lunes, 13 de agosto de 2018

ARTÍCULO

Transición… desarrollo
 y decadencia política
Efraín Flores Maldonado*
“Está presente la decadencia política, cuando los gobernantes no perciben el fracaso de las instituciones existentes y cuando las estructuras del poder son ocupadas por familiares y amigos del gobernante en turno, sin competencia ni méritos evidentes”. Francis Fukuyama.
Francis Fukuyama, de origen japonés, nació en Chicago el 27 de octubre de 1952. Miembro distinguido de la corporación RAND (Research And Development), que es un órgano de consulta de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos de Norteamérica. Los politólogos consideran a esta organización como un think tank (tanque de ideas). Francis Fukuyama adquirió fama mundial al publicar en 1992 su libro titulado “El fin de la historia y el ultimo hombre”, en el que vaticina que, con el derrumbe del comunismo en Rusia, queda claro el triunfo de la economía de mercado a niv
el mundial. En esta nueva realidad, el valor de las ideas queda supeditado al rumbo de la economía global gobernada por el liberalismo democrático. En esta entrega, me refiero a las ideas básicas de Fukuyama contenidas en dos de sus textos: “Los orígenes del orden político”, publicado en 2011 y su continuación en un segundo tomo titulado “Orden y decadencia de la política”, publicado en 2014. En dichos textos, Fukuyama concluye que la organización histórica de la sociedad, tiene su Genesis y desarrollo en la existencia de bandas familiares primigenias, que se convierten en tribus y después en estados incipientes, con un territorio, población, orden jurídico y un gobierno que es poseedor del uso legítimo de la violencia. Dice el autor que el Estado como institución, se va dibujando en la medida en que justifica sus actos en un andamiaje de normas y legalidad… transitando enseguida a la adopción de controles jurídicos que obligan al estado y su gobierno a rendir cuentas y ser responsable de la eficacia del poder público que aplica. Llama “transición” a ese paso de un estado imperfecto a estructuras de mejor eficacia del mando, incluso con nuevos actores políticos, dibujando así lo que denominamos “desarrollo político”. Pero en ocasiones, los gobernantes y las elites que se benefician de su poder, se oponen a la modernización institucional, para conservar sus privilegios económicos, provocando una acumulación histórica de reclamos populares que, extremizados, pueden desembocar en una revolución violenta o en un proceso electoral cívico, que despoja del poder a los gobernantes en turno. La decadencia política dice Fukuyama, está presente claramente cuando las estructuras de un poder vigente son ocupadas exclusivamente por parientes y amigos cercanos a los gobernantes empoderados. La decadencia política es un proceso de retorno a la génesis primigenia del poder político, reasignando el mando a pequeños grupos de bandidos y de tribus, despreocupados en esta modernidad por la legalidad, la responsabilidad y la rendición de cuentas. En la decadencia política, los espacios del poder no son asignados en función del mérito y la competencia técnica o profesional, sino únicamente en la referencia familiar y la amistad preñada de complicidad. *Doctor en Ciencia Política.

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