jueves, 10 de septiembre de 2015

PRIMERA PLANA

La historia del 
quinto camión 

En el apartado “Persecución de los normalistas del 5o autobús Estrella Roja” del informe del Grupo de Expertos de la CIDH se detalla cómo a las 22:30 horas “y tras ser amenazados y encañonados por la policía, los normalistas que habían llegado al escenario del Palacio de Justicia en el autobús Estrella Roja se fueron retirando en dirección a Iguala”. Menciona que lo normalistas se ocultaron entre los coches y huyeron después a un cerro próximo. “Los normalistas describieron que un coche que no pudieron identificar los seguía, hasta que se escondieron en una casa abandonada en el cerro”, refiere el texto.

“Dicha zona es conocida como Loma o colonia Pajaritos. En el reporte del 066, entre las 22:55 y las 23:10 horas se recogen varias llamadas que senÞalan que en dicho lugar se encuentran unos jóvenes que caminan por la zona y tratan de esconderse detrás de una barda, mientras la llamada era transferida: 22:55:33. Se pasó reporte a las unidades al sector PREV (Policía Preventiva Municipal de Iguala)”, explica el documento.
Indica que los normalistas permanecieron en el cerro unos 40 minutos, hasta que decidieron salir y regresar al mismo lugar de donde habían huido, pero esta vez sobre el puente de Chipote, frente el Palacio de Justicia. Según un testigo de los hechos, en el lugar se encontraba una patrulla de la Policía Federal, posteriormente habían llegado dos patrullas en dirección a Iguala y una moto con una persona vigilaba”.
“Después de que nos fuimos al monte le llamé a M, yo con la idea de que iban a venir con un autobús tomé la decisión de ir con los chavos hacia el puente. Pero al ver que la policía nos estaba buscando nos volvimos a esconder. Fui a ver sobre el puente solo. Ahí vimos que el autobús estaba todo destrozado y vi al chofer que ya estaba fuera del autobús. Estaba lloviznando. No vi a los compañeros. Sólo quedaba ahí una camioneta de la Policía [Federal, según dijo un testigo]. La patrulla nos ve y dice: allí van. Pero entonces de la zona del retén hacia Iguala, vinieron varias camionetas de policía municipal que se estacionaron al lado del Palacio de Justicia, esas ya no vi si eran federales o municipales. Al ver que veían esas patrullas les dije que se fueran. Había una moto con un halcón que estaba vigilando. Era una motoneta Itálica. El que la manejaba salió en un momento con un arma en mano”, dijo el testigo identificado como F al Grupo de Expertos.
Según los testimonios contrastados de varios normalistas que estaban en ese grupo, poco tiempo después, los que se encontraban escondidos en el cerro volvieron a bajar al mismo lugar, esta vez juntos.
Después de intentar cruzar el puente en grupos de cuatro, habían sido vistos por la policía que se encontraba abajo, en la carretera Iguala-Chilpancingo, y fueron seguidos por algunos agentes que les apuntaron con sus armas hasta que se escondieron en el cerro de nuevo. Para entonces estaba lloviendo. Cuando los policías se retiraron, unos 20 minutos después, los normalistas se reagruparon y bajaron a la carretera, viendo el autobús Estrella de Oro 1531 bajo el puente con impactos de bala y los cristales rotos, mientras se disponían a caminar en dirección a Iguala por el lado de la carretera 158.
A partir de las 23:00 horas y después de retirarse de la zona del ataque al autobús Estrella de Oro 1531, al menos siete vehículos de la policía municipal, las número 027, 024, 026, 021, 012, 018 y 020, patrullaron la zona cercana al Periférico norte y otras partes de la ciudad.
El informe refiere que en el 066 hay varias llamadas que dan cuenta de esto. Menciona que entre las 23:33 y las 23:37 horas se reporta que sobre la carretera van caminando alrededor de 20 jóvenes “con palos, piedras y machetes”  con dirección de la colonia Tomatal al centro de Iguala. La llamada menciona que vio un autobús Estrella de Oro abandonado con los vidrios rotos y las llantas ponchadas.
Después de regresar por la carretera hacia Iguala y mientras caminaban por el arcón de la carretera queriendo dirigirse a la Bodega Aurrerá para reunirse con los estudiantes sobrevivientes del primer ataque en la calle Juan N. Álvarez, el grupo de 14 normalistas vio acercarse una patrulla de la policía municipal a gran velocidad, que maniobró a unos 10 metros de donde se encontraban y estuvo a punto de atropellarlos, retornando tras sobrepasarlos por el otro lado de la carretera.
Según el testimonio de uno de ellos, tenían más visibilidad debido al alumbrado público y pudieron ver que dicha patrulla iba conducida por una mujer policía. Unos 200 metros más adelante, vieron otra patrulla que llegaba en la misma dirección y también trató de atropellarlos y se siguió, para detenerse a unos 80-100 metros.
