martes, 5 de marzo de 2019

PRINCIPAL DE PRIMERA PLANA

Despilfarro en prensa
Congreso y Acapulco
Hugo Nolasco.--La comunicación social ha sido siempre el talón de Aquiles de los gobiernos que no se distinguen por la eficacia en las políticas sociales, la transparencia y la rendición de cuentas. La regla es y ha sido: a mayor ineficacia y corrupción, mayor despilfarro en la comunicación soc
ial.
El cambio de paradigma político que impuso la llegada de Andrés Manuel López Obrador al gobierno de la República, que implica entre otras cosas, mayor exigencia de auditoría en el gasto a estados y municipios, ha metido en aprietos a entidades que se han distinguido por el uso patrimonialista de los recursos públicos. Muchos estados con abultados presupuestos para la comunicación social han tenido que hacer moches arbitrarios a convenios con medios de comunicación para intentar cuadrar las cuentas, pese a que los presupuestos asignados son los mismos de otros años.
Uno de los problemas que más impacta en los presupuestos de ese sector, es la pretensión de seguir manteniendo a seudoperiodistas y suedomedios ineficaces, sin credibilidad, sin lectores, sin impacto real y cuantificable en la opinión pública. La ausencia de reglas objetivas, basadas entre otras cosas, en métricas de audiencias que permita tasar la efectividad de un medio, su penetración e influencia social, ha sido la causa principal de la pulverización de los recursos y la poca efectividad de las políticas de comunicación social de estados y municipios.
Ciertamente, una depuración de las listas de “medios” y “periodistas” ineficaces, incluso algunos sin medios de comunicación reales, se convierte ahora en una necesidad para gobiernos que se han visto en aprietos económicos debido a los ajustes presupuestales y las más estrictas exigencias de rendición de cuentas a los que serán sometidos en años posteriores por el gobierno de la República.
Administrar con mayor eficacia los recursos, depurando con base a medidas cuantitativas y cualitativas, reales, objetivas, los lastres que pulverizan esos presupuestos es el camino más recomendable para sanear ese sector dominado por la corrupción y el dispendio.
Sin embargo, en la lógica empírica de los encargados de la comunicación social y política de alcaldes, gobernadores, congresos y secretarios -muchos ni siquiera se han dado cuenta de los cambios de paradigmas-, se sigue creyendo que la medida correcta es la amedrentación y la presión vía los moches, aun cuando los gobiernos que representan se encuentran en sus peores momentos, pues mantienen una alta reprobación social, precisamente por sus elevados niveles de ineficacia y corrupción. Gobiernos donde no son los gobernantes sino los familiares los que intervienen y hacen negocios en áreas muy sensibles de la administración pública, sumado a la falta de resultados sobre la inseguridad y violencia.
CÓMO Y EN QUIENES SE GASTA EL DINERO
Un ejemplo de esto que se viene exponiendo puede verse en el gasto en comunicación social del gobierno de Acapulco. Tan sólo en los últimos tres meses del año pasado el gobierno erogó 3 millones 247 mil 568 pesos en pagos a once medios, algunos sin circulación, usuarios, ni influencia social alguna.
De acuerdo a una solicitud de información de BP, en el mes de octubre del año pasado, se pagaron un millón 429, 117 mil pesos a solo seis empresas: Canal XXI, una empresa de televisa; 335, 355; Impulsora Editorial Guerrero que edita el inexistente Diario 17, de Alberto López Rosas, con 250 mil pesos; Talleres del Sur, que edita el periódico El Sur, 409 mil 562 pesos; Grupo Acir, un noticiero de radio, 75 mil pesos; Cable Más Telecomunicaciones, por un ineficaz programa de noticias; 46 mil 400; Stereo Rey México, por otro programa de noticias; 324 mil 800.
Se entiende que este gasto en comunicación social de Acapulco no corresponde al nuevo gobierno de Adela Román, sino que son deudas y compromisos que dejó el exalcalde perredista Evodio Velázquez. Así, para el mes de noviembre de 2018, se pagaron un millón 106, 080 pesos a las siguientes empresas: otra vez aparece Impulsora Editorial Guerrero que edita el inexistente Diario 17, de Alberto López Rosas, con 250 mil pesos; sigue un tal Alan Muñoz Medina con 23 mil 200 pesos; Talleres del Sur, del que es socio el exalcalde Luis Walton Aburto, esta vez cobró 802, 702 pesos; un tal Fernando Vargas Lozano cobró, 16 mil 240; y Comunicación de Escalas S.A de C.V que edita una testimonial revista llamada “In Guerrero” y con un sitio web hechizo sin visitas, 13 mil 920 pesos.
