jueves, 14 de abril de 2016

PRIMERA PLANA

Insípida, silenciosa Felicitas,
felonía mosquito de Apango 

Wendy Alanis. APANGO, GRO.—Un pueblo pequeño, insípido y silencioso como su presidenta municipal, por segunda ocasión, ahora se parece mucho con la felonía de los mosquitos, negros y chiquitos como punto de lápiz, insoportable, pero al fin es la autoridad del municipio de Mártir de Cuilapan elegida el 7 de junio del 2015.

Desde la capital del estado de Guerrero, hasta este pueblo politizado, en el servicio público de transporte, se hace un recorrido un poco más de una hora y siete horas más para ver la posibilidad de escuchar de viva voz y desde atrás de su escritorio a la cuestionada alcaldesa del Partido Movimiento Ciudadano (PMC), quien en todo momento se hizo la huidiza.
La Crónica, Vespertino de Chilpancingo, le estaba dando la oportunidad que se explayara y dijera su verdad, tras ser cuestionada por sus detractores que no la bajan de corrupta, para evadir en todo momento responder cuestionamientos, argumentaba tener reuniones y  mucho trabajo.
Se les esperó el tiempo necesario para obtener su versión de lo que está sucediendo en el municipio de Mártir de  Cuilapan, región centro del estado de Guerrero, y para distraer a los enviados, ordenó que nos dieran  una “chayocomida” en el comedor comunitario.
Como dice la mitología, Felícitas era una noble matrona romana que consagraba su viudez a la educación de sus siete hijos pero acusada de conspirar contra la religión del Estado fue juntamente con ellos azotada, condenada a muerte y ejecutada.
Pues en el caso de la alcaldesa del PMC, si no recompone la situación política en esta municipalidad, su pueblo que está desgobernando por segunda ocasión, podría condenarla al desafuero, porque carece de mucha sensibilidad política y no tiene una jefatura de prensa que le maneje su imagen y control de daños.
En todo momento  Muñiz Gómez se mostró hostil y  enojada, pese a que se le insistió una y otra vez para que ofreciera a los lectores de La Crónica, Vespertino de Chilpancingo, su versión de lo que está sucediendo desde antes de los comicios del 7 de junio del 2015, en la que finalmente ganó, pero han seguido los cuestionamientos durante proceso y ahora como alcaldesa por segunda ocasión.
Los más que pudo contestar insípidamente, que les agradece la publicidad que le han dado sus detractores, que ella está trabajando bien y que la última palabra la tiene el pueblo. 
El pasado  cinco de abril acudí junto con mi compañero Teodomiro Ortega de la Cruz, fotoreportero a la comunidad de Mártir de Cuilapan de la región centro de Guerrero con la encomienda de realizar una entrevista a Felicitas Muñiz Gómez, Presidenta Municipal de dicho lugar.
Habíamos acordado desde días antes la fecha y la hora en que nos veríamos para llevar a cabo nuestro trabajo reporteril y las oficinas de la delegación XVII del Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa fue el lugar acordado para la reunión a las ocho y media de la mañana. 
Desde muy temprano ya se hacía sentir el calor, presagio de lo que nos esperaría para el resto de un día donde la mañana era clara y sin olor, como se constató en la figura de la primera autoridad a la que se le buscó afanosamente  para abordar diversos temas, que finalmente nuestro cuestionario se quedó en el tintero.
Convenimos en ir a almorzar antes de emprender el dramático viaje que nos pondría de frente a la polémica presidenta municipal de Apango; así que nos encaminamos a un comedor rústico cercano al H. Congreso del Estado y degustamos unos deliciosos tacos de arroz con huevo o como dicen en mi tierra, “acorazados” con su respectiva salsa bien picosita, un calientito café negro de olla, pan dulce y agua de Jamaica.
Eran aproximadamente las diez menos diez cuando salimos de Chilpancingo hacia la mezcalera comunidad de Tixtla, Teo; como le digo de cariño a mi compañero en el periodismo pagó los pasajes de ida luego haría yo lo mismo con los de venida, el camino fue largo y algo tortuoso, al menos para mí porque mi compañero iba de lo más divertido.
 Aproximadamente a las once con cinco minutos llegamos a la comunidad también mezcalera de Apango, descendimos algo entumidos de las piernas y nerviosos de tan sólo pensar en lo que le había pasado al muchacho que en una feria del pueblo tuvo la osadía de parodiarla, esperábamos que con nosotros tuviera mejor humor. El pueblo me parecía muy pequeño, algo insípido, silencioso.
