miércoles, 4 de julio de 2012

COLUMNA

Ni victoria permanente ni derrota para siempre


Alberto Mojica Mojica


En general, los resultados de las elecciones de este 1 de julio –federales y locales en nuestro estado– no constituyeron una sorpresa, pues no hicieron más que confirmar lo que ya anunciaban las encuestas: entre otras cosas, que Guerrero sigue siendo perredista.
A las 6 de la tarde de este lunes 2 de julio, las cifras del Programa de Resultados Preliminares del IFE y del IEEG anunciaban que los 9 diputados federales serán del PRD y que 21 de los 28 diputados locales de mayoría serán de la izquierda (del PRD solo o en coalición con PT y MC), al igual que 44 de los 81 presidentes municipales y dos de los tres senadores de mayoría.
Es un buen panorama para el gobernador Ángel Heladio Aguirre Rivero, pues significa que gozará de excelentes niveles de gobernabilidad (en su relación con el Congreso local) y de influencia y atención en el Poder Legislativo federal, y una posición de fluida comunicación y sinergia con la mayoría de los presidentes municipales.
Y para redondear esta circunstancia política (excelente para el mandatario, pero buena para la entidad, por todo lo que implica en atención, gestión, apoyo y financiamiento federal), está la amistad que Aguirre Rivero supo mantener con el vencedor de la elección presidencial, Enrique Peña Nieto, desde que era gobernador del estado de México y a lo largo del proceso electoral, a pesar de todos los pesares.
¿Cuántos de estos buenos resultados se deben a la fuerza política del aguirrismo y cuántos a la fuerza del PRD, el partido que lo postuló al poder? Ésa es una pregunta de respuesta nada fácil, pues tan arriesgado es afirmar que el gobernador le debe la gubernatura al sol azteca como afirmar lo contrario. Podría decirse, entonces, que a ambos los une una relación de tipo simbiótico, en la que cada uno hace aportes a la alianza, y en esa medida se beneficia.
Por eso, quienes toman las decisiones en el PRI han de estar dándose de topes contra la pared, pues por un capricho –que no otra cosa fue– dejaron ir a la mejor carta que tenían para la gubernatura de Guerrero. Y ahí están los resultados.
Por lo demás, la votación de este domingo mostró un electorado más participativo (con 60 por ciento de concurrencia a las urnas), más maduro, más informado y más selectivo, pues en no pocos casos votó de manera diferenciada, es decir por candidatos de un partido en un puesto y de un partido distinto en otro.
Así ocurrió con claridad en Tlapa, Zihuatanejo, Chilpancingo, Coyuca de Catalán, Chilapa, Atlixtac, Iguala y Pungarabato, donde los alcaldes serán de un partido, los diputados locales de otro y los federales de uno de ambos o de otro.
Acapulco y Chilpancingo merecen comentario aparte. En el primer caso, el diputado por el distrito 09 federal será del PRD, pero el diputado por el distrito 09 local será del PRI-PVEM. En el segundo, la capital del estado, tradicionalmente priista, los dos diputados locales y el federal serán del PRD, mientras que el alcalde será del PRI.
SON LOS NUEVOS TIEMPOS DE MÉXICO.
A las 6 de la tarde de este lunes, según el Programa de Resultados Electorales Preliminares del IFE, Enrique Peña Nieto tenía en su cuenta 18 millones 449 mil 877 votos, equivalentes a 38.08 por ciento de los votos contabilizados hasta ese momento, asentados en 96.72 por ciento de las actas de escrutinio de la elección de presidente de México de un día antes.
Su más cercano competidor, Andrés Manuel López Obrador, acumulaba 15 millones 351 mil 692 votos, equivalentes a 31.68 por ciento de los votos computados hasta esa hora, 6.4 puntos porcentuales menos que el puntero.
Esas cifras ya no sufrirían variaciones importantes, si se considera que sólo faltaba por capturar 3.28 por ciento de las actas que se levantaron en la jornada electoral, de modo que podemos decir que no habrá conteo voto por voto y casilla por casilla, pues la ley prevé esta posibilidad solo cuando la diferencia entre el primero y el segundo lugares sea menor a un punto porcentual.
Poco después de saberse esos datos, dijo López Obrador que todas las actas se tienen que revisar. Y, en efecto, eso sucederá a partir de este miércoles 4, pero en los 300 consejos distritales, operación de la cual surgirán los datos oficiales acerca de la jornada electoral.
Si el presidente de la República fuera elegido en Guerrero, López Obrador habría ganado la elección, pues a esa hora había acumulado en esta entidad 600 mil 827 votos, contra 482 mil 327 de Enrique Peña Nieto.
En cuanto a la elección de senadores, también la izquierda se impuso a las otras expresiones, pues la fórmula postulada por la coalición PRD-PT-MC se alzó con la victoria, y el PRI quedó como primera minoría, lo cual significa que Claudia Ruiz Massieu Salinas no llegará al Senado (lamentablemente, pues fue una excelente candidata). Y de ese modo entrarán los dos integrantes de la fórmula ganadora, los izquierdistas Armando Ríos Piter y Sofío Ramírez Hernández, y el primer lugar de la primera minoría, René Juárez Cisneros.
Pero nadie puede dar por muerto al PRI en Guerrero –menos ahora que recuperó la presidencia de la República–, pues en la elección de ayuntamientos obtuvo 477 mil 698 votos en todo el estado, mientras el PRD logró 538 mil 920; una diferencia de apenas 61 mil 222 sufragios, cantidad que el tricolor podría revertir en la próxima elección si postula a sus mejores candidatos. Con suerte, esta vez sí aprendió la lección.
albertomojicamojica@hotmail.com

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