147 Años del Centauro del Norte, y defensor del campesinado

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"𝘠𝘰 𝘴𝘰𝘺 𝘥𝘦 𝘭𝘰𝘴 𝘩𝘰𝘮𝘣𝘳𝘦𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘤𝘶𝘢𝘯𝘥𝘰 𝘵𝘪𝘦𝘯𝘦𝘯 𝘶𝘯 𝘪𝘥𝘦𝘢𝘭, 𝘭𝘰 𝘴𝘪𝘨𝘶𝘦𝘯 𝘩𝘢𝘴𝘵𝘢 𝘭𝘢 𝘮𝘶𝘦𝘳𝘵𝘦".  𝙁𝙧𝙖𝙣𝙘𝙞𝙨𝙘𝙤 𝙑𝙞𝙡𝙡𝙖

𝘼𝙧𝙖𝙘𝙚𝙡𝙞 𝘼𝙜𝙪𝙞𝙡𝙖𝙧 𝙎𝙖𝙡𝙜𝙖𝙙𝙤*.CHILPANCINGO, GRO., 06 de Junio de 2025.--La historia de México está marcada por figuras que, con su lucha y determinación, transformaron el rumbo del país. Entre ellas, Francisco Villa, también conocido como Pancho Villa, destaca como uno de los líderes más emblemáticos de la Revolución Mexicana. Su nombre evoca la resistencia campesina, la lucha por la justicia y el profundo deseo de igualdad en una sociedad marcada por el latifundismo y la opresión.
Pero ¿quién fue realmente Pancho Villa? ¿Un revolucionario comprometido con los ideales de justicia social o un estratega militar que aprovechó el caos del momento? Para entender su legado, es necesario analizar su historia, su papel en la Revolución y el impacto que dejó en México.
𝗗𝗘 𝗕𝗔𝗡𝗗𝗢𝗟𝗘𝗥𝗢 𝗔 𝗟Í𝗗𝗘𝗥 𝗥𝗘𝗩𝗢𝗟𝗨𝗖𝗜𝗢𝗡𝗔𝗥𝗜𝗢
Francisco Villa nació en Durango, México, el 5 de junio de 1878, bajo el nombre de José Doroteo Arango Arámbula. Su juventud estuvo marcada por la pobreza extrema y las injusticias del sistema porfirista, que favorecía a grandes terratenientes mientras millones de campesinos sobrevivían en la marginación.
La leyenda sobre Villa comenzó cuando, tras asesinar a un hacendado que intentó abusar de su hermana, tuvo que huir y convertirse en bandolero, encontrando refugio en las montañas del norte de México. Sin embargo, su visión trascendió el mero bandolerismo y, cuando Francisco I. Madero lanzó el Plan de San Luis en 1910 llamando a la rebelión contra el dictador Porfirio Díaz, Villa se sumó a la lucha.
El profundo conocimiento de los caminos del norte y la lealtad de los campesinos lo convirtieron en líder natural de la División del Norte, uno de los ejércitos revolucionarios más temidos y efectivos del conflicto. Su audacia en el campo de batalla, su estrategia militar y su capacidad de movilizar combatientes fueron claves para el triunfo inicial de la Revolución.
𝗦𝗨 𝗣𝗔𝗣𝗘𝗟 𝗘𝗡 𝗟𝗔 𝗥𝗘𝗩𝗢𝗟𝗨𝗖𝗜Ó𝗡 𝗠𝗘𝗫𝗜𝗖𝗔𝗡𝗔
Después de la caída de Porfirio Díaz, Villa apoyó a Madero, pero pronto se vio envuelto en la lucha contra Victoriano Huerta, quien derrocó y asesinó a Madero en 1913. En esta etapa, la figura de Villa creció aún más, y junto con Emiliano Zapata, lideró un movimiento agrarista que exigía el reparto justo de las tierras.
Su victoria en Zacatecas (1914) fue crucial para la derrota de Huerta y abrió el camino para la llegada de Venustiano Carranza al poder. Sin embargo, la alianza entre Villa y Carranza se rompió rápidamente, pues el gobierno constitucionalista no compartía las reformas radicales que Villa y Zapata buscaban implementar.