“Nos empiezan a gritar: ‘Los vamos a matar, cabrones’. Lo que hicimos fue avanzar y nos percatamos que las dos patrullas nos venían siguiendo desde lejos, ya no retornaron, sino que se retornaron en el mismo carril, en sentido contrario, venían despacio a unos 50 metros y ya el compañero de segundo dijo no hay que hacerles nada, no nos pueden hacer nada, ya empezamos a trotar y fue cuando nos detuvimos y seguimos caminando y seguían detrás de nosotros… Corrimos unos 400 metros y ya cuando vimos que por este mismo carril que veníamos corriendo venían otras dos patrullas. O sea que nos tenían rodeados”, relató otro testigo al GIEI identificado como AT.
Según el relato de los sobrevivientes de ese ataque, mientras seguían huyendo al lado de la carretera llegaron dos patrullas de la policía municipal que frenaron al verlos, se bajaron y les apuntaron con sus armas: “Empezaron a cortar cartucho y a apuntarnos, a una distancia de unos 8 metros”. También llegó una camioneta blanca, que identificaron como de la Policía Ministerial, de la que se bajaron 4 agentes vestidos de civil, aunque otro testigo dijo que se trataría de Protección Civil.
“Nos tronaron cartucho los municipales, allí nos quedamos unos 10 segundos y empezamos a agarrar piedras y a decirles qué querían y a hacerles frente, porque nos iban a rodear. Los ministeriales allá se quedaron. No al frente, sino más atrás. Eran como 3. Traían torreta arriba. Las ministeriales, eran blancas y atrás tenían carrocería. Ellos no iban encapuchados, les aventamos piedras y nos respondieron también con pedradas”, relató el mismo testigo al GIEI.
Según los sobrevivientes, tres de los policías ministeriales les tiraron piedras, mientras otro se encontraba hablando por radio. Tras cruzar un pequeño canto de agua por unas tablas, los normalistas huyeron por unas calles dentro de un grupo de casas y se dirigieron hacia una subida de escaleras con mucha pendiente que subieron corriendo, mientras recibían disparos de la policía. Según su relato la policía les disparó unas cinco veces. Los reportes del C-4 recogen dicha balacera y señalan el envío de una Patrulla Federal.
“Pasamos por un callejón que llevaba hasta unas escaleras empinadas hacia un cerro. Cuando dispararon los policías municipales empezaron a subir, pero como están más llenitos no pudieron seguir y empezamos a tirarles piedras. Una señora les dijo: déjenlos, no les hacen nada. Había policías que estaban subiendo para chequear donde estábamos”, relató el testigo F  al GIEI.
El documento refiere que el recorrido, relatado primero por un testigo, fue realizado y visualizado in situ durante la inspección ocular de la zona hecha por el GIEI en abril y posteriormente en julio de 2015 con los peritos de escenas del crimen. Según refirieron los normalistas, en la parte de arriba de dichas escaleras, una mujer acogió en su casa a diez de ellos y allí pasaron la noche, mientras otros cuatro se quedaron escondidos más arriba en el cerro. “Este proceso muestra que se dio una persecución de los normalistas que habían tomado el autobús Estrella Roja, durante varias horas, y en diferentes escenarios”.
Desde la casa donde se refugiaron, como a las 00:45 horas, se comunicaron por teléfono con otros normalistas que se encontraban en la clínica Cristina, quienes les contaron que se encontraban refugiados y que había otro normalista muerto en un segundo ataque, aunque en realidad eran dos. Ahí pasaron la noche, unos en la casa y otros en el cerro.Ciudad de México, 8 de septiembre (SinEmbargo).– El quinto camión en la escena de Iguala, los días 26 por la noche y en el amanecer del 27 de septiembre, encierra un misterio que quizás haya sido develado por el informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (GIEI-CIDH).
Hecho a un lado por la Procuraduría General de la República (PGR) bajo el mando de Jesús Murillo Karam –quien lo omitió en el expediente–, el Estrella Roja con 14 normalistas fue vaciado a punta de balazos por la Policía Federal a la altura del Palacio de Justicia, en la salida Iguala-Chilpancingo. Y luego desapareció del informe oficial que se ha bautizado como “verdad histórica”. Después pudo haber reaparecido quemado, pero los expertos hablan de la posibilidad de que no sea el mismo.
Pero los eventos entorno a este camión, defendido con fuego –y que pudo contener droga o armas de los Guerreros Unidos– confirmaría que agentes de la Policía Federal participaron en la persecución de los normalistas. Se omitió bajo el pretexto de que fue abandonado por los estudiantes inmediatamente después de sacarlo de la Central de Camiones de Iguala, porque “se pusieron nerviosos y pensaron que no servía”, de acuerdo con la declaración del chofer, misma que fue usada por la PGR para no consignarlo, a pesar de que era parte de la escena del crimen, como  fue declarado por los normalistas sobrevivientes ante la Procuraduría General de Justicia (PGJ) de Guerrero y retomado en el informe del Grupo de Expertos.
En el informe independiente, los federales no sólo aparecen allí, al momento de bajar a los jóvenes. También en ataques posteriores y en una persecución que duró horas, entre el 26 y 27 de septiembre. 

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