miércoles, 2 de diciembre de 2015

PRINCIPAL DE NOTA ROJA

Entre las víctimas de GU hay
militares y policías de Iguala

 Jonathan Cuevas.IGUALA DE LA INDEPENDENCIA, GRO.--Entre los últimos restos exhumados por la Procuraduría General de la República (PGR) en el predio conocido como “Tijerillas”, Iguala, fueron hallados 4 uniformes de la policía municipal completos, y tres incompletos. A principios del gobierno de José Luis Abarca Velázquez, efectivos de esta corporación ligados al grupo criminal “Guerreros Unidos”, desaparecieron a al menos siete de sus compañeros. 

Hasta el miércoles de la semana pasada, la Procuraduría General de la República (PGR) había exhumado 9 cadáveres en lo que iba de la semana, con lo que sumaban en total 113 restos rescatados en fosas clandestinas halladas por miembros del comité “Los Otros Desaparecidos de Iguala”, entre los cerros que rodean a Iguala. 
Se trata de nueve osamentas de las cuales siete fueron ubicadas en una sola fosa clandestina sobre predio conocido como “Tijerillas”, que fue explorado el pasado 08 de noviembre por familiares de personas desaparecidas. En ese predio, aquel día, fueron ubicados al menos dos trajes militares a unos 500 metros de distancia (cerro arriba) de la carretera Iguala-Taxco, a la altura de la comunidad de El Naranjo.
Justo en la entrada de ese poblado sobre la vía carretera en mención, los policías municipales mantuvieron un retén permanente durante al menos 4 años. En ese tiempo se registraron decenas de secuestros y desapariciones de personas que habrían sido detenidas por agentes que operaban en ese retén. 
Se cree que en el predio hay más cadáveres que exhumar y, este domingo 29 de noviembre, los ciudadanos en busca de fosas clandestinas y de sus familiares desaparecidos, ubicaron otras 18 posibles fosas. 
De acuerdo a fuentes consultadas por este medio informativo, entre la fosa de donde fueron extraídas siete osamentas, también fueron encontrados cuatro uniformes completos, al parecer de policías municipales, así como tres incompletos. Cada uno de los uniformes cubría un cadáver, lo que significa que fueron enterrados con esas ropas puestas. 
Los informes obtenidos indican que en ese mismo sitio fueron ubicados 6 casquillos de arma de fuego calibre 22, por lo que se cree que seis de estas osamentas fueron ultimadas con el tiro de gracia y, a la otra víctima le habrían destrozado la cabeza con algún otro artefacto. 
Se pudo saber que uno de los cadáveres tenía un diente de metal, pero es la única referencia (además de los uniformes policiacos) encontrada, por lo que la Procuraduría General de la República ya trabaja en la identificación de los restos. 
Las víctimas que fueron enterradas en esa fosa hace aproximadamente 3 años (de acuerdo al primer estudio forense), habrían sido torturadas brutalmente previo a su ejecución. Esto se cree debido a las evidencias y marcas halladas por las autoridades dentro y alrededor de la fosa.  
Siete desapariciones 
Hace exactamente un año, el 30 de noviembre de 2014, Agencia Periodística de Investigación (API) publicó una nota titulada: “Policías de Iguala desaparecieron a al menos 7 de sus compañeros; un era comandante”.
En el trabajo se explica que dentro de la policía municipal se cometieron infinidad de delitos desde el gobierno de Raúl Tovar Tavera (2009-2012) y que se agravaron con la llegada de José Luis Abarca Velázquez en el 2012.
De acuerdo a testimonios recabados en esta ciudad; la mayoría de los elementos que integraban la corporación municipal estaban ligados al grupo de los Guerreros Unidos.
Los policías conocidos como “bélicos”, es decir, aquellos que se encargaban de los rondines nocturnos y las operaciones especiales, que siempre iban cubiertos con capuchas; eran los principales operadores del crimen organizado.