La guerra interna entre revolucionarios culminó con la derrota de Villa en Celaya (1915) ante el general Álvaro Obregón. A partir de ese momento, Villa perdió el poder militar y político, y comenzó a operar como guerrillero en el norte de México, hostigando al gobierno carrancista.
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Con la consolidación del gobierno de Carranza, Villa quedó relegado al aislamiento político. En 1920, tras la muerte de Carranza, aceptó una amnistía del nuevo gobierno y se retiró a la Hacienda de El Canutillo, donde intentó formar una colonia agrícola y vivir en paz.
Sin embargo, el temor de los nuevos líderes revolucionarios, como Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles, ante una posible reactivación de Villa, llevó a su asesinato en Parral, Chihuahua, el 20 de julio de 1923.
A pesar de su muerte, el legado de Francisco Villa sigue vivo en la memoria del pueblo mexicano. Su lucha por la justicia, aunque no siempre estuvo libre de controversias, lo convirtió en un símbolo de resistencia y transformación social.
Francisco Villa fue mucho más que un guerrillero; fue un estratega, un líder y un hombre que encarnó el deseo de justicia del México campesino. Aunque su visión agraria no se consolidó en el México posrevolucionario, su legado influyó en la política agraria de los gobiernos posteriores y en el imaginario histórico del país.
Su vida estuvo marcada por la lucha, por la contradicción entre el idealismo y la crudeza de la guerra, pero también por el profundo compromiso con las causas populares. Villa representa la fuerza del pueblo que se niega a vivir bajo el yugo de la opresión.
A 147 años de su nacimiento, Francisco Villa sigue siendo un símbolo de la resistencia y del México campesino. Sus acciones y su visión de justicia agraria dejaron huella en la política mexicana, aunque sus ideales no lograron consolidarse de manera definitiva en el México posrevolucionario.
Hoy, su figura inspira corridos, películas, novelas y debates históricos sobre su papel en la Revolución Mexicana. Algunos lo ven como un héroe, otros como un bandolero, pero lo que es indiscutible es que su legado sigue vivo en la memoria del pueblo mexicano.
La historia de Francisco Villa es un recordatorio de que la lucha por la justicia social es un camino lleno de desafíos. Aunque no alcanzó plenamente sus objetivos, su vida representa la voz de aquellos que enfrentaron la opresión y buscaron un México más equitativo.
A 147 años de su nacimiento, su legado sigue resonando en la historia y en el corazón de México su nombre sigue siendo sinónimo de revolución, valentía y justicia social.
“𝘌𝘭 𝘱𝘢í𝘴 𝘥𝘦𝘣𝘦 𝘴𝘦𝘳 𝘨𝘰𝘣𝘦𝘳𝘯𝘢𝘥𝘰 𝘱𝘰𝘳 𝘢𝘭𝘨𝘶𝘪𝘦𝘯 𝘲𝘶𝘦 𝘳𝘦𝘢𝘭𝘮𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘲𝘶𝘪𝘦𝘳𝘢 𝘢 𝘴𝘶 𝘨𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘺 𝘢 𝘴𝘶 𝘵𝘪𝘦𝘳𝘳𝘢, 𝘺 𝘲𝘶𝘦 𝘤𝘰𝘮𝘱𝘢𝘳𝘵𝘢 𝘭𝘢 𝘳𝘪𝘲𝘶𝘦𝘻𝘢 𝘺 𝘦𝘭 𝘱𝘳𝘰𝘨𝘳𝘦𝘴𝘰". 𝙁𝙧𝙖𝙣𝙘𝙞𝙨𝙘𝙤 𝙑𝙞𝙡𝙡𝙖.
 *Araceli Aguilar Salgado/Periodista.
#𝘌𝘹𝘪𝘨𝘪𝘳𝘭𝘦𝘊𝘭𝘢𝘶𝘥𝘪𝘢𝘤𝘶𝘮𝘱𝘭𝘢.

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