jueves, 21 de abril de 2016

PRINCIPAL DE PRIMERA PLANA

Bestial guerra FM y Tequileros;
huyen las familias totolapenses


Agustín Arenaz.SAN MIGUEL TOTOLAPAN,GRO.-- La gente de este municipio cree que cualquier lugar es mejor para vivir. De aquí, familias enteras huyen tan solo con las ropas que traen puestas, mientras sicarios de la “Familia Michoacana” y “Los Tequileros” siguen su bestial guerra por el control del tráfico de drogas, secuestro y extorsión.  

San Miguel Totolapan se ha convertido en el municipio más violento de la región más violenta del Estado de Guerrero. Se ubica en la Tierra Caliente donde el Gobierno Federal mantiene su súper operación infructuosa, a la que también nombró “Tierra Caliente”. 
Para las familias de esta zona, andar entre el fuego cruzado se ha convertido en algo cotidiano. Los empresarios y comerciantes son las principales víctimas de secuestro y extorsión; los políticos también están en la lista. 
En este municipio la impunidad de los grupos criminales han llegado a tal grado que, en cada Diciembre, se dan el tiempo de cobrar una cuota “extra” a los comerciantes y empresarios; desde las víctimas son desde la anciana que vende dulces en una esquina, hasta el empresario más pudiente y oneroso, todo, con el objeto de juntar suficiente dinero para dar un “aguinaldo” a los halcones y sicarios.   
Caminando por San Miguel 
La “Familia Michoacana” y “Los Tequileros”, son grupos contrarios en el trasiego de droga, extorsión y secuestro.
Esta plaza es de gran importancia para cualquier grupo del narcotráfico, porque tiene acceso a la parte más alta de la Sierra de esta entidad, donde sembrar enervantes parece ser la única opción de sobrevivencia para los campesinos. 
En la cabecera municipal de San Miguel hay presencia constante de la Policía Estatal, Federal e incluso de la Marina y Ejército Mexicano, pero ninguna de estas corporaciones parece inhibir a los grupos de delincuencia organizada; los vecinos de esta pequeña ciudad, ven más y mejor organización entre los delincuentes, que entre las corporaciones de seguridad. 
En un recorrido que realizado a discreción en la cabecera municipal, se observaron paredes que resultan ser un mudo testigo de la cruda violencia y la muerte que arrastran los grupos criminales aquí, repletas de orificio de bala.
Al igual que más de 10 pueblos de este municipio que han sido abandonados por sus habitantes, la cabecera municipal se muestra desolada. Las familias que quedan salen de sus casas solo a lo necesario. 
Cuando un extraño pasa en las colonias de la periferia, las familias se quedan mirando entre las rendijas de sus ventanas, muestran desconfianza y zozobra. Pero el miedo se siente fácilmente al andar ahí; lo que los pobladores de otros municipios advierten antes de entrar a Totolapan, es verdad.
Y es que cuando se pregunta en Arcelia o Altamirano que son municipios cercanos a San Miguel, si hay condiciones de seguridad para entrar a este municipio y entrevistar a la gente, inmediatamente puedes recibir como respuesta un rotundo “no”.
Los reporteros de la región evitan lo más que pueden entrar a este municipio y, el último voceador que se atrevía a vender periódicos en esta ciudad, Zeferino Álvarez Lara, fue privado de su libertad el pasado 08 de abril, y aunque días después apareció con vida, se niega a seguir vendiendo noticias en San Miguel.
En este lugar, cuentan los reporteros de otros municipios que, para un foráneo, sacar una cámara y tomar una fotografía es casi sinónimo de muerte, sin no traes contigo un convoy de policías o militares que te protejan. 
Pero la falta de policías y militares es visible. Los tantos negocios cerrados, son otra muestra de lo que sucede aquí. Conseguir cifras oficiales de ejecuciones, secuestros, desapariciones, enfrentamientos, extorsiones o cualquier tipo de daño colateral de la violencia, es prácticamente imposible.
El presidente municipal, Juan Mendoza Acosta ha advertido que en su municipio se está gestando una autodefensa a la que está dispuesto a entrar, luego de que policías estatales y federales han cometido abusos contra la ciudadanía.    
El edil es un político perredista que cuando resultó electo tras las elecciones pasadas, fue exhibido a través de un video difundido en redes sociales, pactando lealtad al grupo conocido como “Los Tequileros”. 
Territorio    
Juan Mendoza Acosta ha advertido que los poblados donde mayor violencia hay, son El Terrero, Valle Luz y San Antonio de la Gavia.
Lo anterior tiene cierta lógica porque precisamente son los bastiones de los grupos criminales. La Gavia, Valle Luz y San Antonio de la Gavia son los lugares donde “Los Tequileros” fueron tomando fuerza para hacerle frente a La Familia Michoacana. 
