martes, 2 de octubre de 2012

COLUMNA

El Grillito Sin Censura

Alfonso Cerdenares Domínguez

 —¡¡¡Dos de octubre no se olvida!!!».—Esa trágica tarde fueron disparados 15 mil proyectiles y hubo 300 muertos.

Hace 44 años ocurrió una de las masacres más vergonzosas que pudieran haber pasado en la historia nacional del México Independiente: Una matanza de estudiantes en la Plaza de las Tres Culturas, en la Ciudad de México; en esa ocasión, las armas nacionales se cubrieron de sangre, con la sangre de sus propios hermanos que protestaban contra el nefasto régimen priísta de Gustavo Díaz Ordaz a quien conocemos,
 desde entonces, como «El Chacal de Tlatelolco»; fue él y su sucesor, Luis Echeverría Álvarez, los autores intelectuales de la masacre; de ahí que ahora salgamos a las calles a gritar: «¡¡¡Dos de octubre no se olvida!!!»; muchos de nuestros lectores aún no nacían, cuando ocurrieron estos aberrantes hechos; en aquel año de 1968, la gota que derramó el vaso fue un bazucazo en la entrada principal de la Vocacional 4, lo que provocó una serie de manifestaciones, justamente en esa época en que México sería sede de los Juegos Olímpicos; el 2 de Octubre de 1968 en la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco, se realizaba una gran manifestación estudiantil en demanda de mayor libertad de expresión, a unas cuantas semanas de que se celebraran las Olimpiadas. Justo cuando se iniciaba el mitin, una luz de bengala surcó el aire, lo que, dicen los testimonios, fue la señal para que el «valiente» Ejército Mexicano empezara a disparar contra la multitud. También dispararon sus armas los integrantes de la famosa Brigada Blanca, vestidos éstos de civil, pero identificados por portar un guante blanco como distintivo. De acuerdo a Paco Ignacio Taibo II, quien en 1993 encabezó una Comisión de la Verdad sobre estos sucesos, en esa trágica tarde fueron disparados 15 mil proyectiles y hubo 300 muertos, además de 700 heridos y cinco mil estudiantes detenidos. Según el periodista e investigador, participaron ocho mil militares de varios cuerpos destacados en la acción, 300 medios armados entre tanques, medios blindados y jeeps con ametralladoras. Todo esto para reprimir una manifestación pacífica. En 1968, México era gobernado por Gustavo Díaz Ordaz, ya fallecido, y Luis Echeverría Álvarez fungía como secretario de Gobernación, ambos nunca pudieron explicar de forma clara y veraz esos acontecimientos. Desde entonces y hasta el último presidente de filiación priísta, Ernesto Zedillo, el gobierno ha permanecido en silencio ante estos hechos, que afectaron a los movimientos sociales de estudiantes y de trabajadores. Estos grupos, al ver cerrado el camino del diálogo, formaron ya en la década de los 70’s, diversos grupos guerrilleros, como lo fueron los casos Lucio Cabañas Barrientos, Genaro Vázquez Rojas y la Liga Comunista 23 de Septiembre; en realidad, nunca se sabrá el número de muertos, aunque se ha hablado de más de 300, ateniéndose a las cartas de denuncias de desapariciones de decenas de madres, pero nunca podrá llegarse a saber la cifra exacta de aquel desastre. Desde entonces, cada 2 de octubre, en la plaza, estas madres se manifiestan portando las fotos de sus hijos desaparecidos; «¡¡¡Porque el color de la sangre jamás se olvida!!!, ¡¡¡Los masacrados serán vengados!!!... ¿quién es el que anda ahí? Comentarios y sugerencias al E-Mail: alfcerdenaresd@hotmail.com

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