jueves, 23 de enero de 2020

NOTA CON FOTO

Carpeta Política
Tino Gatica
El pequeño teléfono celular y sus benditas o malditas redes digitales sociales en nuestro presente
Es curioso que hace veinte años, muy pocas personas pensaran que llegaría el día en que podrían comunicarse por medio de un aparatito llamado teléfono celular, inhalámbrico e incluso fuera catalogado como “inteligente”. En nuestro presente, en generaciones de personas de menos de diez años saben, tienen la información necesaria de poder utilizar uno de estos medios de comunicación, que tiene infinidad de programas de los más simples como pueden ser los videojuegos hast
a más sofisticados que te dan la hora, te “responden”a algunas preguntas, que reservan tus reuniones, consiguen citas, te recuerdan tus asuntos importantes e incluso se convierten no solamente en un accesorio personal, un “sirviente” sino hasta lo usas como si fuera tu amuleto de la suerte. Aunque existe una brecha generacional en las personas que tienen uno de esos aparatos a quienes no lo poseen, ya son pocos los que por diversas razones carecen de uno. Otros, con un poder adquisitivo portan teléfonos celulares hasta de dos o tres, como una manera de llamar la atención o reafirmar su nivel; los hay quienes cambian cada temporada este objeto o bien los que solamente desean estrenar por estrenar. Y dentro de ese pequeño aparato, a estas alturas de un tamaño que casi cabe en una mano, está un mundo de posibilidades de comunicación desde una ciudad a una remota comunidad. Supongo que estoy usando bastantes “clichés”, pero así es esto. Y en esta forma de comunicarse en comunidad, ya como redes digitales sociales el uso que se les dé será bueno o malo, perjucioso o beneficioso, según sea el caso. Ya en otros escritos me había referido a este uso. En el caso de los políticos, de los poderosos que se reparten las regiones o países del mundo, de quienes lo usan como una herramienta para agilizar sus tiempos, sus agendas, abarcar más con poco, este teléfono celular en sus “entrañas” contieneesas formas de comunicarse, de establecer puentes, de conectarse, contactarse y estar en sintonía con el mundo actual tanto para causar un daño o un beneficio. Si las palabras “matan”, los mensajes e imágenes que se difunden por esta vía también pueden causar el mismo efecto. El asesinato no es muy literal, aunque con el hecho de inducir a cometer un suicidio es más que suficiente. Como toda herramienta, el ser humano sabe cuál es su uso o el fin, o qué lo motiva a usar un teléfono celular buscando ese efecto en sus semejantes. Situaciones terribles se han transmitido por medio de las redes digitales sociales; en esa virtualidad se quedan plasmadas nuestras peores maneras de pensar, de desear, de odiar. También ahí se exponen nuestras virtudes y maneras de expresar nuestros sentimientos, deseos e intereses positivos. Como las armas, como otras herramientas, el contenido, los programas de los teléfonos celulares sirven para armonizar nuestro entorno, o bien buscando dañarlo; misma situación se aplica para otras personas que en estas redes tienen pensamientos completamente opuestos a como son en la realidad. Las siguientes reflexiones son una catársis para quien sigue admirando y sorprendiéndose de lo que ve, escucha y analiza en estas redes digitales sociales, especialmente porque cada día el teléfono celular se convierte en un apéndice de nuestro cuerpo y como mencionaba: para bien o para mal con sus distintos tonos. Por lo anterior que este objeto seguirá siendo innovado con otras expectativas dentro del comercio, de la oferta y la demanda para que se perpetúe hasta que otras herramientas se amalgamen, se fusionen y puedan suplirlo. O bien que se adapten a otros mecanismos que le permitan ser un producto necesariamente básico, como la necesidad de comer o beber agua. (Comentarios:correo electrónico:dacnificados@outlook.es/Facebook:tino gatica).

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