lunes, 27 de junio de 2016

COLUMNA

Sin Concesiones

Armando Patrón

Las traiciones de Astudillo y Morales Díaz
Las derrotas sufridas por el PRI en varias gubernaturas en las pasadas elecciones, puso de manifiesto que las acciones de un grupo de facinerosos encabezados por Manlio Fabio Beltrones y Manuel Añorve Baños,  a nivel nacional, y Héctor Astudillo, Cesar Armenta Adame y Julio Cesar Morales Díaz, a nivel local, siempre llevarán por mal camino a un partido que se pudre momento a momento.
En el estado de Guerrero impusieron a un pillo, que se siente amo y señor de la voluntad de los guerrerenses, a un tipo autoritario, vengativo corrupto y rapaz, que gobierna con un discurso hueco, que la traición es su arma principal, y que tiene al pueblo de Guerrero al borde del colapso.

El gobernador Héctor Astudillo Flores, ha generado inestabilidad en la ciudad de Chilpancingo, al grado de querer imponer  como alcalde interino a su achichincle, Cesar Armenta Adame, y para ello cuenta con el apoyo del regidor de Obras Públicas, Julio Cesar Morales Díaz, un personaje traidorzuelo, arribista y falto de escrúpulos, que maniobra a sus anchas para generar caos y problemas a Marco Leyva.
El regidor Julio Cesar Morales Díaz, fiel operador de Marco Cesar Armenta Adame, cree que a base de traiciones puede llegar a ser diputado local, que filtrando información a los medios de comunicación sobre la administración de Marco Leyva, obtendrá ganancias al por mayor con el apoyo del gobernador Héctor Astudillo, quien le ha destinado importantes recursos económicos para su gestión mientras que los demás regidores sólo administran la suciedad que hay en el Ayuntamiento.
Julio Cesar Morales Díaz y la regidora Sara Pablo, tienen en su nómina a un sinnúmero de aviadores, que son personajes de la más baja ralea, que únicamente se dedican a cobrar cada quincena y andan de lame botas, sin generar ningún beneficio a la población, además de que son utilizados para programas de barrido y, limpieza en las calles y comunidades de Chilpancingo
Pero Morales Díaz también utiliza para sus aviesos fines a la regidora Sara Pablo, a quien invita a sus diferentes actos, pero a quien pretende sacar del camino para tener vía libre a la diputación local, la cual seguramente perderá porque la gente no olvida las traiciones ni las mentiras de personajes simplones que sólo buscan el beneficio personal.
La salida de Manuel Añorve Baños y Manlio Fabio Beltrones, es un duro golpe a las aspiraciones del gobernador Héctor Astudillo, quien fue impuesto por esos siniestros personajes, pero además es un golpe también en contra de Julio Cesar Morales Díaz, quien con esta acción ve cómo se van diluyendo sus ambiciones de pompa y poderío.
El regidor de Obras, desde su llegada a la alcaldía se ha dedicado a realizar una campaña política, recorriendo las colonias y comunidades creando división y encono entre los ciudadanos, pero no se ha preocupado por resolver la problemática de la ciudadanía, no ha generado una sola obra, no ha contribuido a generar “paz y orden”, sino todo lo contrario. Y las traiciones se pagan. Piensa que es fácil “chamaquear” a la gente, pero sólo ha creado enemigos gratuitos.
En su mente cochambrosa y llena de estiércol, cree que los sueños del grupo de Astudillo de imponerlo como diputado local y a Cesar Armenta Adame como alcalde del municipio, se van a cumplir. Las cuentas se las van a cobrar, porque además no se puede apoyar a un hombre falto de palabra que además se ha estado enriqueciendo a costa del erario público.
La arrogancia de Astudillo de  imponer como alcalde a su maletero Cesar Armenta Adame, no se va a cumplir, porque él único merito de ese personaje es hacerla de tonto cuando pretenden los ciudadanos conseguir una audiencia con el desgobernador.
Morales Díaz ha calificado a sus compañeros regidores como unos tontos, a los cuales se les puede engañar con facilidad, su lambisconería con Astudillo, ha generado un trato desigual del gobernador con los integrantes del cabildo.

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