jueves, 19 de enero de 2012

COLUMNA

La Jaula de Dios


Jesùs Pintor Alegre


El pretexto ideal que andaba buscando el gobernador,
Como todo fiel junior e hijo popis, ha utilizado su página de Facebook para su propia ociosidad, en un intento por aparecer como un redentor, que a la vez nos deja la lectura de que es un investigador frustrado, ya que tal vez antes que político, y tal vez porque su papi no le ha preguntado, ha de soñar ser director de la Policía Investigadora Ministerial, esa misma la de los tinos y los actos peliculescos.
Pues el hombre que se quedó estacionado en la adolescencia, ahora acusa a Manuel Añorve Baños de haberse robado de la campaña para gobernador, esa misma que su papi, don Rubén Fgueroa Alcocer, impulsó y patrocinó, 100 millones de pesos, dijo también que el alcalde ese del fertilizante gratuito, había efectivamente recibido dinero de la Barbie: 2 millones de dólares.
No es difícil enterarse del asunto, pues el Facebook está al alcance de todos, por lo que de igual manera, y como lo resalta La Jornada Guerrero en su edición de hoy, en una nota firmada por el jefe de redacción, Roberto Ramírez Bravo, Figueroa Smutny, utilizó el espacio virtual, para anticipar lo que se vendría, de acuerdo a la nota, con el caso Ayotzinapa.
Es decir, unas horas antes del desalojo violento donde murieron dos normalistas, es decir, el 11 de diciembre, puso: «en Guerrero pronto la realidad va a atropellar a los perdedores y farsantes». Una frase muy elocuente y que soltó infinidad de suspicacias, inclusive de sus mismo correligionarios.
Pues bueno, ahora el digno nieto del tigre de Huitzuco, arrebata cámaras y hace verter tinta a raudales, luego de leer en clara alusión a Añorve Baños: «es justo lo que un político no debe ser: ladrón, mentiroso e ineficaz, ¿con eso puede aspirar al Senado?». Vaya, si entre hermanos te veas… se asienta eficazmente que tener amigos así, en realidad no tiene precio.
La mente revolucionaria de este junior, le hizo rematar con «es tan ladrón que se roba solo, en su campaña a gobernador se robó 100 millones de pesos que no metió a la campaña, contribuyendo con eso a la derrota suya y del PRI a la elección de gobernador».
Y encimó un mensaje que hace suponer que no lee los comentarios que allí le dejan: «Añorve, no me mandes mensajes con Vicario Castrajeón, si tienes algo que decirme tienes mis números. ¡Narcopresidente!»… claro que es un pretexto ideal, por supuesto que Aguirre Rivero, sus asesores y su área de comunicación social tiene la hebra del hilo, aunque bueno, si reaccionan como lo hicieron con el caso Ayotzinapa, bueno, poco se puede decir entonces.
Rubén Figueroa Smutny, hay que decirlo, es un personaje que por bendición de su padre, con la idea de que siga con la tradición familiar de seguir mandando en Guerrero, ahora lo ponen en la lista de los posibles candidatos a la senaduría, igual que otra persona casi del mismo talante que el Smutny: Claudia Ruiz Massieu, o sea la nueva sangre que ya nació atoluda o algo por el estilo.
En el PRI gracias a Figueroa Smutny, se está dejando un mal sabor de boca. Lo mejor que podrían hacer los jerarcas priistas, sería decirle que se callara este junior, pues el caldo gordo se lo hace a otros, es decir, calladito se ve más bonito, maniatarlo y esbozarlo, además de meterlo con camisa de fuerza en un cuarto acolchado, para evitar que se hiciera daño, sería más útil al tricolor.
Con estas actitudes, el genial Figueroa Smutny, desnuda las porquerías de que está hecho el PRI, enladrilla palmo a palmo, las formas asquerosas en que se conducen los del tricolor, o al menos, los jerarcas. Las formas nada honrosas en que jugó el PRI y Añorve Baños para gobernador, hay que decirlo, ya era un secreto a voces, la gente ya tenía la sospecha y los medios lo habían divulgado, pero Smutny se encargó de tener la seguridad.
¿De qué se trata? La verdad es que debe andar despistado este personaje, ya entrado en años pero que carga el complejo de puberto, quien por cierto, calificó a Manuel Añorve de narcopriista, habría que preguntarle qué exactamente significa eso. A este paso, si bien los Figueroa Figueroa y Figueroa Alcocer se encargaron de levantar su poder en la entidad, ya tienen a un enterrador. Pues allí su Caín, que lo celebre quien desee celebrarlo.
Ángel Heladio Aguirre Rivero para que por fin ya se olvidaran del abrumador caso Ayotzinapa, lo ha dado el genial y siempre brillante Rubén Figueroa Smutny, ese mismo que todo el tiempo ha vivido bajo la sombra de su padre y bajo las enaguas de la inutilidad.

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