Pintor Alegre

Tras una jornada, para variar, sangrienta, y que nos mueve a hacer varias reflexiones, además de que escalda la inutilidad de nuestras autoridades y más específicamente de los cuerpos de seguridad, nos brinca la postura de la directora general de prevención social del delito, María Guadalupe Salgado Figueroa, que asentó ayer en una plática grabada, que es inútil el combate bala por bala, que eso no sirve de nada, pues provocará que los niños y adolescentes se gradúan pero en las filas del crimen organizado.

Para la funcionaria de seguridad Pública, se han equivocado las políticas y que lo que está ocurriendo, es el efecto contrario al que supuestamente se busca en las nuevas generaciones, estas que estarán heredando las deudas, y problemas diversos que dejamos los que pasamos antes. Tal vez haya razón.

Pero hay algo más de todo este desorden, de acuerdo a datos de un aspirante flaco a la senaduría de David Jiménez Rumbo, como es el diputado Celestino Cesáreo Guzmán, en el estado tenemos 1 millón 200 mil niños y adolescentes… a partir sólo de allí, sí que preocupa tener a un potencial ejército de fuerzas oscuras de ese volumen…

Luego entonces, ¿qué exactamente está haciendo el gobierno, nuestros diputados, nuestros presidentes municipales?, ¿qué exactamente hace el mandatario estatal e inclusive los secretarios de despacho y hasta los regidores?

Ya el procurador general de Justicia, Alberto López Rosas, aniquiló nuestras esperanzas de poder contar con la orondamente llamada Policía Investigadora Ministerial entre los que busquen la paz, pues en lo reciente declaró que será hasta 2012 cuando se tenga a una policía confiable, o sea, por lo pronto, que los ciudadanos se aguanten sus atropellos y su propia incompetencia, algo así como que si se tiene hambre, pues bueno, ¿qué tanto es tantito de algo así como cinco meses para poder comer algo?

Con la PIM no hay que contar; la policía estatal, está limitada, el Ejército ha sido relevado por la Marina por las sospechas en las que se ha visto envuelto en lo que hace a su incorruptibilidad, y la Marina, bueno, pues de acuerdo al síndico procurador Cuauhtémoc Mastachi Aguario, de nada ha servido su paso y su trabajo, pues todo sigue igual o peor que antes.

De allí que los gritos se vuelvan a dar como la del visitador general de la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos, Hipólito Lugo Cortes, sobre que las fuerzas castrenses sólo sirven para eliminar pero no trabajar con los civiles.

En pocas palabras, da lo mismo, según él, si está o no está, y que en un momento determinado, estamos peor. Luego entonces, no queda sino lo que tanto se ha proclamado: encomendarse a Dios, pues en Guerrero y si nos vamos más allá, no hay sombra capaz de proteger a estos insolados de susto, habitantes que no encuentran la salida de este laberinto tejido por nuestro heroico presidente con empleo, Felipe Calderón Hinojosa, heroico, que conste, de acuerdo a las televisoras.

En este mismo espacio, como para rematar a nuestra desolación, y como para mandarnos el mensaje de la forma de cómo la gente de la Cosa Pública, se enmaraña en sus propios enredijos, para decirnos que el pueblo debe manejarse por sí solo, rascarse pues con sus propias uñas, ayer, el ex diputado local y ex guerrillero y casi ex humano, Octaviano Santiago Dionicio, nos dijo que la Comisión de la Verdad, sólo trabajará para buscar culpables en la Guerra Sucia.

… Es decir, esa comisión que pues bueno, cuenta con otra comisión que buscará conformarla, no podrá investigar el caso de Aguas Blancas ni el Charco, claro, no se trata de meterse en camisa de once varas, ¿qué tal si en el caso del Charco encuentran alguna responsabilidad del mandatario estatal, Angel Heladio Aguirre Rivero?, ni lo mande Dios, entonces ¿quién chinacos les va a pagar su trabajo de investigación al estilo la Ley y el Orden televisivo?, ni modo que el hambriento y desesperado pueblo.

La verdad nada en los mares de la conveniencia, sólo pongamos un ejemplo: la Guerrita de Calderón ¿la está ganando?, bueno, depende de quien la pregunte será verdad, y si no se quedan conformes, pues llamaremos al diputado Faustino Soto Ramos para que presione y se nombre una comisión de la Verdad, que como nos deja la lectura Octaviano Santiago, trabajará a la carta.