martes, 22 de septiembre de 2015

NOTA

Conversación de militares
ante la tragedia de Iguala

Leslie Diaz.--“No te acerques mucho ni te arriesgues”, fue la orden que dio el Teniente Joel Gálvez al soldado Eduardo Mota quien presenció cómo la Policía Municipal de Iguala de la Independencia rodeaba un transporte repleto de normalistas e intentaba someterlos mediante gases lacrimógenos y amenazas la noche del 26 de septiembre de 2014.

Esta conversación forma parte de las declaraciones de los dos militares ante la Procuraduría General de la República (PGR) a las que tuvo acceso el diario español El País. 
El reporte refiere que el 27 Batallón de Infantería de Iguala, y su cuartel general, en Chilpancingo, recibieron información de primera mano de lo ocurrido esa noche y pese a ello, el Ejército mantuvo la distancia y dejó que la Policía Municipal detuviera  los estudiantes.
“Un sargento mantenía al tanto al oficial de inteligencia, quien a su vez ponía en conocimiento de la espiral de violencia a su superior, el coronel José Rodríguez Pérez, y al cuartel central de la 35 zona militar, al mando del general Alejandro Saavedra Hernández”, refiere el diario español.
Menciona que el Teniente Gálvez recibió al menos nueve llamadas. en la primera, el oficial ordenó al soldado Mota, encargado de comunicaciones y encriptación, acudir a uno de los focos de tensión, a pocos metros de la central de autobús. El agente de inteligencia tomó fotos y, tras ser conminado por su Teniente a no acercarse, regresó a su batallón.
 “A partir de ese momento se sucedieron las llamadas del C-4 y también las peticiones de ayuda de ciudadanos. Los militares, bajo órdenes del coronel, empezaron a patrullar la ciudad. Acudieron a los sitios donde se habían refugiado por decenas los normalistas, entre ellos, el Hospital General y la Clínica Cristina, se toparon con heridos graves, alguno al borde de la muerte, y escucharon los relatos del terror. El cuartel general fue informado”, reseña El País.
Los militares encontraron varios cadáveres. Primero vieron a dos estudiantes tiroteados. Luego avistaron a los tres acribillados en el ataque al autobús del equipo de fútbol Los Avispones, que la Policía Municipal confundió con normalistas. “
Ya al alba, las primeras luces descubrieron el rostro desollado y sin ojos del estudiante Julio César Mondragón”, agrega El País.

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