viernes, 15 de mayo de 2015

COLUMNA

ELl Grillito Sin Censuras

Alfonso Cerdenares Domínguez

-.Día del Maestro. -.Recordamos a nuestros maestros. -.No había “Derechos Humanos”, pero nos regíamos con los valores sociales, culturales y fraternales. -.Cuando se jubila, tiene que salir a las calles a exigir un salario digno.
Día del Maestro, una fecha que poco a poco va a ir perdiendo vigencia, pues las reformas estructurales –esencialmente la llamada Reforma Educativa –ha ido mermando la figura magisterial a su mínima expresión; es más, la famosa defensa de los derechos humanos a favor de los infantes,
sin que éstos, al igual que los padres de familia, tengan conciencia de sus verdaderas obligaciones como estudiantes y como miembros de una “suciedad”, ha hecho que el maestro, el docente, el otrora apóstol de la educación, poco a poco vaya convirtiéndose en cómplice de toda esta barbarie que estamos viviendo en los últimos tiempos; nosotros recordamos a nuestros maestros que, regla de madera en mano, con el borrador o con el gis, nos hacían corregir algunas de nuestras actitudes; quizá tuvimos una educación bárbara, salvaje, pero correctiva; pocos de nosotros –al menos de nuestra generación estudiantil –tuvimos problemas con la justicia, casi todos fuimos, si no excelentes, sí buenos estudiantes, profesionistas, trabajadores en el ámbito en el que nos desarrollamos; entonces no había “Derechos Humanos”, pero nos regíamos con los valores sociales, culturales y fraternales; ¿cuántos de nosotros tuvimos que pedir disculpas por haber cometido un error?; ¿cuántos de nosotros perdonamos a nuestros semejantes cuando nos sentimos agredidos?; había bullying, lo reconocemos, pero era dentro de un ambiente sano, del que nos reíamos a carcajadas; cuando llegábamos a más, con un “tirito” lo solventábamos todo y la situación volvía a su cauce; eso sí, pocos teníamos televisión y los que sí, no veíamos las “churrotelenovelas de Taravisa”, sino las caricaturas de Tom y Jerry, Viaje Fantástico, Tarzán y Tierra de Gigantes, entre otras tantas series; tampoco veíamos las tonterías de El Chavo del Ocho, en el que los presuntos infantes se burlaban del “Profesor Jirafales”; sin embargo, en su afán modernizador, la sociedad “incivilizada” decidió crear la famosa Comisión de los Derechos Humanos y la figura del maestro comenzó a venirse a pique; ya no se le puede llamar la atención a aquel chamaco que, debido a lo que aprende al ver tanta violencia en la televisión, agrede a sus compañeros; ya ni siquiera se le puede castigar dejándolo sin recreo, mucho menos ponerle “las orejas de burro”, tan populares en otros tiempos; ahora, el maestro es reo de la sociedad, está supeditado, no a lo que diga la sociedad, cuyos integrantes son los más amolados, sino a lo que establezca la partidocracia que, desde hace varias décadas, se han adueñado del verdadero poder que debe de emanar del pueblo; en fin, celebramos el Día del Maestro y vemos cómo aquel ser que nos enseñó a leer y a escribir, cuando se jubila, tiene que salir a las calles a exigir un salario digno para pasar sin contratiempos sus últimos días, caso contrario a los políticos, que se hartan de dinero y les vale un cacahuate la crisis y la miseria del pueblo; todo cambiará cuando hagamos conciencia de nuestra realidad, entonces, como sociedad, debemos de tomar al toro por los cuernos y poner a cada quien en su lugar; veremos qué pasa, si no, al tiempo y… ¿quién es el que anda ahí? Comentarios y sugerencias al E-Mail: alfcerdenaresd@hotmail.com

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