martes, 4 de noviembre de 2014

COLUMNA

Sin Concesiones

Armando Patrón

-Un tonto en la gubernatura
El dirigente universitario Salvador Rogelio Ortega Martinez, asiduo a la grilla en el Alma Mater, que no a la academia, porque jamás ha estado impartiendo cátedra, fue colocado en la gubernatura por el ex gobernador Angel Aguirre Rivero y por el Presidente de la República Enrique Peña Nieto, para darle continuidad a la política de represión, de exclusión y para desviar la atención sobre la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa.

Desde sus años mozos al frente de la Federación Estudiantil Universitaria Guerrerense, Salvador Rogelio Ortega Martínez, ha sido un hombre del sistema. Su vocación derechista y su afición por los lujos, lo convirtieron en un personaje burocrático que junto con su grupo de amigos tiene postrada a la Universidad. La estrategia la desnudó Sebastián de la Rosa Peláez, el mismo que dio el respaldo al ex presidente municipal de Iguala un día después de la masacre, cuando declaró que la propuesta de Salvador Rogelio Ortega Martínez, era de él y de su corriente “Los Chuchos”, a la cual también pertenecía el hoy reo José Luis Abarca Velázquez. 
Su tesis de maestría titulada “Cómo hacer una maestría en España y no morir en el intento”, pintan fielmente su vocación por la frivolidad y el dinero. Siempre a lo largo de su carrera dentro de la Universidad, sus actividades  han estado ligadas a la grilla. No se le reconocen méritos importantes y mucho menos sobresalientes. Es un hombre del sistema, incapaz, dócil, manipulable, supeditado y disciplinado. Es un personaje sin capacidad, sin interlocución. Sus fracasos para arribar a la rectoría de la Universidad Autónoma de Guerrero,  así lo demuestran.
Desde su arribo a la gubernatura, su objetivo fue el de continuar con la política de omisión, en lugar de buscar a los normalistas de Ayotzinapa para dar con el paradero de los 43 estudiantes desaparecidos, se dedicó a realizar discursos llenos de promesas,  y reuniones con otros sectores sociales. Mientras tanto la política de comunicación social de su gobierno, continuaba con las críticas y campañas de linchamiento en contra de los normalistas de Ayotzinapa y la Ceteg. Hasta el día de hoy continúan y en algunos casos se han agudizado. 
Salvador Rogelio Ortega Martínez muestra su carácter represivo e insensible, al desatar una campaña en contra de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación y de organismos de derechos humanos como Tlalchinolan, al señalarlos como radicales e intransigentes, además de que dice, manipulan a los estudiantes, llamándolos  con ello, ignorantes, tontos y fáciles de manipular y negociar. Los Estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, no son tontos, ni mucho menos negocian y traicionan sus principios e ideales.
Salvador Rogelio Ortega Martínez no llegó a la gubernatura para localizar a los 43 estudiantes desaparecidos. Arribó para desviar la atención, para ocultar la masacre, para corromper. Esas fueron las órdenes de la dirigencia del PRD y de Peña Nieto. 
Lo más deseable es la desaparición de poderes. Y además Rogelio Ortega Martínez, no es la Universidad, porque en el Alma Mater hay personas sensibles y con vocación humanitaria.

1 comentario:

  1. QUE HAY DE SU RELACION CON LA GUERRILLA COLOMBIANA, FLORENCIO SALAZAR DEBE TENER INFORMACION.

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