jueves, 5 de diciembre de 2013

COLUMNA

Sin Concesiones

Armando Patrón

 A pesar de que el Presidente Municipal de Iguala de la Independencia, José Luis Abarca,  está señalado por uno de los sobrevivientes de la pasada masacre, Nicolás Mendoza Villa, de ser el autor intelectual del asesinato del luchador social Arturo Hernández Carmona, y otros dos integrantes de la Unidad Popular, sus compañeros militantes de la corriente Nueva Izquierda, se empeñan en defenderlo, a costa de su ya deteriorada imagen a nivel nacional.

Esa defensa a ultranza, pone de manifiesto que a ese corrupto  grupo perredista, le interesa más el bienestar de sus integrantes, que el de la sociedad en general. No están para cambiar o pugnar por la defensa de los derechos humanos, sino por la transgresión hacia los diferentes líderes de organizaciones sociales de la entidad.
El grupo que está encabezado y dirigido en el estado de Guerrero, por el diputado federal, Sebastián de la Rosa Peláez, un siniestro personaje de la política, convenenciero, cochupero y traidor de las causas populares, defenderá por todos los medios al sospechoso del asesinato de Arturo Hernández Cardona, sobre todo porque no quiere que su presencia política en esa zona disminuya o desaparezca.
Desde un principio el alcalde de Iguala, José Luis Abarca Velázquez, fue señalado por ser el autor intelectual del asesinato, porque era el único político con el que había tenido problemas el ahora desaparecido luchador social, y porque sus nexos con la delincuencia eran de sobra conocidos, y por eso pretendió responsabilizar al grupo de los “rojos”, quienes no tienen influencia en esa zona.
En reiteradas ocasiones el alcalde de Iguala, amenazó al dirigente social con reprimirlo, y era muy comentado en ese municipio que parte de su familia cobraba en el cabildo y en el crimen organizado.
A Nueva Izquierda no le interesa defender a la sociedad guerrerense, por el contrario está en contra de la solución de los problemas que le aquejan, y por ello, Sebastián de la Rosa Peláez, opera para que no sea desaforado el alcalde de Iguala, José Luis Abarca y rinda declaración, y se ponga a las órdenes de la justicia, ya sin fuero.
El grupo de Nueva Izquierda en días pasados votó por la creación de la policía rural, un cuerpo parapoliciaco, financiado por el gobierno del estado, cuyo objetivo único es desaparecer a la Policía Comunitaria. Ahora sólo tendremos que invocar al “Chapulín Colorado”.
Quién se va a integrar a la Policía Rural, si nadie quiere ser en estos momentos Policía Preventivo o Policía del Estado, por el riesgo que implica pertenecer a ellas. Pues los puros maleantes.

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