lunes, 2 de marzo de 2015

COLUMNA

Lectura Política

Noé  Mondragón Norato

Excluir a unos y premiar a otros
En el PRD, la extirpación de aquellos personajes presumiblemente, ligados al crimen organizado se hace de manera selectiva. En aras de vender una imagen de pulcritud ante los votantes con la mira puesta en la próxima elección del 7 de junio, la tribu los chuchos de Nueva Izquierda (NI) dejó fuera a unos y a los consentidos los incluyó en el reparto del poder. Generosos, les abrieron la puerta. Lo cual por supuesto, le abona a los escenarios electorales de desastre. Nada más es cuestión de pulsar la radiografía.

A LOS AMIGOS, JUSTICIA Y GRACIA.- La tribu los chuchos dejó fuera de la pelea por la candidatura a la diputación federal por el distrito siete, al actual presidente de la Comisión de Gobierno del Congreso local, Bernardo Ortega Jiménez. En los medios de comunicación se han ventilado reiteradamente, los lazos familiares entre dicho personaje y el cartel de Los Ardillos que opera en la región de Quechultenango y Chilapa. También excluyeron de la diputación local por el distrito 17, al edil de Coyuca de Catalán y ex priísta, Rey Hilario Serrano, a quien también la PGR filtró su nombre como uno de los alcaldes que mantenían presuntos vínculos con el delito. Por este motivo, Hilario Serrano se presentó voluntariamente a declarar ante dicha instancia. Pero ni eso le ayudó para conseguir su siguiente objetivo político. Pero hay otros dos personajes que sí lo están logrando, pese a los estigmas políticos que arrastran. 1.- El diputado federal Sebastián de la Rosa Peláez, fue uno de los principales impulsores políticos del ex edil de Iguala, José Luis Abarca Velázquez. Los hechos violentos ocurridos en ese  municipio el pasado 26 y 27 de septiembre, acabaron con las carreras de muchos personajes que lo apoyaron. Entre ellos, el ex candidato del Morena a gobernador, Lázaro Mazón Alonso. Pero Sebastián siguió moviéndose. Increíblemente, se metió al proceso que designó al gobernador interino Salvador Rogelio Ortega Martínez. Luego, se postuló como aspirante a gobernador por su tribu NI y por su organización, la Coalición de Organizaciones Democráticas, Urbanas y Campesinas (Coduc). Desde luego, lo hizo con el fin de no quedarse fuera del reparto político. Hoy, aparece en la lista de los aspirantes a diputados locales plurinominales. Ya no le interesa competir en las urnas. Evalúa que su “eficaz” desempeño político le alcanza para eso y más. Y la tribu los chuchos avala sus pretensiones de poder. Lejos de excluirlo, le da calor y abrigo. La máxima juarista de “a los amigos justica y gracia; a los enemigos la ley a secas” aplicada en todo su esplendor. Y el círculo cercano a los chuchos, se refocilan y frotan las manos ante la cercanía de obtener más poder. 2.- Otro de los beneficiarios de estos arreglos en lo oscurito, es el ex dirigente estatal del PRD, Carlos Reyes Torres. Su desempeñó como tal, no fue bueno. De hecho, rayó en lo oscuro tirándole a gris. Pero eso no es lo realmente interesante. Reyes Torres fue señalado por el presidiario ex líder de la organización delictiva, Los Caballeros Templarios, Servando Gómez Martínez, La Tuta, de mantener algunos acuerdos con el dirigente del cartel Jalisco Nueva Generación, Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho. La revelación involucró a su hermano y edil de La Unión, Crescencio Reyes Torres. Pero lejos de recibir exclusión política, Carlos Reyes Torres parece recibir beneficio. Lo arropa su tribu, el Grupo Guerrero (GG), liderado por el inefable, David Jiménez Rumbo. Y por esa vía, ya se le ve instalado en la diputación federal plurinominal. Y no solo es él. Su hermano Crescencio, pelea con fuerza la diputación local por el distrito 12, que abarca el municipio de Zihuatanejo. Saltará de la alcaldía a la diputación local. Y de ahí, lo que venga. La tribu los chuchos de NI, pacta y acuerda con las demás sin importarles en realidad, los antecedentes de quienes serán postulados a diversos cargos de elección popular. Da y quita priorizando la negociación interna con las tribus más fuertes, no la imagen que ofertarán hacia el exterior. Eso sigue sin ser una prioridad. De ahí podría incubarse su perdición. Porque falta que los votantes les cobren la factura. De eso ya no hay ninguna duda.
HOJEADAS DE PÁGINAS…En Acapulco la cosa está que arde, pues ante la dispersión de la izquierda, los pronósticos políticos no resultan alentadores para los partidos políticos que contenderán en la próxima elección. Resalta la designación del diputado federal, Víctor Jorrín Lozano, como candidato del partido Movimiento Ciudadano (MC) a esa alcaldía, quien con el apoyo de toda la estructura del candidato a gobernador por ese mismo partido, Luis Walton Aburto, amenaza con darle una batalla electoral cerrada tanto al PRI, como al PRD. Las fichas ya están tiradas.
dragonato@hotmail.com

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