Pero aquellos que operaban en los retenes de acceso a la ciudad sobre las vías que vienen de Chilpancingo, Taxco y Cocula, eran quienes llevaban presas a las víctimas y, posteriormente desde la comandancia municipal eran sacadas para entregarlas a los sicarios.
Por su parte los “bélicos” manejaban patrullas apócrifas que a través de redes sociales y de forma anónima, los ciudadanos denunciaron públicamente en varias ocasiones. El gobierno del estado y federal siempre se negaron a investigar estas acciones ante la falta de “una denuncia formal”.
Desde esas unidades e incluso con varias oficiales, los uniformados cometían “levantones” de personas durante el día y la noche. De los retenes policiacos de acceso a la ciudad fueron levantadas cientos de personas, según se cree.
A principios del gobierno de José Luis Abarca fueron desaparecidos al menos 7 elementos de la Policía Municipal que se atrevieron a hacer frente a los policías ligados al narco, al advertirles que los denunciarían ante la PGR o en Derechos Humanos.
Y es que los operadores de Guerreros Unidos dentro de la corporación, maltrataban y torturaban al resto de sus compañeros que no coincidían con su forma de pensar y actuar.
“Varios de los policías fueron desaparecidos por sus propios compañeros, dentro de la comandancia los torturaban y luego se los llevaban para desaparecerlos. Algunos decían que los habían quemado vivos”; dijo un ciudadano al emitir su testimonio a este medio informativo.
Entre éstos casos estuvo el de Abraham Alemán García quien fue durante el gobierno de Raúl Tovar Tavera, director de la Policía Municipal.
De este se sabe que un detenido por el caso Ayotzinapa de nombre Ramiro Ocampo Pineda, señaló una de las fosas ubicadas en el paraje de La Laguna como el punto donde habría sido sepultado el comandante Abraham.
El domingo 22 de noviembre de 2014, familiares de los desaparecidos en Iguala e integrantes de la UPOEG, localizaron y excavaron alrededor de 7 fosas clandestinas en el paraje la Laguna y la Joya, donde localizaron huesos y un pedazo de cráneo.
Ante ello, el lunes 23, peritos en criminalística empezaron con los trabajos de exhumación de osamentas en el paraje la Laguna y la Joya, donde fueron localizadas 16 osamentas.
De acuerdo al testimonio de uno de los detenidos a quien llevaron al lugar de las fosas ubicadas en el paraje la Laguna, ahí solían sepultar los restos de las víctimas de los Guerreros Unidos. En ese lugar, el detenido Ramiro Ocampo Pineda reveló que era jefe de halcones y que cuando trabajó como caporal con otros miembros del grupo criminal, le mostraron donde habían enterrado al ex director de la policía preventiva Abraham Alemán García.
En su relató, Ocampo Pineda dijo que cuanto los integrantes de GU hacían fiesta, las realizaban en el Rancho “Los Naranjos”, lugar donde presuntamente hay una  fosa clandestina a la cual iban a tirar los cuerpos de sus víctimas y que, en ese lugar hay una presa donde el ganado bebe agua.
Los elementos de la PGR llevaron a Ramiro Ocampo hasta el paraje la Laguna, donde les señaló la fosa donde enterraron al ex director de la policía preventiva y a sus colaboradores.
En su declaración ante el Juzgado Federal de Procesos Penales con sede en Tamaulipas, Ramiro Ocampo aceptó haber trabajado para el Grupo “Guerreros Unidos”, aunque negó haber participado en la desaparición de los 43 estudiantes normalistas, el pasado 26 y 27 de septiembre.
Sin embargo, un año después las autoridades federales no han informado si el cuerpo del comandante Abraham Alemán García fue identificado entre los restos hallados en La Laguna y La Joya, por lo que no se descarta, aunque tampoco se puede asegurar, que sus restos estén entre los exhumados la semana pasada en Tijerillas, de donde se extrajeron 7 uniformes policiales, número que coincide con las siete desapariciones reportadas por este medio hace un año. (API).

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