martes, 22 de noviembre de 2011

Yo soy el Tlacololero

Héctor Contreras Organista

Yo soy el tlacololero,
hombre alegre y avispado,
en los campos de Guerrero
mi tlacolol he quemado.
Con mi chirrión yo despinto
todas las manchas de un tigre,
... aunque sea muy afamado.
Salí a la caza del tigre,
igual que lo hizo mi abuelo;
subí por El Culebreado,
bajé en la Cruz de Ixtemalco;
de Amojileca me fui
derecho a Tepozonalco,
y en vez de tigre encontré
a mi amor en Chichihualco.
Mi sombrero es de zoyate
con ahuejote adornado;
mi danza la hago enfundado
en unos gruesos costales.
Mi máscara es de copal,
me la hizo Chano González.
Mis chaparreras de cuero
y mis guaraches de tapa
danzan por el firmamento
al son del tamborilero
cuando estalla mi chirrión
y es diciembre en San Mateo.
Mis amigos son muy leales,
son gente a todo mecate;
somos como tecorrales,
o como varas de otate,
ordenados y espigados,
muy buenos en los amores
y a trabajar nadie dude,
siempre somos los mejores.
Mi mujer muele en metate
y echa memela en comal,
al Amele va en las tardes
donde la voy a esperar
para cantarle tonadas
que el viento me da al silbar;
y si se nos hace noche
las estrellas veo brillar
y su pelo me acaricia
siempre con harta bondad.
Yo soy el tlacololero,
travieso, alegre y sincero.
Entre las altas montañas
y barrancas misteriosas
forjé mi vida y las cosas
que viví desde la infancia;
son semillas en los surcos,
potreros, ganado y trancas.
Corrí parejas al viento;
sé montar y sé lazar;
sé querer y sé bailar
la «Quema del Tlacolol»,
también un «Corral de Cuatro»
o lo que toque el tambor.
Qué orgulloso yo me siento
de ser el tlacololero;
mi corazón es montaña
con música que hace el viento;
mi alma no será mañana
un mal recuerdo o un lamento.
Por ser el tlacololero
mi amor brillará por siempre;
brilla hoy y en todo tiempo.
Ya sea pena o ya sea amor,
alegre enfrento la vida,
aquí no se dobla nadie,
la tristeza es vil mentira.
Levanta temprano el alba
mi entusiasmo en el jardín,
con reseda o con jazmín,
con azahares o limón,
en mi vida la ilusión
es vivir con mucho amor.
Ya me voy a despedir,
sólo les quise contar
lo que al recordar sentí,
lo que siempre trajo mi alma:
de mis abuelos la calma,
de mis padres gran ejemplo,
me voy con mi hermano el viento,
al tlacolol ya me voy...
El sonido del pitero
nunca me podrá olvidar.
El tlacolol en Guerrero
siembra vida y amistad.
Yo soy el tlacololero,
piel quemada por el sol,
máscara cuajada en sones
y en llamas de tlacolol.
28 de agosto de 2002

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