miércoles, 26 de noviembre de 2014

COLUMNA

Los burros del Politécnico 
Apolinar Castrejón Marino
De la misma manera en que lo hemos venido haciendo, antes de pasar al tema del día les contamos un pequeño cuento. Hoy les contaremos, EL ESPANTAPÁJAROS. 
Un día le dije al espantapájaros:
-Debes de estar cansado de permanecer inmóvil en este solitario campo.
Y él me dijo.
-No. La dicha de asustar es profunda y duradera; nunca me cansa.
Tras un minuto de reflexión, le contesté:
-Es verdad; pues yo también he conocido esa dicha. 
Muy contrariado me contestó.

-¡No! Sólo quienes estamos rellenos de paja podemos conocerla.
Entonces, me alejé del espantapájaros, sin saber si me había elogiado u ofendido.
Transcurrió un año, durante el cual el espantapájaros se hizo filósofo. Y la próxima vez que volví a pasar junto a él, vi que dos cuervos habían anidado bajo su sombrero.
Usted seguramente ya estará fastidiado de tantos problemas que hay en México. Así que le vamos a exponer de manera más agradable el conflicto de los estudiantes politécnicos, a quienes se puede aplicar el adagio vulgar que reza: “La cuerda se rompe por lo más delgado”.
A estos jóvenes del politécnico nacional los capitalinos los llaman burros, no sabemos exactamente por qué; y ellos mismos se hacen llamar burros blancos. Según sabemos quieren realizar la gran revolución del sistema educativo de nuestro país.
La noche del 23 de febrero, en un programa televisivo de política para desvelados discutían alegremente lo que llamaban “problemas de la comunidad politéctnica”, en los siguientes términos:
1. Ya quieren regresar a clases.
2. 2 quieren dialogar con el nuevo director, y.
3. Quieren “democratizar” al politécnico.
Como el lenguaje que utilizan los jóvenes es muy adelantado, será necesario traducir lo que quieren decir:
Cuando dicen que quieren regresar a clases, quizá se estén refiriendo a que ya se cansaron de estar de flojos y andar de vagos. En Twitter y Facebook ellos aseguran que están estudiando y que están defendiendo la educación pública del país.
“Aseguran” que el director fue impuesto por Enrique Peña, y critican que no haya hablado con ellos antes, cuando participaba en las reuniones de diálogo, porque ya estaba ahí, pero no sabían que iba a ser el director.
Lo más vaciado es cuando hablan de “democratizar” al politécnico, nos están tratando de convencer que ellos deben designar a quienes serán los directivos de todos los niveles, y en todas las escuelas. Y también pretende que estemos de acuerdo en que sean ellos quienes elaboren los planes de estudio de todas las escuelas.
La conductora del programa televisivo les preguntó a los 4 estudiantes invitados, por qué ellos tienen que ser los primeros y los únicos que deben gozar de tales privilegios, y ellos dijeron que esa es la única manera de resolver los problemas del Politécnico.
Debemos admitir que los jóvenes están llenos de vigor y energía, y que se les hace chico el mar para echarse un buche de agua, pero también tenemos que recordarle que todo en exceso es malo, o que “todo abuso será castigado”. 
Decimos esto porque de plano se pasaron con Osorio Chong ese 3 de octubre, cuando a pesar de la lluvia, salió a hablar con ellos a la calle. Y no es que Osorio nos caiga bien, pero a pesar del desprestigio que se draga a cuestas, se le debe algún respeto. 
Y esos mozalbetes que lo ningunearon públicamente, a nadie de los ciudadanos nos cayó bien, porque no tenía ningún caso ser tan altaneros con quien los “estaba haciendo gentes”. Por sí o por no, ahí están los resultados.
El 13 de octubre, los estudiantes politécnicos dijeron que ellos dirían cuándo regresarían a clases, y también dijeron que no era importante nombrar al director. Cuando los maestros y demás trabajadores les reclamaron que por qué no los habían incluido en el pliego petitorio, ellos les contestaron tan tranquilamente que era un movimiento estudiantil y que acaso después los incluirían.
Y ahí están “pariendo chayotes”, pero ¿Usted les creé? ¿Dejarán de andar de revoltoso y se dedicarán a estudiar?

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