martes, 15 de julio de 2014

PRINCIPAL DE PRIMERA PLANA

Esperanza, desgracias y
ambiciones  con la CRAC



Texto y fotos:Jonathan Cuevas.SAN LUIS ACATLÁN, GRO.- Cada lágrima que escurre sobre sus mejillas es producto de la impotencia. Cada orificio sellado con costras en los pies de don Vicente, es consecuencia del abuso de un personaje que parece ser más, mucho más que un cacique. Alguien sin escrúpulos que se enriquece a costa de las necesidades de los pueblos y, se envalentona más al ser protegido por el gobierno.

Al centro de un pueblo pequeño en la zona más marginada del Estado, entre la Montaña y Costa Chica, se encuentra la casa de Vicente Aguilar Díaz; un policía comunitario de 56 años al que las heridas de la vida lo mantienen postrado en un sillón. 
Don Vicente está en Atotonilco de Horcasitas; una comunidad pequeña donde hay pocas casas y en su mayoría son de adobe. Los niños juegan descalzos sobre la tierra, las mujeres hacen comida, aseo y se encargan de los infantes mientras los hombres  trabajan en el campo. Algunos cuidan el pueblo portando uniformes de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC).
Horcasitas está a solo 20 minutos de la cabecera municipal de San Luis Acatlán, a un costado de la carretera Marquelia-Tlapa. En medio del pueblo está una enramada que marca el acceso a una casa rustica pero con cimientos de concreto. 
Se observa una puerta cerrada pero con ventanas abiertas. Desde ahí, a solo dos metros de distancia está un camastro en el que parece descansar un hombre. Solo viste un short color azul y el resto de su cuerpo está desnudo. Parece una escena muy normal para aquella región calurosa. Desde el cuello de aquel hombre cuelga un rosario que llega hasta su pecho, pero no hay una cruz. 
Entre la oscuridad de su casa y la luz de la calle que entra por la ventana, resalta solo medio cuerpo. Pero también se alcanza a notar su escaso bigote y barba.
Al recibir una visita don Vicente muestra desconfianza pero la hospitalidad es mayor. Se nota que es un hombre de pueblo. 
Enseguida, dos mujeres le ponen una camiseta. Esas dos personas son su esposa e hija que muestran sus vestimentas humildes y sandalias, al caminar. Ellas vistieron a don Vicente porque él no puede pararse desde el 18 de marzo del año en curso. 
La agresión de Eliseo…
En aquella ocasión (18 de marzo) Vicente salió de su casa muy temprano y durante el día recibió una noticia sobre la detención de tres de sus compañeros. Pero no estaban en cárceles del gobierno sino en celdas utilizadas en el propio sistema de justicia comunitario impartido por la CRAC.
Según cuenta, a las 23:00 horas partió una comisión de Horcasitas hacia la Casa de Justicia que está ubicada en el Barrio de San Isidro, en la cabecera de San Luis Acatlán. Estaban unidos los policías comunitarios de 3 pueblos para gestionar la liberación de los detenidos, entre ellos, Abad García García, hoy máximo líder de la CRAC reconocido por los pueblos y desconocido por el gobierno.      
“Apenas íbamos llegando y nos recibieron a balazos, como delincuentes. Llevábamos la intensión de preguntarle a Eliseo Villar que por qué habían agarrado a esos compañeros o qué delitos le perseguían, pero sobre todo queríamos saber dónde los tenían porque los compañeros estaban desaparecidos para nosotros”, explicó. 
Esa noche fue tensa y don Vicente cuestionó a la gente de Eliseo, pero a la vez los acusó de cometer abusos en contra de sus propios compañeros porque “están bien pagados por el gobierno”.         
En reacción, un escolta de Eliseo Villar Castillo de nombre Agustín, originario de Jolotichán, disparó en cuatro ocasiones a los pies de don Vicente, dejándolo tirado en el suelo desangrado. Aún así, el agresor se dio el tiempo para advertir que podía hacerle eso y más, a quienes estuvieran de lado de Abad García. 
Además realizaron la detención de otros dos comunitarios de nombres Armando Zavala y Fulgencio Díaz, quienes fueron golpeados brutalmente. 
“Yo le dije que ya estaba bueno, que ya me había herido. Le dije que está bien, que siguieran haciendo las cosas como las estaban haciendo porque ahorita tienen dinero, pero él nos advirtió que la gente de Eliseo tenía órdenes de tirar a matar y que al otro día lo arreglaba con dinero”, afirmó el comunitario de Horcasitas.  
