lunes, 27 de julio de 2015

COLUMNA

Alejandro Dumas

Apolinar Castrejón Marino

El 29 de julio, nació el escritor francés Alejandro Dumas. Su fama mundial se debe a las obras clásicas: El Conde de Montecristo, El hombre de la máscara de hierro, y Los Tres Mosqueteros, que escribió en forma de novelas, pero que muchas veces han sido adaptadas para hacerlas películas y obras de teatro.
Alejandro Dumas (Dumá) poseía una fuerte personalidad, y muchos investigadores han estudiado su naturaleza, buscando el secreto se genialidad y talento. Otros creen que no hay tal, pues le tocó una vida muy dura y tormentosa, y solo tuvo que contar sus experiencias de vida. 
Su padre, fue el general Thomas-Alexandre Dumas, héroe de la Revolución Francesa apodado el Conde Negro, quien a su vez, fue hijo de un aristócrata francés. Este señor, se enroló como marinero en busca de fortuna, pero todo le salió mal y terminó arruinado. Pobre y olvidado por sus amigos, pero con los recuerdos de su nobleza, se retiró a la isla de Haití. Al poco tiempo, se juntó en unión libre con la esclava negra Marie Césette.

Alexandre Dumas, nació el 29 de julio de 1802, en una pequeña población llamada Villa de Coteres, cerca de Dieppe, en Francia. Debido a la pobreza, su educación fue muy deficiente, y desde muy pequeño empezó a trabajar como mensajero, vendedor de tabaco, y ayudante de un notario. Dedicaba su tiempo libre a la cacería, y a temprana edad empezó a cortejar a las muchachas, lo cual le acarreó algunos problemas. 
Debido a la larga ausencia de su padre Thomas-Alexandre, en Francia, se lo daba por muerto, hasta que se propuso  regresar a reclamar su fortuna. Pero como no tenía dinero, tuvo que vender como esclavo a su hijo Alejandro, nuestro héroe. Thomas-Alexandre recuperó su fortuna y en cuento pudo, pagó por la libertad de su hijo, y ambos se fueron a Francia. Alejandro, tenía 14 años.
En París quedó fascinado por la ciudad y el teatro, pero se trasladó a Versalles en busca de trabajo, y ahí aprovechó para recibir entrenamiento en la academia de esgrima, convirtiéndose rápidamente en un excelente espadachín; en un tiempo en que los problemas se resolvían por propia mano.
En 1823 se instaló en París, gracias a una recomendación que consiguió del General Foy, amigo de su padre, para pedirle trabajo al Duque de Orleans como escribiente. El noble, quedó impresionado con su perfecta caligrafía. Ahí provechó para combinar su afición de escribir, el género de su predilección: el drama y la novela histórica, aunque lo hacía de manera autodidacta.
Cuando tuvo cierta estabilidad económica, repartió su tiempo entre los viajes, la producción de sus obras, y los amoríos con las mujeres más hermosas. En 1824 nació su hijo Alejandro Dumas hijo, fruto de su romance con la costurera Marie-Catherine Lebay, y el 5 de marzo de 1831 vino al mundo Marie-Alexandrine, fruto de su relación con la actriz Belle Krebsamer. Viajó por Suiza, Italia, Bélgica y Alemania y en 1840 se casó con la actriz Ida Ferrer.
Produjo tragedias, dramas, melodramas, y aventuras. Ya siendo un escritor famoso, aunque, para atender a la demanda del público, recurrió a la ayuda, de "colaboradores" entre los que destacó Auguste Maquet. Esto fue muy criticado, y sus enemigos aprovecharon para afirmar que no era él quien escribía las obras, sino otros escritores talentosos y él solo las firmaba como suyas.
En esta vorágine, el ministro de Instrucción Pública de Francia, M. de Salvandy, quien estaba fascinado por las obras de Dumas, lo invitó a viajar, junto a su hijo y un grupo de amigos a Argelia, a España, Cádiz, y Túnez. Las vivencias de esos viajes le proporcionaron materiales para sus libros.
La discusión en torno a sus libros creció, alimentada por un colaborador desleal, Auguste Maquet, quien había conseguido unas memorias de D´Artagnan, firmadas por Gatien Courtilz de Sandras. Maquet investigó  exhaustivamente, y descubrió que Alejandro solo le había dado forma de novela. 
Con el fin de desprestigiar más el nombre de Alejandro, Maquet publicó su propia versión de los tres mosqueteros, pero tanto ésta como la de Gatien resultaron verdaderos esperpentos literarios, mientras que la versión de Alejandro era más ágil y amena. Rompió su relación con Maquet, y lo denunció por haberse aprovechado de él. Ganó el juicio y el juez ordenó que tenían que pagarle 145,000 francos en 10 años.
Alejandro amasó una considerable fortuna, pero la dilapidó en fiestas, vino y mujeres. Se construyó un castillo en Le Port-Marly al que llamó Monte-Cristo. Contrató decoradores de Argelia y compró los muebles clásicos más caros. Mantenía a sus hijos, a las madres de ellos y a varias amantes, y vivía con gran lujo.

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