jueves, 21 de septiembre de 2017

COLUMNA

Ladridos Políticos
Por Carlos “El Perro” Yáñez
Del Simulacro a la realidad, sismo de 7.2 grados
Somos más los buenos que los malos, sólo las tragedias nos unen
Grrrrr… ¿Me estoy mareando?
Grrrrr… No puede ser.
Grrrrr… Si el simulacro ya pasó, era a las 11.
Grrrrr… Ya me tome mi medicina
Grrrrr… Todo se está moviendo.  Los muros del acceso al Congreso parece que chocan.
Grrrrr… Los empleados empiezan a salir corriendo
y gritando.
Grrrrr…¡Está temblando! Gritos de desesperación
Grrrrr… Se abre la puerta de huida de los diputados, que se ubica atrás del escudo de Guerrero y enfrente a los bustos.
Grrrrr… Los legisladores, salen con el rostro desencajados.
Grrrrr… Celulares en mano.
Grrrrr… Un recuerdo silencioso revuelca las entrañas. ¿Otra vez?
Grrrrr… Todos se concentran al centro del jardín.
Grrrrr… Gritos, de pánico, rompen el silencio.
Grrrrr… Volteo a mi derecha, La gente está en todos lados. Ellos escucharon la alerta sísmica, por segunda vez en un día que quiso ser recuerdo, pero se convirtió en una pesadilla de la cual no se pudo despertar.
Grrrrr… Sé que estoy blanco de miedo. Sé que no sé lo que digo. Sé que mis piernas tiemblan, sé que la voz me tiembla, sé que quiero ayudar en algo, pero no sé en qué. Grrrrr… Sé que me duelen los temblores.
Grrrrr… -¡Vengase para aca! -, le digo a la secretaria del diputado Cuauhtémoc Salgado, que está a punto de llorar.
Grrrrr… Parece una romería con tanta gente en el jardín , pero todos están mudos, igual que yo.
Grrrrr… Alguien comienza a llorar. No puede ser, dice una y otra vez.
Grrrrr… -Es horrible
Grrrrr… -¿Qué está pasando?
Grrrrr… -No lo puedo creer
Grrrrr… Dos horas antes habían hecho un simulacro.
Grrrrr… Es el simulacro que se hizo realidad.
Grrrrr…  Es un sismo. El más fuerte que he sentido en mi vida. Ni siquiera el de 1985. Hace 32 años.  Mi compadre Marcial Campusano.
Grrrrr… Las lágrimas de hace tres décadas aún no se han secado y ya hay una nueva fuente para el llanto.
Grrrrr… -Ya se está calmando-, dice una voz que no sé si fue la mía.
Grrrrr…  -Tranquilos-, dice el escolta de  al lado. Que me secunda.
Grrrrr… Las camionetas  estacionadas se mueven como si quisieran arrancar, como si tuviera vida propia.
Grrrrr… Son muchas las personas en el jardín. Es una zona de oficinas. El edificio de enfrente, que parece bunker, se columpia.
Grrrrr… Somos minúsculas personas indefensas ante un enojo de la tierra.
Grrrrr… El movimiento comienza a disminuir. Miro al cielo y me recuerda la imagen de esas nubes grisáceas, esas nubes de Centroamérica de hace cuatro décadas. Esas nubes de adornos sacrificados. Parece que aquí solo fue eso, el adorno que se exterminó por las sacudidas.
Grrrrr… Termina el temblor, pero sigue el mareo.
Grrrrr… Me tiemblan las piernas.
Grrrrr… Me tiembla la voz.
Grrrrr…  No hay señal de teléfono.
 Grrrrr… Quiero hablar con todos mis seres queridos, preguntarles ¿estás bien?
Grrrrr…  Hay una fecha fatídica en la historia. Una historia de miedo irreparable.
Grrrrr… Todos intentando comunicarse a través de sus celulares.
Grrrrr… Mayor desesperación no hay línea.
Grrrrr… El diputado Cuevas, recorre desesperado todo el estacionamiento, de manera desesperada tratando de comunicarse con su familia.
Grrrrr… Finalmente descubre que a través de Whatts App lo logra.
Grrrrr… Me empiezan a llegar mensaje de los noticieros, hablan de edificios colapsados, de que hay destrozos en la colonia del Valle, en Coapa, en la Condesa, en la Roma, en el Centro. Hablan de un edificio en la calle de Chimalpopoca, en donde había como 100 personas trabajando.
Grrrrr… Hablan de un kínder en Coapa, de una unidad habitacional en Tlalpan, de un edificio de la calle de Ámsterdam. Son muchos edificios colapsados.
