viernes, 25 de agosto de 2017

COLUMNA

Descubriendo...
Bersabeth Azabay Ortíz
LOS PASTORES
“A  tus plantas oh público indulgente,
hoy nos tienen unidos esperando.   
Que te sirvas ser dignos dispensando,
los recuerdos que vais a hacer.”
Así comenzaban a cantar LOS PASTORES para acostar al Niño Dios en los años 1600 por los hermanos agustinos que invitaban a la devoción hacia el Dios hecho
niño en Chilpancingo y en varios poblados de nuestro estado de Guerrero.
Id, pues, pastores a adorad
al que Simón ver deseaba,
al que Adonais se llamaba
y ahora se llama Jesús.
¿Cuán grande sería el fervor de las pastorelas?, que el literato Ignacio Manuel Altamirano dejó plasmados algunos cánticos  en su novela Navidad en las Montañas.
Sacerdotes y fieles conservarían la tradición de los pastores hasta los años 1960, ensayando  a niños y niñas felices y ansiosas de participar en dicha pastorela, vestiditas de blanco sonando un báculo con cascabeles, ah y quien se aprendiera el dialogo y el cántico primero ganaba el derecho de ser el personaje que elegían, la Gila, la Gitana, el Ángel, la Virgen…
Los niños no se quedaban atrás vestiditos con una camisa azul y un pantalón corto, más parecido a un calzón blanco con resorte en la cintura y en las rodillas que hacia resaltar más su participación en los diversos personajes como el Bartolo, el Viejo, el Ermitaño, el Bato, etcétera.
Señoras fervorosas como las hermanas Carmen, Irene y Amalia Organista, llenas de entusiasmo vigilaban hasta el mínimo detalle preparando a LOS PASTORES para adorar al niño en la Iglesia de San Mateo y en la Iglesia de la Asunción de María y que al ser de mucho agrado escuchar los pastorcitos los llamaban para todos lados, casas e iglesias.
La salud de las hermanas mermó la tradición, nadie se ocupó y han quedado en el olvido las adoraciones y los cánticos al niño Dios que cada 24 de Diciembre se hacían y el murmullo de aquel festejo paseara cual fantasma. Ya no se canta, ya no hay ternura, dulzura que inspiraran los pastorcitos a la unión familiar, encendidos de fe y amor provenidos del Dios humanado.
“Aromas se quemen”… nuevamente, “a la rorro niño”, que se escuchen cantar, que vuelvan a oírse voces infantiles que la pastorela esperando está…
Pastores venid, venid,
Veréis lo que no habéis visto
En el Portal de Belén
El nacimiento de Cristo.

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