martes, 28 de enero de 2014

COSMOS


Jesús Evangelista Mosso.

 Totalmente diferente en apellido y en actividad a los “evangelistas” escribanos de la Plaza de Santo Domingo de la ciudad de México, don Jesús Evangelista Mosso es aseador de calzado en la plaza central de Chilpancingo desde hace 17 años.
Las personas que solicitan sus servicios tienen que esperar turno porque es el aseador del calzado más solicitado. El por qué, solamente los clientes lo saben, pero todos dominan la paciencia de Job para esperar el momento en que les toca sentarse en el sillón y poner su calzado a disposición del lustrador profesional.
“¿Cuántos le faltan don Jesús?”, pregunta el cliente que llega. El dinámico hombre que está muy activo e incansable moviendo los brazos sentado en un pequeño banco limpiando botas, responde: ¡Dos! Pueden ser tres o más y se los dice. La clientela espera con serenidad.
Eso sí, los zapatos quedan, como reza el anuncio: “Rechinando de limpios”, o como también decía don Nachito Álvarez: “Pior que nuevos”. 
15 o 20 pesos por cada lustre, depende de la dificultad para que el calzado quede como se debe. Con tinta o sin ella, con lija o no. Pareciera que “Chucho”, como le llaman sus compañeros, realiza ¡un milagro en cada lustre!
Don Jesús Evangelista Mosso pasa todo el día en  la plaza central, trabajando en las proximidades del lugar donde estuvo “El comi”, un aseador de calzado que hace años falleció. Cerca de donde estuvo el busto a Don Juan Álvarez.
Nació en Tierra Colorada, población perteneciente al municipio de “Leonardo Bravo”. Fue su papá don Constantino Evangelista Nieto y es su mamá doña Gregorio Mosso Barragán. Vino al mundo el viernes 3 de octubre de 1969. Tiene un hermano: Víctor y un medio hermano: Miguel Mosso Barragán, porque así lo registró su mamá.
Don Jesús empezó con este trabajo, en el cual resultó ser excepcional, a los 26 años de edad. Juan Felipe, un compañero que es aseador de calzado y fue líder del gremio lo enseñó a bolear. Y quien lo invitó a entrarle a la chamba en la plaza central fue Francisco Felipe Cortés por quienes siente un gran aprecio.
Empezó a bolear en la plaza central cargando su cajón de madera en forma clandestina porque “el presidente municipal Héctor Astudillo Flores nos corría, no nos quería ver aquí; pero entró a defendernos el diputado René Lobato y fuimos a la Cámara de Diputados con pancartas y a protestar, y pintamos nuestros cajones de amarillo con el escudo del sol Azteca y formamos nuestra agrupación con el licenciado Raúl Villegas que nos asesoró y la primera reunión que hicimos fue en el kiosco. 
Ahí nació la ‘Alianza de Trabajadores de Lustre de Calzado Plaza Cívica Primer Congreso de Anáhuac, Asociación Civil,’ el 15 de diciembre de 1997 y nos quedamos en la plaza cívica. Ya después que vio nuestra organización, Héctor Astudillo hasta nos regaló 40 sillas para comodidad de nuestros clientes”, actualmente cuentan con treinta y ocho sillones.
Además de ser uno de los más activos aseadores de calzado por lo cual agradece a la clientela que lo busquen para servirles, don Jesús es un hombre callado, tranquilo, laborioso y con preparación, y más que eso con sólidos principios morales. Es muy respetuoso y muy responsable en su trabajo.
Se contenta cuando refiere que muchos de sus compañeros trabajan y estudian en la secundaria, la preparatoria o están en alguna escuela universitaria. Hay algunos que son profesionistas y hace rato dejaron el cajón de bolear: Son profesores, abogados, contadores, gerentes y también hay varios artistas y compositores entre sus compañeros.
Doña Cecilia Benítez Godínez es su esposa, habla de su familia con mucho cariño, de su esposa y de sus hijos Rigoberto y Jessica que son su adoración.


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