lunes, 28 de noviembre de 2011

Columna

La Jaula de Dios

Jesus Alegre Pintor

El poder Chirundo vuelve a manifestarse. Como en esas extrañas películas de terror al puro estilo del Exorcista, Choky, o Laura de Todos, el anuncio se da en serio y podríamos tener entre nosotros, pobres mortales, al gran Zeferino Torreblanca Galindo. Un personaje que abrevará de nuestra sangre, igualito como lo pretende René Juárez Cisneros, otro insigne iluminado pero tricolor. Ambos buscan la senaduría por su partido de origen, el de sus amores.
 En el caso de René Juárez, por el PRI, y de nuestro jefe Chirundo, por el PAN, como ya desde hace unos tres meses se había estado anunciando en este mismo espacio. El jefe Chirundo contra todo pronóstico, que se enjuagan en los malos resultados que podría obtener si buscara la senaduría por la vía de las elecciones, según las voces, Zeferino simplemente perdería. Ese es el análisis de pronto, el de botepronto, por lo que se está buscando meterlo en la lista de los plurinominales, para que llegue sin esfuerzo. Y claro, que nos vuelva a iluminar con su divina presencia. Las voces que se alzaron ayer fueron variadas: desde el que calificó de incongruente a Zeferino Torreblanca como el secretario general del PRD, Evodio Velázquez Aguirre; hasta la extrañeza de un ex presidente del Pan estatal, como Carlos Arturo Millán Sánchez. Claro que levantó ámpula el anuncio. La reacción de unos perredistas fue de escepticismo, y hasta de miedo y escalofríos, como el caso del diputado local, MiguelÁngel Albarrán Almazán, quien de entrada no creyó en algo que debió parecerle un disparate; pero en el caso de un zeferinista de cepa, como Víctor Mojica Wences, casi se rasgó las vestiduras. Y dijo que siempre lo ha considerado el mejor gobernador del estado, pero si se va al PAN, dejaría de sentir simpatía por él, o dicho de otra forma, el amor se evaporaría. Sucedió algo muy especial con Misael Medrano Baza, el ex presidente del PRD en Guerrero y actual subsecretario de Desarrollo Rural, pues rechazó hablar sobre el tema. Sin verter argumentos sólidos, dijo que prefería no opinar. Sin embargo, este conjunto de reacciones, así, amasadas, nos deja la clara lectura de que Zeferino Torreblanca, sigue causando escándalo, y quizá ese sea el verdadero motivo de los panistas, o algunos panistas, que apuntalan la idea de volverlo su senador. Hace tiempo se ha venido esgrimiendo la idea de que en Guerrero, sólo algunos perredistas, unos cuantos, no quiere al gran Jefe Chirundo, pero el gran resto de los guerrerenses, lo aman, al menos eso dicen algunos panistas, pues han asentado que en el lugar que uno se pare de la entidad, hay cuando menos una obra de él, con su consabida placa que se adorna con una Z sin igual. No busquemos mucho, pues, el poder Chirundo lo tendremos de vuelta, para que siga chupando la sangre, perdón, para que siga iluminando a los guerrerenses, y es que el anuncio va en serio, ya el PAN de Acapulco lo ha anunciado, y zeferinistas se reunieron este sábado con su mero jefe, con la intención de hacer Chirunda otra vez, a esta entidad. Lo que indica que donde hubo fuego, cenizas quedan. Ya con René Juárez Cisneros los guerrerenses no sienten nada, pues su Sky, como le decían a la que supuestamente era su esposa, Mirna Acevedo, quien cobrara 1 millón de pesos del erario público para presentarse con él y hacer la faramalla de que era una feliz pareja, ha perdido atractivo. También no olvidemos al resto de aspirantes, esos que buscan como buitres, los despojos de lo que antes era un suculento manjar. Acá hay que decirlo claro: Zeferino Torreblanca levanta ámpula, de cierto, y el escándalo también proporciona publicidad, de allí que en el caso de la farándula, se acostumbre ese recurso para allegarse de fotos y notas gratis. Sin embargo, ya se ha escuchado la tronadera de huesos, el rechinar de dientes, el rasgado feroz de las vestimentas, y los golpes de pecho con amplios ecos, que se extienden por toda la comarca de este gran reino, ahora convertido en el país de las Maravillas, con su espacio muy especial del poder Chirundo.

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