martes, 1 de septiembre de 2015

COLUMNA

 El gato y los maestros 

Apolinar Castrejón Marino

Hoy les contaremos un cuento muy breve acerca del gato de un gurú de la lejana provincia árabe de Doha. Se cuenta que cuando el sabio Nhar-Adín se reunía por las tardes con los fieles creyentes, para hablarles de las enseñanzas del profeta, siempre se acercaba su gato, que se entretenía rondando entre los fieles.
Cada vez lo hacía con más confianza, y les ronroneaba y se tallaba en sus vestiduras, cariñosamente. Llegó a convertirse en una molestia, pues como sabemos, no a todas las gentes les gustan los animales “de compañía”.

El gurú, también llegó a notar que los distraía de sus enseñanzas, y optó por poner un poco de orden. Le pidió a su acólito que amarrara al gato por el cuello con una cuerda. La previsión no fue muy acertada, pues el gato la rompió con sus colmillos, que eran muy afilados.
Pero el acólito era muy inteligente, y a la tarde siguiente ató al felino con una cadena fina y delgada que se encontró en el curato. Y ahí tienes gato, para que te eduques. Luego que se dio cuenta que no podía romper la cadena, se quedó quieto, y todos contentos.
Esto se volvió una rutina, como parte del ceremonial de los servicios religiosos. Como a los 10 años, murió el gato, y los fieles, acostumbrados a la presencia del animal, llevaron otro gato, y lo ataron con la misma cadena. Los fieles fueron muriendo poco a poco, y también murió el profeta. Y la nueva generación de creyentes, recibieron a otro pastor, y continuaron amarrando a un gato junto al altar. Y cuando moría el gato, conseguían otro.
Y pasaron los siglos, y cuando los seguidores de esa religión decidieron escribir los principios de sus creencias, expresaron doctamente el importante papel que desempeña el gato en la realización de su culto. Y el profeta atestiguó el caso.
El arte de leer. Hermilo Abreu Gómez. 
El mal viene de la escuela. Nuestros maestros se empeñan en realizar una doble tarea al mismo tiempo: instruir y deleitar.
Y esto no es posible. O se instruye o se deleita. Las dos cosas juntas resultan contradictorias y, a la postre inútiles. El niño sometido a este método acaba por perder la noción de lo que es saber y de lo que es gozar.
Los maestros deben distribuir el tiempo con sentido didáctico. Esto quiere decir, tomar en cuenta la cantidad y la calidad de los contenidos noseológicos que el educando puede asimilar.
Para eso sirven las Ciencias de la educación que se estudia en las escuelas normales de maestros, como la psicología evolutiva y la pedagogía. 
Un plan de clase tradicional empieza con un instante  de motivación, durante el cual el maestro les cuenta un cuento a sus alumnos, o les invita a entonar una canción, o los invita a participar en un juego, dependiendo de la edad o el grupo que atienda.
Ese instante de motivación debe durar entre 10 y 20 minutos, y debe servir para captar la atención de los alumnos, y para introducirlos al tema que se tratara en esa jornada: lenguaje, matemáticas, historia, ciencias naturales, etc.
Respecto a los temas a tratar en el grupo, deben apegarse estrictamente a los programas oficiales que distribuye la Secretaría de Educación Pública (SEP), y toda desviación de esta guía oficial, será considerada una falta administrativa grave.
Por esto mismo, es de fundamental importancia que todas las personas que trabajen con niños y jóvenes, estén capacitados, que hayan cursado la educación normal para profesores. Actualmente hay muchos “maestr@s” de danza, de teatro, y actividades artísticas, que se formaron “profesionalmente” en escuelas y colegios “patito”, que dan un trato indeseable a sus alumnos.
Un “maestro” de educación física, le arrancó una oreja a un alumno en Tixtla, una “maestra” de canto disciplinaba a los alumnos de un jardín de niños en Chilpancingo, pegándoles las manitas con cinta “canela”, y se han dado muchos casos de violaciones en los que resultan involucrados conserjes y prefectos. 
Cualquier previsión es un derecho de los padres para proteger a sus hijos, y una escuela debe ser una institución confiable, en donde todos los empleados estén convenientemente calificados ¿No creé?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Muchas gracias por leer La Crónica, Vespertino de Chilpancingo, Realice su comentario.