martes, 14 de abril de 2015

COLUMNA

De Frente

Miguel Angel Mata Mata


Metamorfosis
1.-
Escuchamos a Mercedes Sosa interpretar la bella composición del exiliado chileno Julio Numhauser. El bombo criollo percute. “Cambia, todo cambia…”, relata. “Qué yo cambie no es extraño”, canta.
Vemos al presidente de Estados Unidos estrechar la mano del presidente cubano. Barak Obama y Raúl Castro. Ellos sonríen. Inquietante imagen para quienes crecimos a partir de los 60’s. Con la guerra fría. El nacionalismo. Contra el imperio yanqui. Con la guerra sucia ¿Todo cambia?

“Cambia lo superficial
Cambia también lo profundo
Cambia el modo de pensar
Cambia todo en este mundo”
2.-
La historia ha sido singularmente ingrata con los guerrerenses. A la democracia mexicana del siglo 21 poco importa la aportación de ellos. Ni los Sentimientos de la Nación, ni el abrazo de Acatempan, ni la Revolución de Ayutla. Nada han valido. El territorio de la pobreza ha sido eterno campo de batalla. No ha cambiado. Aquí, siempre aquí la violencia y la incertidumbre de una paz que no llega. Todo sea por el poder. Al costo que sea.
La Revolución del Sur, encabezada por los hermanos Figueroa, en una parte del territorio. Por Pantaleón Añorve, en otro extremo. Por Silvestre G. Mariscal y Silvestre Castro, en la antípoda de la Costa Chica. Balazos. Traiciones. Defecciones, deserciones, adhesiones. Abdicaciones. Guerrillas. Violencia. Siempre violencia. Asi ha sido. Asi es.
3.-
Los protagonistas de las actuales pugnas políticas en Guerrero tienen orígenes históricos. Por ejemplo, Manuel Añorve Baños es nieto del zapatista Pantaleón Añorve, que peleó en los límites de Guerrero con Oaxaca, por la causa de la “Tierra y Libertad”. Rubén Figueroa Smutny es bisnieto de Francisco Figueroa, antizapatista que peleó por la causa del “Sufragio Efectivo no Reelección”, en los clubes fundados por Francisco I. Madero, por la causa Constitucionalista y protector de Álvaro Obregón, en su huida de la ciudad de México.
Los casos de Silvestre G. Mariscal y Silvestre Castro, de Atoyac, en Costa Grande, se cuecen aparte. No se sabe de algún descendiente metido a la lucha partidista actual. Otro revolucionario de Los Arenales, Costa Grande, Tomás Gómez, es abuelo de Guadalupe Gómez (Maganda) Bermeo.
Luis Walton Aburto tiene un antecedente revolucionario genético. Es sobrino en línea directa del general Raúl Caballero Aburto, fundador de la casa de préstamos que luego se convirtió en el Banco del Ejército. Posteriormente fue gobernador de Guerrero. Lo tumbaron y, cosas de la vida, fue pariente y paisano del recién defenestrado Ángel Aguirre.
Aquellos, como los de ahora, fueron zapatistas, carrancistas, maderistas, obregonistas. Fueron, como sentenció Silvestre Mariscal, “leales al gobierno en turno, sin importar su personal”. Así sea. Por los siglos de los siglos. Todos por el poder.
4.-
La elección del año dos mil pudo matar a las dinastías revolucionarias. No fue así. Las reciclaron. En Guerrero la irrupción de un paisano de Silvestre Castro no consolidó el cambio. Zeferino Torreblanca se mimetizó con ellos y se hizo socio político del nieto de Pantaleón, Manuel Añorve. Luis Walton abandonó su filiación priísta y fundó el Movimiento Ciudadano. Ángel Heladio Aguirre, de la zapatista Costa Chica y primo de Walton, saltó del PRI al PRD y se hizo gobernador.
La semana que terminó trajo la noticia jamás imaginada por muchos. Rubén Figueroa Smutny anuncia que renunciará al PRI. “Ya no quepo ahí”, dijo entrevistado por reporteros. Busca otro partido que le permita llegar a la presidencia municipal de Acapulco.
El priísmo guerrerense al que ayudó, financió, fomentó e hizo crecer la dinastía a la que pertenece, le cerró la puerta. ¿Cuántas elecciones fueron pagadas con dinero del figueroismo? ¿Todas?
La chapulinera no termina. De aquí para allá. De allá para acá. Otra vez de vuelta. Ora de regreso. Saltos y saltos de partido a partido. Como chapulines metamórficos. Cual orugas que se hacen mariposas y levantan el vuelo.
5.-
El “Todo cambia de Mercedes Sosa” nos llama la atención cuando vemos el saludo amistoso entre Obama y Raúl Castro. Nos sugiere que cuando Cuauhtémoc Cárdenas cambió de ropaje para fundar al PRD lo hizo con la intención de seguir en el poder. Lo mismo Porfirio Muñoz Ledo o Andrés Manuel López Obrador. Cambiaron. Todo cambió… para ellos. Porque para nosotros todo sigue igual.
Podría ser la obra del romano Ovidio, escrita apenas el año ocho de nuestra era, en 250 narraciones mitológicas que se suceden en el tiempo desde el origen del mundo hasta la transformación en estrella del alma de Julio César. Describe los cambios físicos que hacen las distintas divinidades para conseguir fines distintos.
