viernes, 12 de abril de 2019

ARTÍCULO

La Semana Santa en Copala
César González Guerrero
Envío mi saludo especial a la familia copalteca que año con año participa con todo fervor en las celebraciones de Semana Santa.
Una de las celebraciones con mayor arraigo en el pueblo de México, es la fiesta religio
sa de Semana Santa. Es en estas fechas cuando se narran los sucesos protagonizados por Jesucristo entre la Última Cena, su Crucifixión y Muerte, todo encabezado y promovido por las autoridades eclesiásticas, hombres, mujeres, jóvenes y niños preparados con toda anticipación para tal efecto.
Se puede decir que no hay un pueblo pequeño o grande, rural o urbano, que durante esos días “grandes” olvide lo importante que es revivir los pasajes bíblicos de hace miles de años. Recordando el viacrucis de la pasión, muerte y resurrección de Cristo, Jesucristo o también llamado Jesús de Nazaret.
Aunque el periodo de la Semana Santa es variable, en este año 2019, las autoridades gubernamentales a nivel federal han decretado un receso vacacional del 15 al 26 de abril. Considerando el gran fervor religioso que estos días impactan a los mexicanos. Y desde luego por la gran derrama económica que estas celebraciones generan, en virtud de que la actividad turística en los últimos 40 años fortalece las finanzas de todos los sectores sociales y productivos del país.
En mi tierra Copala, la celebración de Semana Santa, como en la mayoría de los pueblos de México y más de Guerrero, significa una gran devoción y respeto religioso, con mucha fe y creencias espirituales que ayudan mucho a resolver problemas diversos, en materia de salud, economía y moral. Se convierte en un acto que concentra a la población en general, unos actuando en el transcurso de la procesión, otros admirando cada acción y otros más, pero en menor frecuencia, disfrutando y criticando a los participantes.
En este año 2019 la Semana Santa inicia el día domingo 14 de abril, Domingo de Ramos, significando la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén; el lunes Santo es la Unción de Jesús; el martes Santo Jesús anuncia la Traición de Judas; el miércoles Santo se da la traición de Judas Iscariote; el jueves Santo se da la Ultima Cena; el viernes Santo la prisión de Jesús; el sábado Santo es la Vigilia Pascual; y el domingo es el día de la Resurrección de Jesucristo o llamado también de la pascua. La Semana Santa concluye el domingo 21 de abril con el día de la Resurrección.
Recordar estos días es volver a vivir parte de nuestra infancia ya que después de asistir a “la doctrina” durante casi un año, la obligación moral nos exigía acudir a todos los eventos convocados por la iglesia de San Juan Bautista de Copala, y por supuesto que ansiosos esperábamos los días de Semana Santa porque aparte del significado religioso nos interesaba “no trabajar” y “no asistir a la escuela”. Desde luego días de asueto que disfrutábamos en familia.
Inolvidables momentos que en mi tierra Copala, en nuestra época, en los años 1960-1980, tenían una gran relevancia moral, en virtud de que la mayoría de la gente católica, respetaba en todo lo que vale el sacrificio de Jesús. Por supuesto actualmente, a partir de los años 1980-1990, han cambiado las costumbres. Pero a pesar de toda la tradición sigue su curso.
En nuestra época se suspendían casi todas las actividades, las calles permanecían vacías gran parte del día, en silencio, no había radio, música, canciones, altoparlantes, las casas en silencio total, se cubrían con algunos “trapos” todas las imagines religiosas, nada de pleitos, no groserías, discusiones o ruidos. No aseo, no bañarse, no barrer, no lavar, no planchar, no había castigos, mucho menos “azotes”, cinturonazos, bejucazos, etcetera.
 Todo era paz y armonía. Nada de actividades que interrumpieran la meditación de la gente; nada de ir a la leña o acarrear el agua; nada de cortar zacate para alimentar los animales; nada de machetes para trabajar en el campo porque se podrían cortar, nada de salir a trabajar al campo. Solo procesiones, oraciones y misas. 
Existía la creencia de que si alguien se bañaba se podría convertir en pescado. Otros decían que si alguien no respetaba estos días grandes los podría castigar Dios. Pero eso si al “romperse” la gloria, el día sábado, las cosas volvían a la realidad. Habrá tiempo de comentar este tema.
Ahora todo es muy diferente, a pesar de que la mayoría de la gente participa con todo el respeto en los eventos promovidos por la Iglesia Católica, en los momentos libres acuden a disfrutar de las bellezas de Copala, como son sus playas, su rio y su laguna. Y por supuesto el histórico e inolvidable baile popular de Sábado de Gloria.
No cabe duda, los tiempos cambian. Como sea, en esta Semana Santa Copala espera su visita. Y como decía nuestro entrañable paisano Juvencio González (EPD): en Copala nos vemos. Serán Bienvenidos.

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