miércoles, 19 de julio de 2017

NOTA

Nueva generación de Ayotzi
4 muertos y un desaparecido
Margena de la O.--”La voz de mis hermanos, retumba en mi corazón”, es la generación 2013-2017 de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa que egresó ayer, aunque con siete integrantes menos.
A cuatro de ellos los asesinaron en dos hechos distintos que los propios estudiantes calificaron como actos de odio, y uno está desaparecido junto a 42 más desde el 26 de septiembre de 2014 en Iguala de la Independencia.
El recuerdo de los 43 jóvenes desaparecidos hace 34 meses, caso que el gobierno mexicano no ha resuelto con transparencia, según la denuncia de los propios padres y abogados
del caso, estuvo presente durante toda la ceremonia de clausura, tanto que los egresados ratificaron su compromiso de continuar, desde las aulas si es posible, con la exigencia de justicia y presentación. El acto ocurrió en la explanada de la Normal Rural, ubicada en Ayotzinapa, Tixtla.
Juan Carlos Arellano García, el egresado que se encargó de las palabras de despedida durante el acto, recordó a sus compañeros ausentes: “a esta generación le hacen falta siete maestros: Eugenio, Freddy, Jonathan y Filemón, quienes fueron asesinados por el Estado mexicano. Julio y Miguel, a quien la enfermedad no los arrebató, y finalmente Bernardo, uno de los 43 desparecidos, a quien seguiremos buscando junto con los demás 42”. Al recordarlos de alguna manera los llevó hasta ese lugar.
Eugenio Tamarit Huerta y Freddy Vázquez Crispín, murieron el 7 de enero de 2014. El chofer de un carro pesado los embistió en la carretera federal Acapulco-Zihuatanejo, a la altura de la entrada a la cabecera municipal de Atoyac, cuando lo jóvenes pedían cooperación y sacaban combustible de los camiones. A quien es señalado por las autoridades como responsable de ambas muertes podrían liberarlo de la cárcel próximamente, advirtieron los abogados de la familia de los muchachos asesinados, porque la justicia consideró los resultados de unos exámenes toxicológicos que acreditan que no había consumido ninguna sustancia tóxica cuando atropelló a los normalistas.
A Jonathan Morales Hernández y Filimón Tacuba Castro, los asesinaron en octubre de 2016 en lo que las autoridades llamaron un asalto. Ambos estudiantes eran pasajeros de la urvan del transporte público de la ruta Chilpancingo-Tixtla en el que se subió un hombre que disparó contra los pasajeros; en total murieron, incluidos los normalistas.
Bernardo Flores Alcaraz, el único del grupo de los 43 desaparecidos que cursaba segundo grado en la normal rural y que hubiese egresado. 
El compromiso de los que lograron egresar, en voz de Arellano García, es continuar con la conciencia y el compromiso social que adquirieron en Ayotzinapa. También con la defensa y permanencia de la normal, para “se siga dando educación a las familias más pobres”. Una de las denuncias de Ayotzinapa es que el gobierno intenta cerrar las normales rurales del país.
Después dedicó a sus compañeros caídos la próxima labor docente de todos y refrendó el compromiso de “ser mejores maestros en las aulas”.
Aseguró que no claudicarán en la búsqueda de sus compañeros: “seguiremos adelante como maestros y en la lucha por encontrar con vida a nuestros 43 hermanos estudiantes desparecidos por el Estado. Estamos seguros de que están vivos. Porque la voz de mis hermanos, retumba en mi corazón”. Cerró el discurso con la consigna conocida a nivel mundial de “¡Porque vivos se los llevaron, vivos los queremos!”. (lasillarota.com).

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