jueves, 7 de junio de 2012

COLUMNA

Cosmos


Héctor Contreras Organista


El domingo próximo, el 10 de junio de 2012 se cumplirán 77 años que comenzó a funcionar el programa de recuperación conocido mundialmente como Alcohólicos Anónimos o AA para las personas con problemas de alcoholismo. Ello ocurrió en Akron, Ohio, Estados Unidos de Norteamérica merced a que dos bebedores unieron sus experiencias y decidieron dejar de embrutecerse con la ingesta de alcohol.
Transmitir su experiencia como ex bebedores a alcohólicos activos fue el hallazgo que al paso de casi ochenta años ha cambiado la vida a millones de hombres y mujeres que cayeron víctimas del consumo de alcohol. Gracias a la acción de estos hombres cuyos nombres perviven en la historia de AA y que son conocidos como Bill W. y Dr. Bob es como se puso un alto al consumo de bebidas embriagantes en el mundo y, en consecuencia, mucha gente salvó la vida y no sólo eso: recomenzó a ser útil a sí mismo, a su familia y a la sociedad de la que se habían separado.
Es decir: Hallaron el eslabón perdido que en la larga noche de los siglos agredió terriblemente a la humanidad, esa humanidad que no encontraba la forma de enfrentar y vencer lo que la medicina diagnosticó después como enfermedad: La enfermedad del alcoholismo. La historia que de su agrupación los miembros de Alcohólicos Anónimos se han encargado en difundir en estos 77 años se ha divulgado en todos los medios de comunicación y gracias a ello infinidad de hombres y mujeres han logrado salvar la vida transformándola y consecuentemente la de sus familias.
Antes del nacimiento o creación del programa de recuperación a que hacemos referencia hubo otro movimiento muy importante que fue conocido en Europa como «Grupos Oxford» fundado por Frank Buchman. Se sabe que su actividad fue de carácter religioso y que tomó principios del cristianismo del Primer Siglo. Llegó a tal grado su éxito que se trasladó a los Estados Unidos de Norteamérica donde tanto Bill W. como el Dr. Bob tuvieron conocimiento de él y participaron en no pocas sesiones.
Los Grupos Oxford adoptaron sus propios principios derivados de la religión y establecieron la práctica de una disciplina férrea que usaron miles de personas para transformar su vida. El Dr. Bob y su esposa Anna vivían en Akron, Ohio. Bill W. era corredor de la Bolsa de Valores en Nueva York y su esposa era Luisa o Lois. Pero uno y otro agobiados por el alto consumo de alcohol prácticamente habían perdido sus empleos.
Un miembro de los Grupos Oxford de Nueva York al que la historia de AA registra con el nombre de Ebby, llamó por teléfono a Bill W. Habían sido compañeros en la universidad pero Bill se sorprendió de la llamada telefónica de su amigo porque sabía que semanas antes Ebby, víctima también del alcoholismo había estado a punto de ser encerrado en un manicomio por la locura que le produjo la ingesta de alcohol. Cuando ocurrió esa comunicación Bill W. estaba ebrio e invitó a Ebby para que lo visitara en su casa «para recordar viejos tiempos».
Cuando Ebby llamó a la puerta de Bill W. este se sorprendió al ver no al borrachín que esperaba sino a un hombre sobrio y bien vestido y saludándolo con una amplia sonrisa. ¿Qué te pasó? Le preguntó Bill. Pásame la formulita. Ebby le hizo el relato de su ingreso a una iglesia conocida como La Iglesia del Calvario donde un ministro religioso, Sam Shoemaker les invitaba a practicar los principios de los Grupos Oxford y fue así como había dejado de beber, invitado por Roland H. quien en su desesperación por el consumo de alcohol había viajado a Europa para consultar al famoso Médico Carl G. Jung quien arriesgando su prestigio dijo a Roland que solamente un acto providencial haría posible que dejara de beber, lo que no lograría la medicina porque todavía en 1934 no se inventaba «cura para el alcoholismo».
Mientras tanto el Dr. Bob, radicado en Akron y apoyado por su esposa Anna hacía esfuerzos supremos para dejar de beber. El era proctólogo y asistía con regularidad a las sesiones de los Grupos Oxford de aquella ciudad pero volvía a los tragos. Bill W. acudió a la iglesia de El Calvario pero fue en estado de ebriedad, pese a ello algo captó de lo que ahí se dijo e inclusive se atrevió a hablar de su alcoholismo y le vino un arrepentimiento, prometiendo que jamás volvería a beber. Tiempo después su amigo Ebby le recordó sus palabras pero a Bill W. se le olvidó lo que ocurrió esa ocasión.
Su esposa Luisa o Lois lo había llevado varias veces al Hospital Charles B. Twons de Nueva York donde el médico William D. Silkworth lo atendía. Fue una noche de invierno de 1934 cuando internado en una habitación de ese hospital y agobiado por la desesperación que le provocó el alcoholismo Bill W. exclamó: ¡Si existe un Dios, que se manifieste! Tiempo después narró en el libro de texto de los AA: Alcohólicos Anónimos, que de pronto sintió una paz y un aire fresco como de montaña y que una luz blanca iluminó su cuarto. Llamó a su médico, le explicó lo que había experimentado y le preguntó: ¿Me estaré volviendo loco, doctor?
No, respondió. Siga usted tratando de seguir sintiendo lo ocurrido porque sólo así dejará de beber. Más adelante Ebby le llevó un libro: Variedades de Experiencias Religiosas, de William James y supo lo que le sucedió, tuvo una experiencia de carácter espiritual. Durante medio año aproximadamente trató de que otros alcohólicos dejaran de beber pero no lo logró. Consultó a su médico y éste le dijo que no les hablara de su experiencia en el hospital sino de sus sufrimientos como alcohólico, que eso podría beneficiarle a él y a otros muchos con quienes hablara.
Porque tuvo una oportunidad de trabajo se trasladó a Akron, Ohio y en mayo de 1935 tuvo nuevamente ganas de beber pero en lugar de ello buscaba un alcohólico con quien hablar. Fue así que Henrietta Seiberling lo llevó a casa del Dr. Bob donde se conocieron y hablaron sobre el tema. Bob había estado borracho una noche antes, el Día de las Madres, e iba con secuelas de su embriaguez. Dijo a su esposa y a Henrietta que no lo escucharía más de diez minutos pero hablaron por horas.
Y vaya que los dos hombres sabían de lo que hablaban. El Dr. Bob dejó de beber el 10 de junio de 1935, después de haber practicado una operación quirúrgica y comenzaron a pasar el Mensaje a otros muchos alcohólicos que dejaron de beber. En 1938 adoptaron los principios del Grupo Oxford pero ya en un programa definido para la recuperación de alcohólicos, sin aspectos dogmáticos sino más bien espirituales. La semilla que sembraron dio origen a un programa de 12 Pasos de Recuperación y 12 Tradiciones para el funcionamiento de grupos. El programa se propagó por todo el mundo y hoy gracias a ellos millones de seres humanos han dejado de beber.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Muchas gracias por leer La Crónica, Vespertino de Chilpancingo, Realice su comentario.