miércoles, 10 de diciembre de 2014

COLUMNA

LECTURA POLÍTICA

Noé Mondragón Norato

 7 de junio ¿boicoteo electoral? 
Guardando sus respectivas proporciones, los hechos funestos del pasado 26 y 27 de septiembre ocurridos en Iguala, rebasaron con mucho a los del 2 de octubre de 1968. Quizás por esa razón, el movimiento radical y disidente de Guerrero, enarbole la bandera de los 43 estudiantes normalistas desaparecidos ya no como un reclamo de justicia, sino como forma directa de involucrarse en las decisiones del poder público y de los partidos políticos. Y el llamado del magisterio disidente agrupado en la Coordinadora Estatal de los Trabajadores de la Educación en Guerrero (Ceteg) lleva esa intención. La toma simbólica del Instituto Nacional Electoral (INE) en Chilpancingo, dejó claro el mensaje: decretaron que no habrá elecciones para el 7 de junio de 2015. Y de ahí se abren las lecturas.

EL LÍMITE DE AYOTZINAPA.- Pese a que las acciones del movimiento de protesta social derivado de los hechos de Iguala, se han multiplicado y socializado por prácticamente todo el orbe, muy en el fondo la apuesta política de la federación y de los partidos políticos, es que con el paso del tiempo se enfríe. Pero alumnos y padres de familia de Ayotzinapa, así como maestros de la Ceteg, parecen dispuestos a mantenerlo caliente. Sin embargo, la apuesta parece riesgosa y mete mucho ruido. Se lee así: A) Falta poco menos de seis meses para que se realice el proceso electoral que habrá de renovar gobernador del estado, alcaldes, diputados locales y federales. Para que el movimiento Ceteg-Ayotzinapa aguante tanto tiempo, se consideran algunos inconvenientes. Dos resaltan: cómo financiaran su movimiento luego de que el gobierno federal ya anunció su disposición a no permitir más bloqueos y tomas de casetas de la Autopista del Sol. No debe perderse de vista que el paso de los automovilistas por las casetas de Palo Blanco y La Venta, han sido una fuente de dinero permanente para los inconformes.  Y por el otro lado, todos los maestros de la Ceteg que están plantados en la plaza cívica capitalina, tendrán que entregarles cuentas a los padres de familia, cuyos hijos podrían perder el ciclo escolar completo si se mantiene la protesta cetegista hasta junio. Esta coyuntura abriría incluso, la posibilidad de que el gobierno federal aplique puntual la Reforma Educativa y comience un proceso de liquidaciones magisteriales por ausentismo escolar. Desde luego, también como forma de presión hacia ellos. B) La estrategia del gobierno federal parece simple: una vez que se oficialice el presumible asesinato de los 43 estudiantes normalistas, podría atacar directo hacia una generosa indemnización a los padres de familia agraviados. Y como existe también responsabilidad de los líderes de Ayotzinapa, que llevaron a Iguala a los normalistas desaparecidos, se antoja factible que los padres de familia terminen aceptando resignados, la propuesta de las autoridades federales. Es claro que con dinero no van a recuperar nunca a sus hijos. El dolor de ya no tenerlos. La rabia y el coraje acumulados, tampoco se irán fácilmente. Pero de lo perdido, lo encontrado. O serán otros los que negocien por ellos. Y se percibiría así, una doble manipulación por parte de los líderes de esa normal: la que operaron hacia los estudiantes desaparecidos. Y las de sus propios progenitores. C) Contenidos de algún modo, los padres de familia agraviados, el movimiento Ayotzinapa-Ceteg, podría quedarse sin banderas políticas. Y es ahí donde podrían generar otro zafarrancho con la intención de colapsar por anticipado, la elección del 7 de junio. Por eso se entiende el plan de Peña Nieto, tendiente a reactivar la economía, el turismo y las fuentes de trabajo en una entidad que, históricamente, ha sido abandonada por los gobiernos federales panistas y priístas. En cierto modo, el movimiento social que estalló por los hechos de Iguala, tiene sus límites. Y muchos ciudadanos comunes ya lo están percibiendo así. Pero si el gobierno federal no se emplea a fondo en Guerrero, a fin de resarcir las condiciones de injusticia, marginación y abandono, difícilmente contendrá la protesta social. Eso aunado a otro factor: la disposición proyectada –que no se ve hasta hoy- por los distintos partidos políticos, a fin de limpiar el proceso de selección de sus candidatos a cargos de elección popular. Porque a estas alturas, en Guerrero ya nadie aguanta a los narcoalcaldes y a los narcodiputados. Ese es el punto.
HOJEADAS DE PÁGINAS…Quien se ha quedado sumido en el silencio es el dirigente de la tribu perredista Nueva Mayoría (NM), Evodio Velázquez Aguirre. Y es que, con la salida de Ángel Aguirre del gobierno estatal, la competencia interna por la candidatura a la alcaldía de Acapulco, se puso más pareja con el diputado local, Ángel Aguirre Herrera. Y Evodio sabe que si Beatriz Mojica, se mete a la competencia por el gobierno estatal y ganara hipotéticamente la candidatura del PRD, a él no le cederían la candidatura por Acapulco. Así de simple. Y así de callado.
dragonato@hotmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Muchas gracias por leer La Crónica, Vespertino de Chilpancingo, Realice su comentario.