lunes, 27 de mayo de 2019

SUMARIO DE SEUNDA PRINCIPAL DE PRIMERA PLANA

Demuestra San Pedro
no usar plástico, dicen
GUATEMALA.--San Pedro la Laguna quería salvar el lago local, que se había convertido en un vertedero, y lo lograron. Usan hojas de plátano para envolver alimentos y canastas de palma para hacer las compras.
A pesar de que muchas ciudades del mundo están tratando de frenar su uso de plástico prohibiendo las bolsas de plástico y pajillas, todavía no es suficiente porque hay demasiadas otras cosas en las que utilizamos plástico. Y a pesar de que lo ideal sería prohibir el plástico de un solo uso por completo, muchos creen que es imposible.
Sin embargo, un pequeño pueblo guatemalteco de solo 10 mil habitantes está probando que no solo es posible vivir sin usar plásticos de un solo uso, sino que trae más beneficios a parte de ayudar al planeta.
Desde 2016 San Pedro de La Laguna prohibió el uso de plásticos como bolsas, envases y recipientes porque el lago del pueb
lo, se estaba convirtiendo en un vertedero.
Y desde entonces, el pueblo ha logrado reducir el consumo -y por ende, desechos- de materiales sintéticos hasta en un 80% logrando su principal objetivo: evitar que el Lago Atitlán se convirtiera en un cúmulo de basura.
Para lograrlo San Pedro La Laguna volvió a las tradiciones más antiguas de su pueblo, viviendo de la forma en la que lo hacían antes de que se inventara el plástico.
El pan lo guardan en servilletas tejidas por artesanos, alimentos como la carne, pescado o queso se envuelven en hojas de plátano en los mercados y las comprar del supermercado se transportan en canastas tejidas de palma.
La reducción del uso de plástico no solo ha ayudado a disminuir la contaminación y salvar el lago, sino que también a los artesanos de la zona porque sus creaciones son necesarias para el diario vivir.
A pesar de que el pueblo es pequeño, es un claro ejemplo de que volver a las tradiciones antiguas y usar los implementos que se usaban hace años para hacer las compras, es más que posible.
Hay que renunciar un poco a las comodidades y esforzarnos un poquito más para ayudar al planeta que, les recuerdo, es el único lugar que tenemos para vivir.
Que San Pedro La Laguna sea un ejemplo para todos y ojalá muchas otras ciudades se atrevan a replicar lo que ellos llevan años haciendo.

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