martes, 19 de enero de 2016

ARTICULO

Justicia, asignatura pendiente

Juan Francisco Mendoza Huizar*
 La democracia no es una solución en sí misma, surge de una sociedad justa y ordenada, asegura el historiador estadounidense, Jhon Womak Junior. Por lo tanto, nuestra sociedad no podrá llamarse democrática mientras no exista justicia, en sus dos principales vertientes: legal y social.

La reforma constitucional aprobada el 18 de junio del 2008 establece los lineamientos fundamentales para transformar el concepto de impartición de justicia. Hoy, a cinco meses exactos de que se cumpla el plazo para establecer los juicios orales como procedimiento central para satisfacer la demanda de justicia de los ciudadanos, todavía no se ha implementado este sistema procesal en todo el país. Existen rezagos importantes.
El párrafo segundo del artículo 17 constitucional señala que los mexicanos tenemos derecho a recibir una justicia pronta y expedita, porque también se afirma que justicia fuera de tiempo, es en realidad una injusticia. Tenemos juicios civiles y penales que se prolongan por años, ante una lentitud inexplicable de los órganos juridisccionales. Esto eleva los índices de impunidad, causa tensión social y la aplicación dl “ojo por ojo”.
Entendemos que la Reforma al sistema judicial tiene como objetivo central abatir el rezago en materia de impartición de justicia, sobre todo, en los tribunales de los estados de la Republica, donde los solicitantes de justicia se enfrentan a serios problemas de burocracia, ineptitud y corrupción, fenómenos que provocan un retraso en las resoluciones, que oscila entre un 25 por ciento y un 35 por ciento según la entidad de que se trate.
Para complementar la Reforma al sistema de justicia penal, se aprobó en marzo  del 2014, el Código Nacional de Procedimientos Penales, como parte de las reformas estructurales impulsadas por el presidente de la  República, que sustituye a los 32 códigos  estatales y que unifica los criterios para el desarrollo de los procesos penales.
El 2 de abril del 2013 se publica el decreto que pone en vigor La nueva ley de amparo, otra de las reformas estructurales, que actualiza este importante instrumento de control constitucional, que protege a los ciudadanos de los abusos del poder público. Se amplían sus alcances, como la protección de los derechos humanos incluidos en los tratados internacionales firmados por México; el amparo colectivo y la acotación de la suspensión provisional, entre otras garantías para la sociedad.
Como podemos advertir con claridad, existen las estructuras jurídicas necesarias y suficientes para concretar el cambio que la nación y nuestro estado necesitan. Debemos hoy iniciar el proceso para revertir lo que en su momento señaló el finado ex ministro de la  Suprema Corte, don Juventino Castro y Castro, en el sentido de que México era un país de leyes pero sin justicia.
Ahora sólo nos corresponde esperar a que estos instrumentos legales sean adecuadamente utilizados para transformar el actual estado de cosas en materia de impartición de justicia. Los mexicanos en general, y los guerrerenses en lo particular tienen una urgente necesidad de justicia desde hace muchos años.
Reconocemos que las instituciones nacionales han actuado para mejorar las condiciones de vida de los mexicanos; sin embargo, es nuestra obligación señalar con firmeza que no ha sido suficiente, que todos debemos realizar un esfuerzo extraordinario, porque estamos viviendo situaciones extremas de inconformidad social y violencia.
Señor Gobernador Héctor Antonio Astudillo Flores, durante su campaña política le comentamos que le tocaría gobernar al estado en la etapa más complicada de su historia reciente. Ya lo vimos que así es, pero también nos percatamos de que existe la voluntad política y el suficiente amor a Guerrero para encabezar esta gran cruzada para recuperar la paz y la tranquilidad de este pueblo, tantas veces agobiado por la adversidad.
Nosotros, como representantes de la sociedad civil organizada, somos positivos y propositivos y en muchas ocasiones críticos de la autoridad. Aquí debemos recordar al gran Octavio Paz, nuestro premio Nobel, cuando decía que un pueblo sin poesía era un pueblo sin alma, de la misma manera podemos afirmar, en este sentido, que una sociedad sin critica es una sociedad sin futuro.
También debemos diferenciar entre la crítica informada y la descalificación ciega. No podemos rechazar todo pero tampoco debemos decir sí a todo. Y a pesar de las dificultades, de los problemas graves que enfrentamos, México tiene esperanza, Guerrero tiene futuro.
 Muchas Gracias.
*Ponencia en el foro ciudadano Seguridad Pública, Protección Civil, Impartición de Justicia y Derechos  Humanos, realizado en la sala de la república de la residencia oficial de “Casa Guerrero” para el Plan Estatal de Desarrollo 2015-2021.

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