O podría ser la obra del romano Alpuleyo, escrita en el siglo tres de nuestra era. Las Metamorfosis de Apuleyo, se conocían como “El Asno de Oro”, donde el autor consigna las ridículas aventuras de Lucio, joven viril obsesionado con la magia.
Lucio busca fervientemente la oportunidad de ser testigo del uso de la magia. Su entusiasmo desmedido lo lleva a verse transformado accidentalmente en asno.
Bajo esta forma, Lucio, miembro de la aristocracia romana, se ve forzado a ser testigo y víctima de las miserias de los esclavos y desposeídos, reducidos —al igual que él— a poco más que bestias de carga debido a su explotación a manos de ricos terratenientes.
En su desesperación, Lucio solicita ayuda divina y es escuchado por la diosa Isis. Con su ayuda logra volver a su forma humana, para luego transformarse en un iniciado y dedicar su vida a los misterios y el culto de Isis y Osiris.
6.-
El cambio de la forma, o metamorfosis, que ha seguido tradicionalmente al comportamiento de nuestros próceres, nos lleva a una obra que describe la ingrata condición humana: Metamorfosis, de Kafka. En su título original, en alemán, la obra se llama “La Transformación”. Más o menos va así.-
Gregorio Samsa despertó. Su panza estaba para arriba. Se horrorizó. Tenía patas como insecto. Recostado sobre su espalda, luchaba por enderezarse. No era una pesadilla. Era un insecto. No un gusano. Un insecto.
Parecía algo así como cucaracha .En una noche se transformó. De querido empleado que pagaba las deudas del padre y mantenía a toda la familia, se transformó en una cucaracha repudiada por todos. No se daban cuenta que él aun pensaba y sentía como ser humano, a pesar del cuerpo repulsivo que le vestía.
Le repudiaron hasta su muerte. El patrón no consideró que siempre fue puntual y responsable. Al verle, huyó horrorizado. El haragán padre jamás recordó que pagaba sus deudas con trabajo a cinco años; le hirió de muerte al ver al insecto en la sala. La madre desmayaba cuando sentía lástima y quería verle. Grete, la bella y menor hermana, le alimentó por piedad, pero fue quien, con llanto, habló de deshacerse del querido ¿cucaracho? No recordó que él pagó sus estudios.
Tardía decisión. Le hallaron muerto en su habitación. La herida que le hizo el padre, infectada por falta de atención y la inanición a que se sometió, cobraron cuota. Echaron a la basura al insecto asqueroso. No hubo un recuerdo por lo que dio, sin remilgar. El cambio de apariencia fue su pecado.
En el final de la realista historia ellos, la familia a la que mantuvo, salieron a pasear y buscar un marido para Grete, la querida hermana quien, al paso del tiempo, se había puesto buenísima. Él, la cucaracha, quedó en la basura.
7.-
Se llama metamorfosis a un proceso biológico por el cual un animal se desarrolla desde su nacimiento hasta la madurez por medio de grandes cambios estructurales y fisiológicos. Muchos insectos, anfibios, moluscos, crustáceos, equinodermos y tunicados sufren metamorfosis, la cual generalmente está acompañada de cambios en hábitat y comportamiento.
Entre las más obvias interpretaciones a la obra de Kafka están las referidas al trato de una sociedad autoritaria y burocrática hacia el individuo diferente, donde éste queda aislado e incomprendido ante una maquinaria institucional abrumadora y que ni él comprende ni tampoco es comprendido por ella.
Otra interpretación podría ser que la obra plasma el egoísmo humano ante el bienestar de los demás. Esto lo podemos identificar en la obra en la situación en la que se encontraba Gregorio, ya que sobre él recaía todo el peso de mantener económicamente a su familia. Sin embargo, cuando la situación gira y ahora es la familia la que tiene que hacerse cargo de Gregorio, ésta rehúye responsabilidades y lo dejan morir.
8.-
Cualquier interpretación con la coyuntura guerrerense será considerada Ovidiana, Alpuleyana o Kafkiana. Lo menos será compararla con la bella interpretación de Mercedes Sosa: “Cambia, todo cambia”.
Cualquier parecido con quienes aspiran a gobernar Guerrero y declinarán a partir de las próximas dos semanas. La semejanza con el candidato del PAN a alcalde de Acapulco, quien ha despojado a su padre de sus bienes y pretende dejarle vivir en la miseria. Los parecidos con quienes construyeron partidos políticos y son repudiados por quienes mantuvieron económicamente. Las similitudes entre una élite revolucionaria que ha vivido con y entre la violencia es kafkiana realidad.
Las coincidencias, por supuesto, no son casuales. Cambia. Todo cambia..

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