martes, 10 de noviembre de 2015

PRIMERA PLANA

El túnel escurridizo
de los Peña Celso



Margena de la O.-En Carrizalillo existe “la calle del terror”. En “la calle del terror” existe una casa de paredes color verde chillante. En la casa color verde chillante existe un túnel. Y el túnel es un pasadizo de unos 100 metros que conecta a tres puntos distintos del pueblo, y que hace escurridizo a cualquiera, al más estilo narco.

La “calle del terror” es realmente la calle de El Corralón, pero ganó el nombre, al menos es lo que narran los habitantes del pueblo, gracias a la fama de las familias que allí vivían: los Peña Celso, los Peña López, los Celso Montiel, los Celso Solís.
La casa pintada sin ningún asomo de discreción es de Modesto Peña Celso. Modesto cobró notoriedad mediática apenas hace unos días, cuando sus paisanos lo retuvieron junto a nueve policías federales, y con eso se supo —según  los habitantes, aunque hasta ahora autoridad lo confirme hasta ahora— que tenía una relación con Guerreros Unidos, el  cártel que tiene presencia en la zona Norte de Guerrero.
Carrizalillo, del municipio Eduardo Neri, todavía es parte de zona Centro, región que controla otro cártel local, Los Rojos, pero donde -según este caso y la versión de una fracción del pueblo- Guerreros Unidos buscaron penetrar.
Los pasadizos 
Los túneles encontrados en la casa de Modesto forman parte de otro trozo de la historia de este pueblo devorado por la minera Gold Corp, con habitantes abonanzados de la noche a la mañana porque sus tierras dejaron de cosechar maíz por oro macizo –a quienes les quitan parte de la renta de sus tierras- y de familias que rivalizan desde las trincheras opuestas de los cárteles.
El túnel forma parte del diseño de la casa de Modesto, ubicada a unos metros de la de su hermano Onofre, en la misma que -dicen en el pueblo- se refugió una semana después de que  ocurrió el ataque y desaparición de los normalistas de Ayotzinapa.
La casa de Modesto, como la de todos sus familiares se encuentran abandonadas, saqueadas y disponibles (sus puertas abiertas o apenas atrancadas) para cualquiera que quiera escudriñarlas. La casa está de cabeza: los muebles desaliñados, otros destrozados y sus pedazos sobre el suelo, ropa y trastos también sobre el suelo. Impera el polvo.
Ahí se descubrió el túnel: un hueco en una esquina sobre el suelo. Un camino de concreto que lleva a tres puntos: la casa contigua que se sabe Modesto Peña despojó a un hombre que le llamaban ‘Don Güero’, por su supuesta relación con Los Rojos; hacia la calle trasera de la vivienda, y hacia un boquete que traspasa la calle de El Corralón y conecta a la salida del pueblo.
Dos de los reporteros que  entran en la casa siguen el camino más largo del túnel en forma de escuadra. Un hoyo gigante con estructura de desagüe los arroja a un basurero de una vereda de cerros en picada, lo que al parecer funcionaba para huir, con salida al otro lado de “la calle del terror”.
Este día, “la calle del terror” es vigilada por Policías Federales, como parte de un operativo de localización de fosas clandestinas. El resto de los reporteros sin discreción comentan libremente la desembocadura del túnel y le toman fotos. Los policías -presentes, pero ausentes- parecen no percatarse de lo que ocurre. (lasillarota.com).

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