Grrrrr… Son las seis de la tarde.
Grrrrr… Sin saber que hacer veo como todos los que se encontraban en el Congreso, salieron despavoridos a encontrarse con sus familias, verificar que realmente están bien.
Grrrrr… Sigo mareado, pienso que otra vez está temblando.
Grrrrr… Los medios hablan de la solidaridad. La gente comienza a vivir para espantar la muerte que ya ronda por las calles. Hay personas rescatadas, muchas. La vida sigue, pero las piernas me tiemblan, la voz me tiembla.
Grrrrr… Después de medio comer.
Grrrrr… Me dirijo a la estrella de Oro, abordo mi camión de regreso al puerto
Grrrrr… Es de noche y un silencio horada los momentos. Hay un miedo en cada respiración, Un miedo que se mide por momentos convertidos en siglos de temores.
Grrrrr… Hay una herida en mi cerebro y quiero preguntarle al país ¿México, estás bien?
Grrrrr…  No lo sé.  Mañana será otro día, pero no será igual. Hay una nueva cicatriz en mi país. Una cicatriz que sangra cuando cada vez que comienza a curarse.
A bordo del camión empiezo a reflexionar entre lo bueno y lo malo.
Grrrrr… Desde que las tragedias más horrorosas se han adueñado del escenario de México, la idea de que “nosotros somos los buenos y ellos son los malos” se ha desarrollado una idea maniquea de la sociedad en la que solo hay buenos y malos.
Grrrrr… Por naturaleza, los seres humanos ¿somos buenos o malos? Desde el punto de vista de la ética, tenemos tres posibles respuestas: el optimismo, que sostiene que efectivamente el hombre es naturalmente bueno; el pesimismo, que afirma que inevitablemente ya nacemos malos; y el meliorismo, que considera que no somos absolutamente malos ni completamente buenos.
Grrrrr… Pero en la conciencia ciudadana, hay una idea simplista que distorsiona la realidad, deslinda a quienes se dicen “buenos” de toda responsabiliza social y sataniza a los “malos” para cargarles toda la  responsabilidad sobre males que vive el país.
Grrrrr… Como la coincidencia del sismo que se registró ayer 19 de septiembre del año en curso, a las 13:14 horas, de 7.2 grados en la escala de Richter, que causó pánico, terror y miedo, a miles de mexicanos que dos horas antes aproximadamente habían realizado un mega simulacro en homenaje al terremoto del 19 de septiembre de 1985, ocurrido a las 07:17:47 hora local, que alcanzó una magnitud de 8.1.
Grrrrr… A 32 años del cataclismo natural que causó una herida profunda a México, que hsta la fecha se ignora cuantos muertos dejó. Si bien hay un consenso entre las cifras oficiales que publicaron poco después del sismo – y años posteriores- y las fuentes periodísticas, diplomáticas y científicas, resulta interesante contrastarlas.
Grrrrr… Para los expertos, medios y autoridades coinciden que el terremoto del 85, ha sido el fenómeno natural más mortifero de la historia de México, superando al de 1957, causando el desplome de cientos de edificios en el D.F hoy CdMx. Con daños materiales superiores a 8 mil millones de dólares, obligando a casi un millón de personas abandonar sus hogares.
Grrrrr… Solo ha quedado en las primeras cifras oficiales que dio a conocer el Registro Civil de la CdMx, de 3 mil 692 fallecimientos durante el 19 y 20 de septiembre de 1985, según este recuento, fueron mil 899 mujere3s y mil 785 hombres quienes perdieron la vida durante el terremoto.
Grrrrr… Pocos días después, luego de una evaluación más profunda, se  la estimación y subió el número a 5 mil, para el 26 de septiembre, calculaba que había mil 500 más bajo  los escombros.
Grrrrr… Posteriormente medios como El Universal  y varios libros fijaron la cifra en 10 mil muertos, La Cruz Roja Mexicana, citó 15 mil fallecidos; en sus memorias, la Embajada de USA afirmó que murieron 20 mil personas, las agencias periodísticas manejaron entre 10 mil y 30 mil personas muertas. Finalmente el Servicio Sismológico Nacional sostuvo que se registraron alrededor de 40 mil muertos y cerca de cuatro mil  personas fueron rescatadas entre los escombros.
Grrrrr… Solo se que no se nada…. Ahora estar al pendiente de las nuevas estadísticas…
Grrrrr… Lo único que me consuela es que ¡México está de Pié!... las tragedias nos unen a los mexicanos.
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