Al notar que estaba herido y sin poder caminar, don Vicente tuvo que ser auxiliado por otros comunitarios para su traslado al hospital de San Luis Acatlán, donde afirma que recibió un trato inhumano.
Según dijo, requería de una operación inmediata pero no se le realizó, por lo que fue canalizado al hospital de Ometepec donde tampoco lo quisieron operar porque “el doctor ya se iba de vacaciones y no tenía tiempo”. Finalmente, su familia tuvo que trasladarlo a Acapulco.
Don Vicente que era comandante en ese entonces, además de consejero; recibió tres impactos de bala en el pie derecho y uno en el izquierdo. Una de las balas sigue impregnada en su pie derecho que no puede sostenerse firme al pisar. Lo mismo es en el pie izquierdo, pues el dolor es demasiado.   
Aguilar Díaz también denunció que cuando fueron detenidos Abad y otros dos comunitarios, al ser trasladados a la celda les cortaron cartucho para hostigarlos, además de que los torturaron. 
Antecedentes… 
En la entrevista, don Vicente se mostró fuerte y serio, en ocasiones sus ojos demostraban la impotencia y coraje que tiene guardado en su interior. Pero llegó de repente un instante que lo doblegó, que lo hizo derramar lágrimas y, después, suspirar fuerte para contener el llanto. 
En ese justo instante dejó de lado su fuerte carácter y la hombría que se le nota con un corte tipo militar.   
Entonces recordó que la detención de Abad y otros dos comunitarios se dio luego de que sacaron a la luz pública diversos fraudes que estaba cometiendo Eliseo Villar, además de que se estaba ya actuando para investigar los desvíos millonarios que se estaban cometiendo y que, estaban causando una fuerte división entre la CRAC y los pueblos de la Costa Chica. 
“Eliseo Villar es inmediato responsable y autor del fraude de la compra de armas que según él tiene por ahí guardadas. Le compró armas al Guadi que es un guardaespaldas de (Enrique) Peña Nieto”, resaltó.
Añadió que ese mismo personaje que es guardia presidencial, consiguió documentos a Eliseo Villar para que no les fueran retiradas las armas de alto poder que había comprado, entre las que hay cuernos de chivo y R-15.
Destacó que los pueblos adheridos al sistema de justicia comunitario de a CRAC, en ningún momento se dieron cuenta o fueron consultados para la compra del armamento, esto, pese a que previamente se debió hacer una asamblea regional para avalar o rechazar esta acción.    
Pero la división dentro de la CRAC empezó mucho antes; curiosamente, al inicio de la actual administración gubernamental encabezada por el perredista y ex priista, Ángel Aguirre Rivero. 
Vicente Aguilar se adhirió junto con su pueblo a la CRAC, desde el año 1995. En 2007 fue nombrado consejero llevando ya 12 años de servicio.  
“Decidimos entrar porque la verdad en la Agencia del Ministerio Público, no nos atendían realmente. La carretera Marquelia-Tlapa no estaba pavimentada, era terracería y había muchos asaltos. Luego iniciaron las violaciones”, explicó. 
Recuerda que en un principio la Policía Comunitaria trabajó para la Agencia del Ministerio Público, cerca de dos años, pero ante la negligencia de las autoridades del gobierno estatal, decidieron armar su propio sistema de justicia. 
“Entregábamos los detenidos a Ministerio Público pero nos dimos cuenta que más tardábamos nosotros en agarrarlos que ellos en soltarlos. Se nombraron entonces comisarios que serían coordinadores e investigarían los delitos, porque antes la CRAC no tenía coordinadores ni líderes. Nos regíamos solamente por asambleas de los pueblos”, explicó. 
-¿Cuándo empezaron los problemas internos?
-Empezaron cuando el gobernador Ángel Aguirre empezó a dar dinero a la Coordinadora. Tiene tres años porque entró en ese entonces también Eliseo Villar al frente de la CRAC y él empezó a pedir dinero al gobierno porque según decía que iba a mejorar las condiciones de trabajo.
Sin embargo afirmó que los policías operativos jamás vieron un solo peso de ese dinero y, por el contrario, no estaban esperanzados en recibir algo de Ángel Aguirre pues desde siempre se han manejado a base de cooperaciones de los pueblos.
“Ahí empezó el desorden porque había dinero, los policías no ganaban y decían que nomás eran los coordinadores los que agarraban todo ese dinero. Desde ahí empezó todo”, enfatizó. 
