martes, 7 de julio de 2015

COLUMNA

Cariño de verdad


 Apolinar Castrejón Marino


Bueno, en esta ocasión queremos contarle una vieja historia, que hemos visto que de tan vieja, la gente ha ido desgastando, a grado tal que encontramos incompleta y desvirtuada. Se trata de las brujas y los días de la semana.
Elías era un jovencito que a veces iba al campo a recoger leña para que la utilizaran en su casa para cocinar los alimentos. Un día estaba atareado recogiendo unas ramas secas, cuando escuchó unos canticos a la distancia.

Como era natural, le dio curiosidad y se fue caminando en la dirección hacia donde escuchaba las voces. Eran unas voces muy feas, y entonaban una canción que no parecía tener sentido, o que estaba incompleta: “Lunes y martes y miércoles 3”, y volvían a repetir “Lunes y martes y miércoles 3”, y otra vez “Lunes y martes y miércoles 3”.
Algo en el ambiente, o la humedad del bosque, hizo que Elías estornudara, y lo hizo tan fuerte que las mujeres que cantaban, se abalanzaron hacia donde estaba para atraparlo. El no opuso resistencia y pronto estuvo en medio del círculo que había hecho las mujeres que cantaban. En ese instante se dio cuenta que eran brujas, porque le dijeron que se lo iban a comer.
Él les pidió que no le hicieran ningún daño, y ellas se rieron como se ríen las brujas. Entonces él les dijo que les iba a componer su canción, porque como estaba sonaba muy mal, y entonces empezó a cantar: “Lunes y martes y miércoles 3, jueves y viernes y sábado 6”. Las brujas quedaron admiradas y todas empezaron a cantar con alegría: “Lunes y martes y miércoles 3, jueves y viernes y sábado 6”.
Y entonces dijeron que era un joven muy inteligente, aunque tenía una gran joroba en la espalda, que lo hacía parecer una tortuga, y que le agradecían lo de la canción, y que le concederían un favor o un milagro, o lo que quisiera.
Entonces él les dijo que precisamente le podrían hacer el favor de quitarle esa joroba, porque los niños se burlaban de él, y las muchachas no lo querían, y que le estorbaba para dormir.
Y las brujas le dijeron que “¡Faltaba más!” que “¡Con todo gusto!”, y de inmediato, la más bruja de todas pasó sus manos de dedos ganchudos sobre su espalda, y le quitó la horrible joroba como si se tratara de una mochila.
Y Elías se fue muy contento para su casa, ya sin joroba. Cuando entró al pueblo la gente lo miraba con agrado, y las muchachas le sonreían. En su casa estaban admirados, y le pidieron que les contara cómo había sucedido ese milagro. Y él les contó lo sucedido con las brujas. Y todos le creyeron lo sucedido.
Por ahí estaba su primo Daniel, y escuchó toda la historia. Y como él quería tener su propia historia, al día siguiente se fue en busca de las brujas para que le hicieran un milagro. Se las encontró en el bosque y estaban dormidas. Las despertó y les pidió un milagro.
Pero ellas despertaron malhumoradas y Daniel les cayó mal de inmediato. Entonces le dijeron que qué les daría a cambio. Y entonces él se puso a cantarles: 
Las brujas empezaron a cantar: “Lunes y martes y miércoles 3, jueves y viernes y sábado 6, domingo siete” y se dieron cuenta que la canción sonaba muy mal. Llenas de coraje decidieron castigar al bribón, y le colocaron en la espalda, la joroba que le habían quitado a su primo.
Ahora que está terminando un año lectivo más, y en vista que muchas jovencitas también resultan embarazadas, vamos a mencionarles algunos secretitos, que publicó la  psicóloga Diana Kirschner,  en su libro “Love in 90 days”,  con tal que te asegures si te quiere a ti u otra cosa.
•Pagas todo. Al principio se comportará  como apenado, pero con el paso del tiempo tú  terminas pagando las cuentas de sus salidas. 
•Sólo  te busca cuando quiere algo. Tu chico te busca, cuando tiene una necesidad  que quiere que le resuelvas.  •Tiene deudas. No es algo malo que las personas suelan tener deudas en estos tiempos, pero es mala señal si tu pareja te pide siempre ayuda para liquidar sus compromisos y hasta el momento no has visto ese dinero de regreso. 
•Sus gustos son “caros”. Cuando un hombre que está saliendo por dinero tiende a proponer todo el tiempo salidas para ir de compras, viajar juntos, comer en restaurantes caros. 
•Tú cocina es su “comedor”. Si él se presenta en tu casa cada vez que su estómago siente hambre en lugar de invitarte a comer, es un punto clave. 
•Nunca cumple. Si está desempleado  y además no tiene ambiciones de mejorar su situación, y se nota conforme con que tú seas su proveedora de recursos, tienes un serio problema.   

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