martes, 8 de octubre de 2019

ARTÍCULO CON FOTO

12 de Octubre,
no se olvida
Apolinar Castrejón Marino
La igualdad, la libertad y la solidaridad, son una mentira. Carlos Marx habló de 2 clases sociales: ricos y pobres. El escritor irlandés Oscar Wilde dijo imperativamente que, ser rico o pobre eran categorías económicas, y Michel Foucault aseguraba que solo había homosexuales y heterosexuales.
Ningún escritor sincero, y ningún pensador que se respete, pueden hablar de igualdad. Solo hay por ahí, algunos “artistas” de medio pelo, que entonan sus “composiciones” de versos trasnochados, en que se vanagloria la igualdad de toda la humanidad… en un contexto de pobreza y marginación.
El 12 de octubre de 1992 en Bolivia, 458 Organizaciones no gubernamentales (ONGs), surgidas “espontáneamente”, realizaron la primera gran marcha “indigenista” cont
ra los festejos del V Centenario de la llegada de los españoles a estas tierras, acontecimiento histórico al que prefirieron llamar “Encuentro de Dos Mundos”, y “500 años de la Dignidad y Resistencia de los Pueblos Indígenas”.
En todos los pueblos y ciudades, siempre ha habido manifestaciones de elementos y personajes de las culturas antiguas y rurales de nuestro país, pero a partir de esas fechas, cobraron mayor relevancia, con la nueva bandera de la igualdad.
Loa dependencias y aparatos de difusión del gobierno, y las empresas privadas de televisión como NatGeo, Discovery, History, y Fox, presentaron reportajes y programas especiales, ponderando la importancia de las culturas prehispánicas.
Muchas organizaciones comunales e indígenas, aprovecharon para salir a las calles a reclamar su derecho a la igualdad, y a la participación en la vida política. Bajo a esta bandera, corrieron a cobijarse jóvenes sin trabajo, “estudiantes” fósiles, “ninis”, porros, y provocadores profesionales.
Pronto aprendieron a usar en su beneficio las nuevas tecnologías, que les ayudaron a consiguir la atención de la sociedad, y de repente, llegaron a donde querían: tener el mismo poder que el gobierno.
Pero que no se nos olvide que al neomarxismo le funciona bien, simular ataques en su contra, como una válvula de desahogo de los auténticos reclamos de la sociedad agredida por la explotación y la injusta distribución de la riqueza.
Es fácil ver como el neoindigenismo proveniente de las autoridades, es un engaño mayúsculo, porque lo hace, pervirtiendo la espiritualidad y la auténtica fe, y porque las manifestaciones que deberían ser eminentemente culturales, siempre tienen un trasfondo político.
En esta época en que la gente solo tiene capacidad para aprender a través de los “memes”, resulta importante la lámina en que aparece la activista ambientalista Greta Thunberg atacando a la elite, acusándola de que “… le han robado su infancia”, y enfrente se encuentra “la élite” riéndose.
Aunque el texto que acompaña a este meme, resulta completamente incomprensible para la gente, tenemos que mencionarlo, con la aclaración de que el escritor francés Michel Foucault, obtuvo su sabiduría en el hospital psiquiátrico de Santa Anna, en donde estuvo recluido después de que trató de suicidarse.
Entre las cosas acertadas que escribió, está la siguiente premisa: “… al poder le gusta disfrazarse de su propio adversario, para invisibilizar a los enemigos que podrían desestabilizarlo”.

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