miércoles, 19 de noviembre de 2014

ARTICULO

Ayotzinapa atómica

“Los problemas que no se enfrentan oportunamente, se convierten en explosivos”.J.R. Heroles.
--Con afecto para mi maestra Dra. Rosa Isela Ojeda”.
Efraín Flores Maldonado.


Conozco la escuela normal y la historia interna de los liderazgos estudiantiles. Sus luchas han corrido paralelamente a las de la disidencia magisterial. Luchan separadamente y en ocasiones se conjugan. Hay un largo camino recorrido y una valiosa experiencia acumulada.En esas disidencias y en otras esporádicas, y diversificadas, se encuentra el germen de la evolución en calidad y justicia del sistema político mexicano. Se incorporan demandas y en ocasiones los gobernantes visionarios
se adelantan a los reclamos otorgando beneficios novedosos que legitiman al gobierno y a las dirigencias sindicales oficiales. En ambos casos, las mejoras arrancadas y las otorgadas, han dibujado avances valiosos en el sector educativo, tanto en lo académico como en los derechos laborales. Pero Ayotzinapa siempre es la excepción. Hay un proceso crítico de rebelión permanente. El gobierno resiste y los estudiantes siempre insisten. El problema en cada caso, es de visión política de esa relación. Como lo dice el alemán Carl Schmitt, en su obra “El Concepto de lo Político” , eternamente el que posee el máximo poder, es el que decide “Quien es el amigo y Quien el enemigo” en este caso, el estado mexicano mira a las 17 normales del país “ como el enemigo a ignorar, a evadir … o a invadir”. Así los miro la pareja imperial de Iguala de la Independencia. Alejados del proceso educativo, con eminente inteligencia en estado de naturaleza, pero ayunos de educación, cultura general y cultura política, el presidente de Iguala de la Independencia y su esposa los miraron como enemigos, convencidos que tenían derecho a matar, pagando siempre el precio económico, no dudaron en enfrentarlos a sangre y fuego. Toda la periferia de iguala era cementerio suyo., las autoridades superiores los sabían, lo consentían y cobraban en efectivo su complacencia. Este crimen masivo no podía ser la excepción. Había impunidad como siempre. Pero neófitos en la teoría y ejercicio del poder, no imaginaron que cuando la política se complica, “alguien se sacrifica”. Los villanos en la tiniebla fueron exhibidos escandalosamente de manera pública como torvos y torpes asesinos. Ayotzinapa es ya una bomba atómica que sigue destruyendo texto y contexto de la vida política del país. PRD, MORENA y el propio Enrique Peña Nieto están recibiendo Radiaciones de la matanza. Por ello creo que el gobernador sustituto Rogelio Ortega Martínez debe escaparse de ese campo contaminado, reactivando la búsqueda de los normalistas y ubicándose públicamente a su lado y no enfrente, porque no conviene que los rebeldes, sintiéndose poderosos lo ubiquen y lo traten como el “ el enemigo a vencer”. Es todo.

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