lunes, 29 de junio de 2015

COLUMNA

Cosmos
Héctor Contreras Organista

 JESUS LINARES ALARCON
Muchos artistas de calidad indiscutible han nacido en el estado de Guerrero. Uno de ellos fue don Jesús Linares Alarcón, valioso, querido y apreciado pianista, acordeonista y guitarrista conocido en el bello mundo de la amistad como “Chuchito Linares”.
El domingo 28 de junio se cumplieron tres años de que el valioso paisano partió hacia las avenidas de la eternidad dejando un vacío imposible de llenar en el corazón de su familia, esposa e hija y en el mundo artístico donde fue muy querido.  


Jesús Linares fue toda una institución como ejecutor de instrumentos varios.
  Nació en Chilpancingo en 1933, a los 6 años de edad se acercó a un piano que había en casa y que tocaba su mamá. Empezó a mover los dedos en el teclado.
  Cuando los hijos de sus tíos Rosendo Batani Billins y Amalia Linares Alarcón que radicaban en Acapulco tuvieron que trasladarse a la ciudad de México, ya no había quien tocara el piano y lo obsequiaron a la mamá del futuro artista quien “como travesura comencé a poner un dedo en la tecla y como que le fui encontrando sentido a la música”
  “Con un solo dedo empecé a sacar las primeras notas de ´La Panchita´, que estaba de moda en aquellos años. Luego me atreví a meter la otra mano como acompañamiento y salió el chun ta ta, chun ta ta... Así es como comencé a tocar el piano”. 
“Nadie me ha ilustrado en esta cuestión. Mi técnica es diferente a todas; no sabría cómo definir lo que hago, diría que soy autodidacta”.
 “Cuando trajeron el piano me atreví a ponerle la otra mano; se oía bonito: pum pa pa... pum pa pa... era un Piano Wagner, grandote, de esos antiguos y ya no se ocupaba en Acapulco.
Se trajeron el piano a Chilpancingo, y a darle. Era mi principal distracción; estaba feliz. No había radio ni televisión; toda mi atención estaba concentrada en el piano. Desde que amanecía, al piano. La mañana, al piano; después de comer, al piano, y en la noche, después de cenar, al piano”. 
Chuchito Linares afirmaba con orgullo que nadie le enseñó a tocar el instrumento. Su mamá, doña Esperanza Linares, al ver las inquietudes de su hijo trató de buscar a alguien que le enseñara.
 “Habló con don Pepe Ocampo, que era el director de la Banda de Música del Gobierno del estado en los años 40, pero argumentó que estaba muy ocupado. Lo mismo sucedió con el profesor Moisés Guevara y Aurora Olea de Montaño, que enseñaba a otros niños. Dijo que tenía cupo completo y no podía admitir un niño más en su clase”
 “Nadie te quiere enseñar, tú sigue como puedas”, le dijo su Mamá.
 El piano fue el primer instrumento que Jesús Linares aprendió a tocar. 
Después don Lucio, un trabajador de la Comisión Federal de Electricidad le enseñó a manejar la armonía del acordeón. Ese fue el inicio, un poco dificultoso pero entusiasta, de un niño que a los seis años de edad se acercó al piano por curiosidad. Al nadie querer enseñarlo a tocarlo, adoptó su propio sistema, fue un artista que produjo mucha música bella, inédita, pero que también nadie se ocupó en patrocinar para que la grabara.
 Los instrumentos que ejecutó son el piano, el órgano eléctrico, el acordeón y la guitarra.
 Fue invitado especial para dar conciertos y aseguró que el que el de más satisfacciones fue el que ofreció en la iglesia de Santa Prisca, en Taxco.
 En la década de los años 50 formó parte de un Conjunto Musical muy popular: “Los Abogados”, integrado por jóvenes estudiantes de la Escuela de Leyes del Colegio del Estado: Polo y Enrique, Arturo Solís, Fausto Albarrán y Juan Cortés. Muchas veces amenizaron los bailes del Colegio del Estado. 
Jesús Linares trabajó como “acompañante de músico” en la Escuela Primaria Justo Sierra, de Chilpancingo y en la instancia infantil del IMSS.
 Fue papá de una niña preciosa y traviesa que cuando hicimos la entrevista en la casa de Chuchito Linares, la criatura dormía en el regazo materno, acariciada dulcemente por la mamá, profesora Ranferi Martínez de Linares, esposa de Jesús Linares, quien debido a la invidencia del artista lo guiaba con sumo cuidado y le brindaba atenciones. El nombre de la pequeña es María Natividad Linares Martínez.
 La música que gustaba de ejecutar Chuchito Linares es la guerrerense. Sus autores favoritos: Pepe Castañón, Pancho Padilla, José Agustín Ramírez y sobre todo la música del maestro Antonio I. Delgado.
  Cierta ocasión, con motivo del festejo de un aniversario de la fundación de la radiodifusora XEPI, “La Voz de Guerrero desde Tixtla”, acudieron al festejo, invitados por don Andrés Peyrón, concesionario de la estación de radio, buena cantidad de organistas venidos de la ciudad de México, entre ellos el maestro de Hill Olvera, aquél famoso organista invidente que “hacía hablar al órgano” y que grabó muchos discos.
  Por la noche, los organistas más famosos de México ofrecieron una velada musical en el auditorio del Congreso del estado en Chilpancingo.
 Esa ocasión, la Yamaha presentó el más moderno de sus órganos, para lo cual trajeron un intérprete y como asistentes un grupo de ingenieros de esa marca japonesa.
  El maestro de ceremonias, al observar que entre el público se encontraba presente el maestro Jesús Linares, lo invitó a pasar al foro para que ejecutara algunas melodías en el órgano de la Yamaha.
  Ni tardo ni perezoso don Jesús Linares fue acompañado por su esposa para subir al estrado y tocó varias melodías.
  La gente aplaudió prolongadamente la participación de Chuchito Linares, pero la sorpresa mayúscula fue para los japoneses de la empresa que comentaban admirados la magistral interpretación de Chuchito Linares en un órgano de reciente llegada a México y que ejecutó como si desde siempre lo hubiera conocido, a pesar de sus innovaciones y modernidad. 
 Han pasado tres años del fallecimiento del distinguido artista guerrerense y nosotros lo recordamos con mucho cariño porque fue nuestro amigo muy admirado. 
 El domingo, por cierto, su esposa, le mandó hacer una misa en la catedral de la Asunción, donde se dieron cita familiares y amigos del gran Chuchito Linares. 

1 comentario:

  1. Un honor ser su sobrino, mi querido tío Chuchito, primo hermano de mi papa. Con el disfrute horas de música al piano y disfrite de sus hermosas composiciones musicales.

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