๐ก๐ฎ๐ฑ๐ฎ ๐ฒ๐ ๐ณรก๐ฐ๐ถ๐น, ๐ฝ๐ฒ๐ฟ๐ผ ๐๐ผ๐ฑ๐ผ ๐ฒ๐ ๐ฝ๐ผ๐๐ถ๐ฏ๐น๐ฒ
Cรฉsar Gonzรกlez Guerrero.
Es muy comรบn escuchar, en cualquier lugar, expresiones que se refieren a las diferentes situaciones adversas que se presentan en el desarrollo humano. Desde su procreaciรณn hasta el final.
Aunque existen dos teorรญas, que se respetan, acerca del surgimiento del hombre, genรฉricamente hablando, el caso es que, al menos en Mรฉxico, desde la prehistoria hasta nuestros dรญas, las condiciones han cambiado. Esa es la ley de la vida.
De acuerdo con la separaciรณn histรณrica que han hecho los especialistas, de cada una de las etapas del desarrollo de las sociedades: antigua, media, moderna y contemporรกnea, nada ha sido fรกcil.
La lucha por sobrevivir y mejorar las condiciones de vida, nos han enseรฑado que, si bien es cierto no es fรกcil, pero tambiรฉn aprendimos a que todo es posible.
Algunos dicen que es el destino, otros que es la suerte, yo dirรญa que aparte de ellos, tambiรฉn es la fuerza de voluntad por alcanzar los buenos propรณsitos. No sรฉ puede dejar todo al destino, a la suerte, o a un ser divino, tambiรฉn se requiere del carรกcter optimista y visionario de los individuos.
Asรญ nos ha sucedido a varios de quienes tuvimos la fortuna de ir escalando peldaรฑos, hasta lograr llegar a la meta.
Aunque las circunstancias de cada uno de nosotros fueron diferentes, coincidimos, finalmente, en que el sacrificio y sufrimiento, fortalecieron el espรญritu de lucha, inculcado por nuestros padres.
Por supuesto, en el camino de la vida, la soledad y la miseria, encontraron personas generosas, solidarias, que impulsaron y motivaron nuestro deseo de ser "alguien" en la vida. Solo asรญ llega, con el respaldo de personas de calidad humana.
Eso me recuerda a mis 7 paisanos-familiares mayores (Reyes, Protacio, Felix, Fernando, Praxedis, Inรฉs, y Javier mi hermano) de Copala, a mis 16 aรฑos, nos recibieron (a Pedro, Felipe y un servidor), muy solidariamente, en un modesto departamento de una recamara, una sala, cocina y baรฑo, en la inolvidable colonia San Pedro de los Pinos, del Distrito Federal.
Ahรญ iniciaba la difรญcil ruta del siguiente paso como estudiante de Vocacional, en los convulsionados aรฑos 1970-72. Se dice fรกcil. Sin saber cรณmo, en la calle Mรกrtires de Tacubaya de la colonia Tacubaya, nos encontramos la generosidad de la familia Sรกnchez Alvarez (la abuela Leonor y sus hijos Luis, Aurora, Rosario, Margarita, Silvestre, Toรฑita y Marรญa) que, a mรญ, me cobijaron y adoptaron como un hijo o quizรก nieto.
Gracias a ellos logrรฉ mantener mis estudios en la Vocacional cinco ciudadela, del Instituto Politรฉcnico Nacional. Tuve mi primer empleo como auxiliar en el Taller denominado Fotomecanicos Asociados, cerca del Reloj Chino, percibiendo un ingreso simbรณlico para los pasajes.
Por supuesto desde muy temprano me invitaban a desayunar y almorzar, a comer y cenar, todos los dรญas. Casi como miembro de la familia.
Mi agradecimiento por siempre, a mis paisanos, asรญ como a esta digna y hermosa familia.
Aรฑos despuรฉs, al llegar nuestras hermanas, Delta y Yolanda, a estudiar la secundaria, por necesidad, tuvimos que buscar otros espacios mรกs รญntimos y fue asรญ como nos preparamos para el siguiente paso: ingresar a la Escuela Superior de Economรญa del IPN. Pero esa serรก otra oportunidad para reiterar nuestro exhorto, a las nuevas generaciones que, en la vida, nada es fรกcil, pero sรญ, todo es posible...!รnimo jรณvenes!
#ExigenClaudiacumpla.
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