jueves, 21 de septiembre de 2017

COLUMNA

COSMOS
Héctor CONTRERAS ORGANISTA
DÍA DE SAN MATEO
Por primera vez no echó agua bendita ni la bendición el cura, como también ha sido prácticamente un rito en ese y en todos los barrios, y no hubo música, ni cohetes, ni oración y hay indignación contra el sacerdote Amando Vázquez porque está sepultando una tradición de siglos, dijeron los quejosos.
Ya por la tarde, el mismo sacerdote, pero ahora acompañado por el obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, procedieron igual: Echaron  perder el recorrido y la “Cuelga” que hace cada barrio en favor del que está de fiesta.
Anteriormente, el contingente de cada barrio, se reunían por la tarde en la víspera en el centro de la ciudad, en la plaza central. Allí llegaban muchachas bellas portando el estandarte de su barrio, los mayordomos con su sacerdote, mujeres y hombres cargando cadenas de cempasúchil y flores diversas, lanzando cohetes, su band del “Chile Frito” y sus danzas también tradicionales de Tlacololeros, Moros, Diablos, Pescados, Mudos, Manueles, etcétera y se trasladaban los cuatro barrios hasta el barrio festejado, en este caso, el de San Mateo.
Pero este 20 de septiembre de 2017, no sucedió así.
Salieron los contingentes del centro de la ciudad, pero una cuadra antes de llegar al jardín de San mateo, se dispersaron. No pudieron llegar a ese lugar debido que las autoridades municipales permitieron la instalación de “puestos” en derredor del jardín, juegos mecánicos en las calles adyacentes y aún se instalaron “stands” frente a la entrada de templo, lo que provocó un gran congestionamiento.
Excepción hecha de los Tlacololeros de San Mateo, los de doña Mica, quienes estrenaban ajuar, es decir, botines, chaparreras, sombreros, máscaras y chirriones, ninguna otra danza apareció en el lugar. También tocó una banda musical, de manera muy breve, y apresuradamente llegaron al kiosco unos jóvenes pidiendo permiso al propietario del sonido “para colgarse”, es decir, instalar su equipo de sonio, junto al que ya estaba, y ese segundo sonido parece ser propiedad de la iglesia, lo que habla de irresponsabilidad, porque no se dieron tiempo para realizar su propia instalación.
Las portadoras de los estandartes tuvieron que “entrar por la puerta de atrás” de la iglesia, ya que si lo hubieran intentado por el jardín, les hubiera sido imposible. La gente que llegó desde temprano a divertirse, se sentó en el graderío por donde se entra a la iglesia, pero tuvo que ser retirada porque ahora “la moda” es que llega el obispo con su séquito, e improvisa un altar en las gradas, celebrando misa pero afectando a la gente que con devoción quiere celebrar “la víspera de San Mateo”, la que prácticamente este año fue borrada del gusto popular.
Se ha afectado muy severamente la tradición por lo que se ve son “caprichitos obispales” y desconocimiento de lo que significan los festejos de los barrios para Chilpancingo tanto para el purpurado como para el sacerdote Amando Vázquez. Varias personas, mujeres sobre todo, explicaron que se han retirado de la iglesia de San Mateo, porque “el padre Amando quién sabe qué hace que ya no celebra misa, pone a unos aprendices y él nunca está en la iglesia”.


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