COLUMNA

Bibliotecarios en Chiapas 

 Apolinar Castrejón Marino 

Con rotundo “éxito” se llevó a cabo del 9 al 11 de octubre, el XIII Congreso Nacional de Bibliotecas Públicas en San Cristóbal de las Casas, en el Estado de Chiapas. 2013 es el año conmemorativo Dr. Belisario Domínguez Palencia, político opositor al régimen militar de Victoriano huerta, quien lo mandó torturar y asesinar el 7 de octubre de 1913.

La gente se confunde mucho con estos términos de Congresos, Simposios y Coloquios. Pocos saben para qué se hacen, y la percepción generalizada es que solo sirven para el lucimiento de algunos eruditos y sabihondos, que actúan como “vacas sagradas”. Hay mucha gente a la cual también es necesario puntualizarles qué es una biblioteca.

La dirección General de Bibliotecas del consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA) aprovechó la ocasión para celebrar 30 años de la Red Nacional de Bibliotecas Públicas e informar a la sociedad, que actualmente existen 7 mil 363 las bibliotecas integradas en una Red, que abarca el 93 por ciento de los municipios del país.

El Centro Cultural y de Convenciones El Carmen de San Cristóbal fue la sede del Congreso, en el cual se realizaron conferencias magistrales como “La biblioteca pública como espacio social”, dictada por Emir José Suaiden, director del Instituto Brasileño de Ciencias de la Información y Tecnología.

Se realizaron tres mesas de discusión en un esquema de debate: La biblioteca Pública y La Democratización del Conocimiento, La Dimensión Social de la Biblioteca Pública, y El Papel del Bibliotecario como mediador de la lectura.

Y también se impartieron los siguientes talleres: Enriqueciendo la oferta de Servicios Hacia la Comunidad, Alternativas de Desarrollo para Todos, Desarrollo de Nuevos Servicios Digitales en la Biblioteca, Nuevas Competencias del Bibliotecario Moderno, Detección de Necesidades de la Comunidad para la Creación de Nuevos Servicios, y Fomento a la Lectura en Comunidades Vulnerables.

Como decíamos, cada uno en su momento aprovechó para regodearse en su grandeza, inteligencia y sabiduría:

El Director  General de Bibliotecas dijo que “…el concepto de biblioteca pública debe hoy abordarse con un enfoque multidisciplinario que incluya el avance de las tecnologías, así como el interés de atender las necesidades sociales que cada momento histórico impone y que cada grupo social demanda”.

Mientras que Patricia Aurora Luna Burguete, Regidora y Presidenta de la Comisión de Educación Cultura y Recreación, reconoció la enorme labor como líderes que tienen los bibliotecarios, estudiantes y promotores culturales para fomentar la lectura en todo el País. Y destacó la importancia de las bibliotecas públicas como centros de integración social y desarrollo de la comunidad. 

Muy interesantes las participaciones y las ponencias del congreso, pero nadie habló de la automatización de los servicios, el manejo de las nuevas tecnologías de la información  y comunicación y de un verdadero apoyo al sistema educativo, en base al manejo de los planes y programas oficiales, y bibliotecarios con conocimientos pedagógicos.

Nadie se refirió a la desvinculación de la biblioteca con la vida cotidiana de los mexicanos en el siglo actual. Será que las generaciones actuales no saben que en las bibliotecas anteriores había un catálogo de instituciones y dependencias, o un fichero de personalidades locales.

Ignoran que los bibliotecarios anteriores sentían placer y regocijo cuando recibían colecciones nuevas para sus usuarios. No saben que los bibliotecarios precisamente eran bibliotecarios porque les gustaba la lectura y que autodidácticamente habían hecho un sendero de lecturas, de obras y de autores.

Hablan de la lectura utilitaria y pragmática, pero no toman en cuenta que la lectura es un placer mayor cuando se logra conservar como una actividad íntima y particular. Y tampoco saben que la lectura suele dar placer a una sumatoria desarticulada de deseos insatisfechos.