lunes, 2 de mayo de 2011

OPINIÓN

Conciencia ciudadana
Raúl Méndez Díaz.
VACACIONES DE «SEMANA SANTA»
En los inicios y clausuras de los ciclos escolares, es muy común escuchar discursos que resaltan la importancia de la educación como el «motor» primordial para el desarrollo; como el «arma» principal para combatir la marginación; como el «eje» fundamental para el bienestar; como la «palanca» generadora del progreso y tantas frases grandilocuentes que coinciden con la jerarquía de la educación para lograr mejores niveles de vida de la sociedad y efectivamente, lo es. Los países desarrollados han fincado gran parte de su progreso en sus modelos educativos, invirtiéndole considerables cantidades de recursos financieros, complementados con un esquema de enseñanza en donde el trabajo de los maestros y alumnos, es en serio, de tiempo completo, con la activa participación de los padres de familia y/o tutores, con una visión futurista, progresista, triunfadora, de interés social y no de grupo.
El Estado de Guerrero, es de las entidades federativas con mayor atraso económico y social en la República Mexicana. Es bien conocida la precariedad en que subsiste no solo mucha de la gente de la montaña alta, sino del resto de las regiones, e incluso, sin ir muy lejos, basta ver las colonias de la periferia de las principales ciudades del estado, para conocer su condición de pobreza.
En esa perspectiva, resulta incongruente que ante el reconocimiento de la importancia de la educación, se tenga un calendario escolar con tantos días de vacaciones y suspensión de clases por días festivos y los infaltables «puentes».
Particularmente, la «Semana Santa» tiene días hábiles específicos de conmemoración: «jueves y viernes Santos», sin embargo, la suspensión de clases se extienden por ¡dos semanas!, en un periodo vacacional que la única justificación es un «logro sindical» del magisterio, en donde se aprecia un interés gremial, por encima de un interés supremo del estado y de la nación, de trabajar para generar progreso, cultura, desarrollo y bienestar socioeconómico.
Al regresar de ese «merecido descanso», sigue la suspensión de clases con mayo, que es el mes de las festividades: «Día del Trabajo» que no se celebra trabajando, sino descansando por varios días por el desfile conmemorativo y haciendo un «mega-puente» por la «Batalla de Puebla». Por los festejos del «Día del Niño» que quedaron pendientes por el periodo vacacional; por el día de la «Santa Cruz». ¡Una semana más! por los «Juegos Magisteriales»; asueto por el «Día de las Madres»; por el «Día del Maestro»; por el «Día del Estudiante»; por el «Día de...»; en fin, no falta pretexto para festejar y suspender clases.
El sistema educativo oficial a nivel nacional avala tales recesos, aunque existan maestros y alumnos que sí deseen trabajar sin tanta suspensión de actividades escolares. Y todavía nos preguntamos porqué estamos como estamos. ¡Ya basta de tanta flojera! Es urgente el replanteamiento del modelo educativo actual, con su transformación integral para hacerlo de tiempo completo. Es necesaria la participación de las autoridades educativas, de los maestros, alumnos y padres de familia y/o tutores, de los legisladores y por supuesto de los líderes sindicales del magisterio, para impulsar una reforma educativa integral, con la conjunción de esfuerzos enfocados a un sentido visionario, patriota, nacionalista, que sea el detonante del desarrollo social.
«TODOS POR LA PAZ Y POR UNA MEJOR CONCIENCIA CIUDADANA.»
mendezdraul@hotmail.com

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