Para el mes de diciembre de 2018, el ayuntamiento de Acapulco erogó lo siguiente: Heelix Diseños, empresa de la que no hay registro, 139 mil 200 pesos; otra vez aparece Impulsora Editorial Guerrero que edita el inexistente Diario 17, de Alberto López Rosas, con 250 mil pesos; otra vez Talleres del Sur de Luis Walton con 238 mil 421 pesos; y Compañía periodística de El Sol, que edita el Sol de Acapulco con 74 mil 750 pesos, en total para cuatro empresas: 702 mil 371 pesos. Destaca la situación de un medio como Diario 17, que cobró en tres meses 750 mil pesos, sin tener circulación, ni lectores, sin embargo, su inclusión sólo puede entenderse por el tráfico de influencias del exalcalde de Acapulco, Alberto López Rosas. Pasaría lo mismo con La Jornada Guerrero, también de otro exalcalde, Félix Salgado, de cuyo notorio convenio no informó el ayuntamiento de Acapulco.
CONGRESO ESTATAL
El caso del Congreso del estado es aún más patético, pues pretendiendo quedar bien con todos, sus nuevos titulares optaron por pulverizar el presupuesto de comunicación social y arbitrariamente decidieron, sin ningún criterio objetivo, la cantidad que deberían pagar a cada medio.
Con una evidente ignorancia de lo que son y significa cada medio, los nuevos titulares gastan los recursos en mantener una padecerá de seudomedios y suedoperiodistas a los que pagan sin ningún requisito de los que en la actualidad se exige a cualquier empresa que preste servicios a las instituciones públicas como son mediciones externas de circulación o usuarios, niveles de Rank estatal y nacional; obligaciones fiscales; número de empleados y colaboradores, influencia social comprobable; etc., medios que además no están enfocados profesionalmente al área legislativa, pues en la lista existen panfletos como uno llamado Pasión deportiva, que obviamente no tiene nada que hacer cobrando en esa institución.
De acuerdo a una solicitud de información, cumplida parcialmente, el Congreso de Guerrero respondió que su gasto en esa materia es de 4 millones 640 mil pesos. La distribución que hacen de este recurso es por cada una de las regiones del estado donde otorgan apoyos a medios que según su criterio empírico lo merecen, sin mayor exigencia.
Por citar un ejemplo: en la zona Centro aparecen Grupo Multikable, con escasa o nula influencia social, con 14 mil pesos; siguen Capital Máxima, Noti Sur, ABC Radio; Audiorama Guerrero, todos noticiarios de radio similares, un esquema que ya está en desuso por la audiencia, con 81 mil 200 pesos.
Le siguen los “impresos”, algunos con tirajes absurdos y risibles, sin casi ningún impacto en lectores y destinados más a la venta de la nota roja que a la información política: Pueblo; Diario de Guerrero; Vértice; Sol de Chilpancingo; Revista Numeralia; La Crónica vespertino; Interacción; La Trinchera; Enfoque Guerrero; Revista Escenario Guerrerense (inexistente como muchos), El Reportero; Este Día; ¿No que no?; todos estos se dividen 127 mil pesos al mes.
Como digitales, por desconocimiento, los coordinadores catalogan blogs personales o las llamadas “páginas” sin ningún impacto real y sin la mínima certificación, tales son: Pasión deportiva y Ahora Guerrero, sitios inexistentes a nivel de Rank y con nulas visitas, sin embargo, les destinan: 10 mil 044 pesos.
En el rubro de Agencias, lo cual ninguna de las que se autonombran así lo es en términos reales pues no generan contenido profesional susceptible de ser adquirido por diarios profesionales, aparecen: Agencia Irza, un sitio web hecho con mala tecnología; Agencia Periodística de Investigación, otro sitio similar sin visitantes; Agencia de Noticias de Guerrero, otro sitio también mal realizado y seudo profesional; y Notymas, un sitio igualmente hechizo que pertenece al que fuera director de comunicación social del Congreso, todos estos se reparten 51 mil 960 pesos.
Como es de notar, cada uno de estos llamados “medios digitales” no invierte ni en personal ni en tecnología propia para elevar la calidad de lo que pudieran ofrecer como información. Tampoco ninguno cubre los más mínimos estándares de calidad, ni alcanzan las métricas de audiencia y Rank que debieran para poder acceder a algún subsidio de forma justa.
Los recursos públicos destinados a la subvención de medios de comunicación deberían servir para la profesionalización y el pago justo al trabajo de reporteros, editores, fotógrafos y demás personal que presta servicios mal pagados en los distintos medios de Guerrero, sin embargo, en las situaciones actuales donde los recursos se aplican sin criterios técnicos y de manera arbitraria, se vuelve imposible elevar el nivel de la comunicación que se sirva a la sociedad de este estado mientras  sigan aplicándose criterios subjetivos y determinados por la corrupción y la opacidad en el manejo del dinero público.(bajopalabra.com.mx).

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