Agregó: “antes comíamos porque cada pueblo se cooperaba con 500 o mil pesos para los alimentos. Además, muchos somos campesinos y lo que sembrábamos como jitomate, tomate, e maíz y todo eso era para autoconsumo. A veces comíamos solo tacos con sal o jitomate puro. Da pena decirlo pero así comíamos, yo lo viví en carne propia”.     
Eliseo Villar; amado y odiado… 
Para ciudadanos y policías comunitarios de los pueblos donde opera la CRAC en la Costa Chica de Guerrero, Eliseo Villar Castillo es más que un cacique. Es alguien odiado que ha defraudado a los pueblos y ha saqueado las arcas del gobierno. 
Muchos dicen que es “amado” por el gobierno y protegido directamente por el gobernador Ángel Aguirre Rivero. Dicen que es de El Capulín Chocolate, pero entró a la CRAC a petición propia porque “los delincuentes lo andaban siguiendo para matarlo”. 
Él pidió ser policía comunitario de tiempo completo en el año 2009, según cuentan los policías fundadores de la CRAC. Para el 2011, aprovechó una asamblea y se paró frente a los consejeros y comisarios para pedirles la oportunidad de administrar a la Coordinadora. En su mayoría, le dieron el voto de confianza.
Ingresando a la dirigencia estatal, Eliseo prometió mejorar las condiciones de los policías, dijo que adquiriría más armamento y construiría más Casas de Justicia. Lo primero que hizo según cuentan los viejos policías ciudadanos, fue pedir financiamiento a Ángel Aguirre, quien de igual forma, acababa de tomar las riendas del gobierno estatal. 
Desde entonces, afirman que recibe más de un millón de pesos mensuales para la CRAC, pero el dinero ha quedado en sus manos y en el de sus aliados que son el grupo que ahora lo sigue fielmente y que se confronta con el grupo encabezado por Abad García, quien es reconocido oficialmente por los pueblos.
En cambio Eliseo Villar es reconocido por el gobierno estatal, pero no por los pueblos que incluso, lo han destituido oficialmente. De todos los pueblos de la Costa Chica en los que opera la CRAC, solo en dos tiene mayoría y respaldo de la gente Eliseo. 
De acuerdo a la versión de Don Vicente, un grupo de policías comunitarios y hasta funcionaros municipales entrevistados; del millón de pesos mensuales que recibe Villar, jamás ha transparentado nada, y cuando se le empezó a investigar por el mal uso de ese dinero, es cuando él mismo inició la persecución contra sus opositores.
Villar tiene escoltas que lo acompañan en todo momento; escoltas que según afirman, los eligió detalladamente de acuerdo a su perfil. Se trata de delincuentes como secuestradores, asesinos o hasta sicarios del narco. 
Dicen que no han querido enfrentarse al grupo de Eliseo Villar para desterrarlo de una vez por todas de la CRAC, porque tiene un grupo de profesionales en el manejo de las armas, pero además porque es protegido por el gobierno del Estado. Tan es así, que tiene un indeterminado número de averiguaciones previas en su contra de las cuales, ninguna tiene seguimiento por parte de la Procuraduría de Justicia. 
Sin embargo advirtieron al gobernador Ángel Aguirre que en cualquier momento puede suscitarse un fuerte enfrentamiento en el que “podría haber una mortandad que ni el propio gobernador va a poder frenar”.
Sin embargo hay quienes auguran que esa es la estrategia del gobierno de Ángel Aguirre para poder desarticular a la CRAC; cosa que ha intentado desde su llegada al ejecutivo a través del financiamiento al grupo de Eliseo Villar.
Don Vicente por su parte, solicitó al gobierno federal que si en verdad busca hacer justicia a los pueblos, detenga a Eliseo Villar Castillo y evite que más vidas sean desgraciadas, como fue en su caso, porque si los policías comunitarios lo hacen, significará una fuerte refriega donde muchos perderán la vida.
Él sigue siendo consejero de la CRAC aunque ya no puede recorrer las calles como lo hacía antes en busca de delincuentes. Consciente y firme, aclara que no dejará el sistema de justicia comunitario, pues solo se debe buscar la salida de quienes hoy hacen daño a la CRAC, más no la desaparición de este gran esfuerzo de los pueblos. Desea que sigan operando como antes; sin la intromisión del gobierno a través del dinero. (API). 

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