PRINCIPAL DE NOTA ROJA

Muere bolillero en

un billar hoy lunes

Antonio Cantú Rendón.—Un bolillero muere como los gallos pelando, pero con las caguamas--cervezas—hoy lunes por la mañana, cuando se encontraba en el interior de un billar.

El ahora occiso respondía el nombre de José Guadalupe Nava Angel de 39 años de edad, con domicilio en la barranca “Las Tortolitas” de la colonia “San Juan” y también era conocido en los asentamientos humanos “Emiliano Zapata” y “Renacimiento” de Chilpancingo, por el trabajo que desempeñaba.

Sobre los hechos dio a conocer la encargada del billar con razón social “Lucki Seven” que se ubica sobre la calle “Benito Juárez” de la colonia “Vista Hermosa”, que el día de ayer cerca de las 23 horas llegó el ahora occiso junto con más amigo a ingerir bebidas a esa negociación.

Externó la encargada Gisel Guadalupe Valente Bautista que al pasar las horas el supuesto vendedor de bolillos, se quedó sentado en una silla, mientras que sus amigos se retiraron a sus casas.

La despachadora informó ante las autoridades que a las seis de la mañana de hoy lunes se encontraba durmiendo en un sofá, y a unos cuantos metros escuchó que el supuesto teporocho hacía lo mismo.

Cerca de las 7:30 de la mañana de hoy lunes, despertó y escuchó que ya no roncaba, por lo que intentó despertarlo, pero como no respondió, habló por teléfono celular su patrón  y dueño del billar, Marco Antonio Benítez Gómez, quien desde su casa solicitó la presencia de los paramédicos de Protección Civil.

Los socorristas arribaron hasta el lugar, para tratar de brindarle los primeros auxilios, pero se dieron cuenta de que ya había muerto, al parecer de una supuesta congestión alcohólica.

Sin embargo en las próximas horas se habrá de conocer las verdaderas causas si fue por envenenamiento, extrangulamiento o   de una congestión alcohólica.

Cerca de las 11 de la mañana de hoy lunes, aún se encontraba el cadáver en el interior del negocio de billar, en donde llegó su madre, Jovita Angel García y su hermana Maricela  Nava Angel,  a reconocer al desafortunado hombre.

Los familiares no daban crédito y comenzaron a gritar que por culpa del dueño de la cantina se había muerto su hijo, después llegó un auxiliar de la Agencia del Ministerio Público del Fuero Común para iniciar las primeras diligencias de ley y después el cadáver fue trasladado del cadáver para practicarle la necropsia de ley y posteriormente entregarlo a los familiares para que le den cristiana sepultura.