miércoles, 3 de diciembre de 2014

COLUMNA

Lectura Política

Noé Mondragón Norato

 ¿Son 43 realmente los desaparecidos?
Más allá de la condena, el dolor y la tragedia provocados por la desaparición de los 43 estudiantes de la normal rural de Ayotzinapa –que ya cumplieron más de dos meses-, lo que ha metido mucho ruido últimamente a la agenda social, no solo está relacionado con la infiltración de grupos de anarquistas cuyos métodos violentos desprestigian la lucha que los padres de familia agraviados y las organizaciones sociales, han venido realizando de manera sistemática, a fin de exigir su presentación con vida; sino sobre todo si el número de los estudiantes desaparecidos es en realidad menor a 43. Las pistas que han brotado así lo estarían confirmando. O por lo menos, metiendo al debate público dudas razonables al respecto. Hay que pulsarlas.

LA CIFRA 43 QUE SE TAMBALEA.- Al grito recurrente de “¡vivos se los llevaron, vivos los queremos!”, el movimiento social surgido de los lamentables hechos de Iguala, ha nutrido la percepción de que son 43 los estudiantes desaparecidos. Y progresivamente, se ha legitimado esa cifra. Pero hay algunos eventos que estarían desmintiéndola: 1.- El padre de familia, Francisco Javier Sebastián García, originario de Apango, municipio de Mártir de Cuilapan, declaró ante la Fiscalía General del Estado de Guerrero, que uno de los que aparece en la foto de los 43 normalistas es su hijo Eduardo Ayafredt Sebastián Salgado, y no está desaparecido. Admite eso sí, que su vástago ingresó por un periodo de dos meses a esa escuela y que durante ese lapso “no recibió ni una clase, pues sólo los ponían a ejercitarse y se lo llevaban a viajes sin su permiso y como tenía una lesión en la rodilla, decidimos sacarlo”. Dijo que trató aclarar la situación con uno de los líderes normalistas apodado “La Parca”, pero este adujo que “no tenía tiempo para atenderlo”. Fue entonces cuando lo presentó ante la Delegación de Derechos Humanos, solicitando el retiro de la foto de su hijo de ese cartel. Pero sigue apareciendo. 2.- Desde el pasado 14 de noviembre circula en las redes sociales una imagen que perturba. Corresponde presumiblemente, a la de Daniel Aguila Zavala, uno de los 43 estudiantes desaparecidos. En primer plano aparece posando junto a su foto que se muestra de fondo en blanco y negro, adornada con la leyenda ¡Vivos se los llevaron! ¡Vivos los queremos! Hasta el momento, ninguna autoridad ni los propios normalistas ni los padres de los demás estudiantes desaparecidos, han fijado postura al respecto. Y eso le mete mucho ruido a la credibilidad de la cifra. Y de la presión. 3.- Si se mira bien, los primeros delincuentes detenidos de la organización criminal Guerreros Unidos, y a quien se  les atribuye haber levantado a los estudiantes de Ayotzinapa, nunca reconocieron la detención de 43. Los sicarios Martín Alejandro Maceda y Marco Antonio Ríos, admitieron el pasado 5 de octubre, “haber detenido por órdenes del encargado de seguridad pública en Iguala, Francisco Salgado Valladares a 17 estudiantes, llevarlos a la parte alta de un cerro en Pueblo Viejo, donde tienen fosas clandestinas, y haberlos asesinado por órdenes de El Chucky”. La versión posterior del titular de la PGR, Jesús Murillo Karam, sobre los hechos criminales en el basurero de Cocula, ya reconoció a los 43. Pero sin pruebas tangibles sobre dicho número. La zozobra y el desconcierto aparecieron de nuevo. 4.- La normal rural de Ayotzinapa es una caja fuerte. Una organización cerrada a la secrecía. No se sabe quiénes son ni cómo se llaman los líderes que mueven al grueso de los estudiantes a las manifestaciones públicas, al secuestro de autobuses, autopistas y casetas de cobro. La amenaza para guardar esa información llega incluso, hasta los trabajadores de menor rango que ahí laboran. Aun así, trasciende que la cifra de los estudiantes desaparecidos podría ser mucho menor a los 43. El punto es que ni las autoridades estatales y federales, se han dado a la tarea de verificar la autenticidad del número. No existe el trabajo de inteligencia. La cifra simplemente, se marcó y se quedó. Y para efectos de la presión política es pertinente que siga permaneciendo inalterable. Porque si los gobiernos y los partidos políticos mienten y engañan. ¿Por qué razón no habría de hacerlo el movimiento social? Simples valores entendidos.
HOJEADAS DE PÁGINAS…Para efectos de la competencia electoral en puerta, en el PRD quedó encendida la luz del senador Sofio Ramírez Hernández. Y en el partido Movimiento Ciudadano (MC) y el Partido del Trabajo (PT), el edil de Acapulco, Luis Walton Aburto. A ellos dos quedó reducida la pelea real para unificar una eventual alianza partidista de toda la izquierda. Y si los chuchos de NI la revientan, lo único que harían es abrirle paso al PRI en el trayecto a su previsible retorno al gobierno estatal.
dragonato@hotmail.com

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