𝗖𝗼𝗺𝗽𝗮𝗿𝘁𝗶𝗲𝗻𝗱𝗼 𝗱𝗶á𝗹𝗼𝗴𝗼𝘀 𝗰𝗼𝗻𝗺𝗶𝗴𝗼 𝗺𝗶𝘀𝗺𝗼
𝘿𝙞𝙤𝙨 𝙫𝙞𝙚𝙣𝙚 𝙖 𝙚𝙨𝙩𝙖𝙧 𝙘𝙤𝙣 𝙣𝙤𝙨𝙤𝙩𝙧𝙤𝙨
(𝘈𝘭 𝘪𝘨𝘶𝘢𝘭 𝘲𝘶𝘦 𝘦𝘭 𝘷𝘦𝘳𝘴𝘰 𝘺 𝘭𝘢 𝘱𝘢𝘭𝘢𝘣𝘳𝘢 𝘩𝘢𝘣𝘪𝘵𝘢 𝘦𝘯 𝘵𝘰𝘥𝘰𝘴 𝘯𝘶𝘦𝘴𝘵𝘳𝘰𝘴 𝘤𝘢𝘮𝘪𝘯𝘰𝘴, 𝘦𝘮𝘣𝘦𝘭𝘭𝘦𝘤𝘪𝘦𝘯𝘥𝘰 𝘯𝘶𝘦𝘴𝘵𝘳𝘰𝘴 𝘢𝘯𝘥𝘢𝘳𝘦𝘴; 𝘵𝘢𝘮𝘣𝘪é𝘯 𝘦𝘭 𝘚𝘦ñ𝘰𝘳 𝘤𝘰𝘮𝘱𝘢𝘳𝘦𝘤𝘦 𝘴𝘪𝘯 𝘥𝘦𝘴𝘧𝘢𝘭𝘭𝘦𝘤𝘦𝘳 𝘢 𝘯𝘶𝘦𝘴𝘵𝘳𝘢 𝘭𝘭𝘢𝘮𝘢𝘥𝘢, 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘧𝘰𝘳𝘵𝘢𝘭𝘦𝘤𝘦𝘳𝘯𝘰𝘴 𝘦𝘯 𝘭𝘢 𝘣ú𝘴𝘲𝘶𝘦𝘥𝘢. 𝘚ó𝘭𝘰 𝘩𝘢𝘺 𝘲𝘶𝘦 𝘢𝘤𝘰𝘨𝘦𝘳 𝘢𝘭 𝘷𝘦𝘳𝘣𝘰 𝘦𝘯𝘤𝘢𝘳𝘯𝘢𝘥𝘰 𝘺 𝘳𝘦𝘤𝘰𝘨𝘦𝘳 𝘴𝘶 𝘧𝘪𝘥𝘦𝘭𝘪𝘥𝘢𝘥 𝘢 𝘯𝘶𝘦𝘴𝘵𝘳𝘢 𝘥𝘦𝘣𝘪𝘭𝘪𝘥𝘢𝘥 𝘥𝘦 𝘤𝘰𝘳𝘢𝘻𝘰𝘯𝘦𝘴).
𝗜.- 𝗩𝗜𝗩𝗔𝗠𝗢𝗦 𝗗𝗘𝗦𝗣𝗜𝗘𝗥𝗧𝗢𝗦 𝗬 𝗘𝗡 𝗢𝗥𝗔𝗖𝗜Ó𝗡
Para salir de uno mismo hay que verse,
para verse hay que sentirse en el deseo,
para desear el bien hay que conocerse,
y para conocerse hay que reconocerse
y aceptarse, que es lo que nos sublima.
La ilusión despierta el tesón por vivir,
únicamente vive el que sabe agradecer,
y lo hace alimentando sueños cada día,
mirando más allá de nosotros mismos,
con la mente viva y el alma en oración.
A Jesús se le espera en recogimiento,
en vigilancia permanente como vates;
sólo así podremos advertir el destello,
registrar ese germen justo y glorioso,
que nos renueva mientras nos rescata.
𝗜𝗜.- 𝗗𝗜𝗢𝗦 𝗡𝗢𝗦 𝗗𝗔 𝗦𝗨 𝗧𝗜𝗘𝗠𝗣𝗢 𝗬 𝗦𝗨 𝗩𝗜𝗗𝗔
Al despertar la aurora, todo se recobra;
el Creador nos proporciona su tiempo,
entra en nuestras afanadas existencias,
con sus palabras y sus precisas obras,
situándonos en la arteria de lo eterno.
Es cuestión de cautivar su significado,
de aprovechar el momento del paso,
de hacer realidad la venida del Señor;
que está entre nosotros y en la Cruz,
sufriendo nuestros ahogos mundanos.
Esto envuelve un equitativo desapego,
un saber reprenderse para despojarse,
y un desprenderse de sí, un abandono
de las cosas perecederas de aquí abajo,
y una certeza en los clavos de Cristo.
𝗜𝗜𝗜.- 𝗘𝗡 𝗘𝗟 𝗙𝗨𝗧𝗨𝗥𝗢 𝗘𝗦𝗧Á 𝗟𝗔 𝗙𝗨𝗘𝗥𝗭𝗔 𝗗𝗘 𝗟𝗔 𝗙𝗘
Que adquiera presencia viva y presente,
la realidad de la fe en nuestros hogares;
nos ayuda a transitar con la esperanza,
de experimentar la cercanía de latidos,
hacia el Niño que nos nace cada aurora.
No está mal retroceder a la inocencia,
a la viva naturalidad de un nacimiento,
a la sencillez de un acontecer glorioso,
lo que nos hace catar sublimes alegrías,
ante cualquier alumbramiento naciente.
María Santísima, manifiesta el deleite
de su maternidad, haciéndonos revivir,
la dulce espera de la venida de su Hijo,
envolviéndonos a cada uno en su amor;
que, además de consolarnos, nos salva.
𝒱í𝒸𝓉ℴ𝓇 𝒞𝒪ℛ𝒞𝒪ℬ𝒜 ℋℰℛℛℰℛ𝒪
corcoba@telefonica.net
26 de noviembre de 2022.-
#𝗤𝘂é𝗱𝗮𝘁𝗲𝗘𝗻𝗖𝗮𝘀𝗮. 🏡 💙
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