lunes, 11 de agosto de 2014

COLUMNA

Chilpancinguense distinguida

Apolinar Castrejón Marino

En la Ciudad de Chilpancingo, hay un teatro que lleva por nombre María Luisa Ocampo, que fue una mujer emprendedora y altruista, a quien se deben muchos beneficios en todo el país, que realizó desde los importantes cargos que ocupó en la Contraloría General de la Nación y en la Secretaría de Agricultura.


Fue jefa del Departamento de Bibliotecas de la Secretaría de Educación Pública y Subdirectora de la Escuela de Bibliotecarios. Gracias a ello, la pequeña ciudad de Tixtla, cuenta con una importante biblioteca pública, que fue fundada cuando solo había 22 bibliotecas en todo el país.
Por cierto que todas las bibliotecas públicas están numeradas. En la actualidad hay algo así como 7235, y la siguiente que se funde, llevará el número 7236. Vea usted en el lugar donde vive, seguramente habrá una biblioteca pública, y tendrá un número; eso indica inequívocamente cuando fue inaugurada.
María Luisa Ocampo Heredia el 24 de noviembre de 1899 nació en Chilpancingo, Gro. Sus padres fueron Melchor R. Ocampo e Isaura Heredia y tuvo una hermana llamada Gloria.
Inició la educación primaria en el pueblo minero de El Oro, en el  Estado de México y debido a que su padre era cambiado constantemente debido a su trabajo, se mudaron a Tixtla, en donde continuó sus estudios e hizo importantes amistades con gente como la maestra Beatriz Hernández García, quien posteriormente destacaría como escritora, activista política y educadora.
La familia se asentó definitivamente en la capital del país y ahí estudió en la Escuela Nacional Preparatoria. Continuó sus estudios en la Escuela Superior de Comercio y Administración, y posteriormente cursó la carrera de Filosofía y Letras en la Universidad Nacional Autónoma de México.
Se dedicó a escribir obras teatrales, y en 1923 se estrenó su obra Cosas de la vida, con mucho éxito, en el Teatro Virginia Fábregas, por la compañía de María Teresa Montoya.
Su hermana Gloria se convirtió en actriz y ambas se apoyaban en sus intereses. Se unieron al grupo de “Los siete autores”, llamado también “Los Pirandellos”. María Luisa continuó en el género teatral, con las obras: La hoguera (1924); La jauría (1925) y Sin alas (1925, en colaboración con Ricardo Parada León).
Continuó con: Puedes irte; Las máscaras y Sed en el desierto (1929); La quimera (1931); Castillos en el aire (1931); El corrido de Juan Saavedra (1929, cuya escenografía hizo Diego Rivera); La casa en ruinas (1936, estrenada en el Palacio de Bellas Artes); Una vida de mujer (1938);La virgen fuerte (1942); Mascaradas (1953); Al otro día (1955).
Tradujo la obra de Eugene O. Neill, El deseo bajo los olmos, y adaptó para su puesta en escena Los hermanos Karamazov de Fëdor Dostoyevski. Tuvo especial predilección por el impulso de autores nacionales, a tal grado que al obtener el premio mayor de la Lotería Nacional, en 1925, lo donó íntegro al fomento del teatro mexicano.
También fue prolífera escritora de novelas: Bajo el fuego (1947), Premio Ignacio Manuel Altamirano otorgado por el Gobierno del general Baltasar R. Leyva Mancilla; La maestrita (inspirada en la vida de la revolucionaria potosina Dolores Jiménez Muro); Ha muerto el doctor Benavides (1954); Atitlayapan (1955); Sombras en la arena (1957); El señor de Altamira (1963), y Una tarde de agosto (1966). 
Escribió las crónicas Diez días en Yucatán (1941), y Don Porfirio en Chilpancingo; y Biografía de Carmen Serdán. Fue directora de revistas de carácter bibliográfico de El volante del libro y El pueblo. En colaboración con Salvador Ortiz Vidales, realizó Guía de bibliotecas en el D. F. 
María Luisa Ocampo murió en la Ciudad de México el 15 de agosto de 1974. El gobierno del Estado de Guerrero construyó un teatro que se ubica junto a los márgenes del canal de encauzamiento del Rio Huacapa, al cual impuso su nombre en su honor, el cual después de unos 30 años de funcionamiento se encuentra sub utilizado, y también porque en la actualidad funciona el Auditorio Estatal, ubicado en la zona comercial al sur de la ciudad, a donde concurre mucha gente.

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