jueves, 10 de diciembre de 2015

ARTICULO

Guerrero, cambio por cambio
Jorge Guzmán Martínez

Muchas veces se ha comentado que la corrupción es un acto ilegal cuyas implicaciones negativas  tanto políticas sociales y económicas impactan al país y a todos los rincones del mundo y que aumenta día con día.

Si bien es cierto que para entender  esta locución  es necesario entender cuál es la semilla de la corrupción, donde inicia, donde se desarrolla  y donde puede terminar.
La corrupción no afecta solo al sistema de Gobierno y a aquellos que ejecutan estos actos, sino a todas las personas, ya que esto se vuelve un sistema de vida, de trabajo y de convivencia.
Acto ilegal y no ético que viene como consecuencia del abuso del poder, que favorecen intereses personales, como  dijeran en los corrillos los criticones del sistema político, y uno que otro ardido que no alcanzó puesto público o político en el gabinete gubernamental.
Pero veamos se dice por ahí que no nada más la corrupción favorece a intereses particulares, sino que también salen beneficiados los familiares en línea directa y  los no tan  directa, pues desde amigas y concubinas son beneficiadas con estos actos  y que incluso también involucran a organizaciones sociales. En estos tiempos ya hay un día contra la corrupción que es lo mismo que si festejaran el día de la corrupción.
Al principio se pensó que la corrupción seria transitoria y se conservaba la esperanza de que algún día nuestro país sería  otra vez integro y sin más corrupción, bueno esas eran y son las persuasiones de los candidatos  al poder político y económico. pero la realidad es otra, quien llega al poder de una u otra manera fomenta la corrupción y maquillan la operatividad de sus acciones, quitando a unos y poniendo a otros argumentando que las nóminas están infladas y afectan el presupuesto federal, estatal o municipal.
Dicen que la corrupción  es como hacer el amor se necesitan dos o más, y la sociedad no está exenta de culpa en lo que a corrupción se refiere, por ejemplo lo vivimos casi a diario cuando un ciudadano común y corriente está dando una mordida para evitarse un largo  trámite burocrático, o cuando un funcionario por hacer un favor pide una lana,  y bueno hasta el profesor que no dá clase y el alumno que exige su certificado aun cuando no sabe nada, o el agente de tránsito que recibe la mochada para no quitar la placa. Todos estamos embarrados en el fenómeno de la corrupción o dígame, estimado lector  Usted nunca a cometido un acto de corrupción por menor que esta sea? Hasta la próxima.

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