En 2010 aproximadamente, según relatos de pobladores anónimos, este grupo criminal empezó a armar a la gente y metiéndolos en la dinámica del narcotráfico. De ahí se fueron extendiendo hacia la cabecera municipal donde hoy es habitual ver las caravanas de vehículos sin placas, con gente armada abordo. 
La organización fue tomando fuerza hasta quedarse prácticamente con la cabecera de San Miguel. Y más aún, se extendió a municipios vecinos donde hoy se disputa algunos pueblos y cabeceras como Arcelia que es bastión de “La Familia”, Ajuchitlán, Pungarabato y Tlapehuala.
Cuota a la educación 
En la región de Tierra Caliente han, al menos 35 escuelas han sido cerradas debido a la violencia.
El caso más reciente es el secuestro de dos maestros en la comunidad de Valle Luz, donde llegaron civiles armados, entraron a una institución educativa y se llevaron por la fuerza al profesor Luis Villareal y a su esposa, también maestra, Dora Nicanor. Hasta este día (21 de abril) se desconoce de su paradero. 
Las propias autoridades educativas han reconocido, de acuerdo a denuncias hechas por los maestros, que grupos de la delincuencia organizada han solicitado dinero como pago de cuota, a las escuelas y docentes. 
Consternación, en silencio 
Entre los últimos hechos de violencia suscitados, causó consternación en la cabecera municipal, el caso de una mujer y su hijo de 10 años que fueron acribillados mientras dormían. Sin embargo, aquí la gente no se atreve a marchar ni alzar la voz ante una cámara o grabadora. 
En San Miguel Totolapan es realmente difícil encontrar a gente que quiera compartir testimonios. En el recorrido que hizo este reportero por las calles de esta ciudad, se logró contactar a dos mujeres que accedieron a un diálogo, sin grabadoras y cámaras, y prácticamente a escondidas en lugares cerrados y discretos.  
Una de las féminas recordó que el ataque ocurrió alrededor de las 11:30 de la noche en el barrio de San Martín, en esa cabecera municipal, hace una semana. 
En el pueblo solo se supo que hombres con armas de grueso calibre ingresaron a una casa y asesinaron a la señora Melania Pascual Beltrán de 30 años de edad, y a su hijo de apenas 10 años, estudiante de quinto grado de primaria. 
Cuenta la mujer y se constata en medios de comunicación que, la mujer abrió cuando desconocidos tocaron la puerta, descargando un arma sin mediar palabra. El menor dormía pero los presuntos sicarios no le perdonaron la vida; se acercaron hasta su cama y le acertaron varios tiros en pecho y cabeza. 
San Miguel es una ciudad pequeña; todo mundo se conoce. Por supuesto, a la mujer y el menor también los conocía bastante gente, pero tras el hecho hubo silencio. 
Sin rutas
Desde el día 11 de Febrero de este 2016, la ruta de combis pasajeras que va de Arcelia a San Miguel Totolapan, fue suspendida. 
Los choferes decidieron suspender el servicio por temor a ser víctimas del crimen organizado, como ha pasado con varios de sus compañeros. Pese a esta acción, ninguna autoridad atiende. 
El miércoles 10 de febrero, los transportistas trabajaron en contra de su voluntad, por necesidad. Cada salida que hacían, se encomendaban a Dios porque no sabían si regresarían o no.
Como experiencia les quedaron los casos de Leonardo Contreras, José Alfredo Espinoza y Vianey Castillo, combieros de esta ruta que fueron privados de su libertad en hechos distintos. 
Uno de ellos, Alfredo, fue localizado muerto el 13 de febrero de este año, en una barranca de la comunidad “La Tinaja”; Leonardo permanece en calidad de desaparecido luego de que fue “levantado” el 06 de Febrero y, Vianey recibió varios impactos de arma de fuego pero sobrevivió. 
Cualquier lugar es mejor 
Una de las mujeres que accedió a hablar con este reportero, es clara en señalar que “cualquier lugar es mejor para vivir”, lejos de la bestial disputa entre Tequileros y Michoacanos.  
La anciana, dice no tener la intención de irse de este lugar porque “ya viví lo que tenía que vivir, si me pasa algo, ya no va a ser lo mismo a que maten a un jovencito”. 
A la vez, dice que ni siquiera recuerda cuántas balaceras ha escuchado en su vida, aunque lo curioso es que hoy son más que cuando era joven y, el miedo es más potente.  
“Si tengo miedo, ¿Cómo no? Pero soy de las pocas personas que todavía se lo aguantan. Eso sí, ya no salgo de noche ni ando por la calle hablando de más”, señala la mujer al tiempo que recuerda que la mayoría de su familia decidió huir. (API). 

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