Inmediatamente nos dirigimos con pausado andar al H. Ayuntamiento del pueblo que se encontraba tan cercano de donde hicimos la parada, al entrar fuimos recibidos por gente extraña que corría de un lado a otro y por dos tipos, altos, corpulentos, de piel que parecía teñida por el sol y que estaban recargados en la pared como en señal de inactividad pero que quizá estaban haciendo labores de vigilancia pues uno de los “villanos” le hizo un  gesto hosco a su “parejita” para que hiciera reparo en nosotros, inmediatamente el nerviosismo me volvió a recorrer de las piernas a la cabeza y le comenté a Teo lo que ví. Él me miró dubitativo y sorprendido, sin atinar a comentar nada.
Escaleras arriba encontramos la oficina central donde atendía  la militantes distinguida del Partido Movimiento Ciudadano (PMC) Felicitas Muñiz Gómez, la corrupta munícipe de Apango; según los medios de comunicación y alguno que otro personaje.
Nos anunciamos como era debido y tuvimos que esperar a que ella nos recibiera mientras los diminutos mosquitos daban cuenta feroz de nosotros, entre el calor sofocante que había arreciado a esa hora del día. A los pocos minutos la vimos llegar, vestía un saco rojo y una falda blanca con vivos rojos, amplia y hasta las rodillas pero su maquillaje no la hacía verse tan bien como su vestido, sus ojos a veces verdes a veces color miel delataban un gesto frío, su mirada amordazaba el aire caliente del pequeño pueblo, me inquieté aún más y abracé a Teo, como pidiéndole en silencio que me cuidara….ella se percató inmediatamente de nuestra presencia y furtivamente acudimos a saludarla, luego aguardamos entre risas y febriles comentarios a que nos recibiera.
¡¡Por fin llegó la hora!!! Y nos recibió en la suntuosa oficina municipal, había pasado hora y cuarenta y cinco minutos desde nuestra llegada, sentada tras su escritorio nos vio caminar hacia ella, la mueca de su cara parecía haberse relajado, saludamos.
Rápidamente mencionamos el motivo de nuestra presencia a lo que ella visiblemente molesta contestó con prisa y una media sonrisa que aclaraba su enojo: “no tengo tiempo para entrevistas, no doy entrevistas y tengo una reunión, de haber sabido que venían a eso”.
Velozmente le dije que no le íbamos a quitarle mucho tiempo y que si gustaba la esperábamos a que terminara su reunión, haciéndole saber que de no hacer nuestro trabajo recibiríamos un regaño de nuestro editor, aceptó permitiéndonos estar presentes en la reunión.
Nos fuimos al auditorio municipal Teodomiro y yo, sabiendo que ya no alcanzaríamos la edición de ese día, el tiempo pasaba raramente lento para mí, a diferencia de mi camarada de oficio que parecía  no inmutarse de nada. 
La reunión del Comité de Planeación de Desarrollo Municipal (COPLADEMUNI) dio inicio en el enorme salón sin chiste. Comenzó con ella a la cabeza y culminó con la entrega de uniformes para policías municipales, el calor hizo extenuante nuestro trabajo y la reunión se alargó más de lo que yo pensaba, las horas cargadas de bruma parecían no tener fin.
Sin saber cómo explicarlo la señora Felicitas Muñiz Gómez, parecía imponerse con su temple y su saco rojo y sobresalir de las demás personalidades que ahí se congregaron, sus ojos aceituna vagamente miraba al par de reporteros que sumisos esperaban la hora de hablar con ella. 
Una rústica mozuela lugareña que quizá trabaja en el Palacio Municipal repartió entre los invitados refrescos de color negro, naranja y un señor de aproximadamente treinta y cinco años de edad y que parecía ser de la comitiva de la señora presidenta se “encabritó” al yo preguntarle si los uniformes eran para policías municipales o comunitarios pues no me quedaba clara esa parte.
Salimos del auditorio al paso de la munícipe y su cortejo, caminamos por el parque que quizá por el calor y la hora se encontraba vacío, aun cuando varios juegos de feria lo adornaban. 
Teo y yo la seguíamos a paso lento pero firme, haciéndole notar que seguíamos ahí, en espera de la entrevista, cuando de pronto al llegar a su casa uno de sus achichincles nos cortó el paso y nos condujo rápidamente al comedor comunitario que se encuentra frente a su casa, se podía respirar que nuestra prescencia les incomodaba, yo tomé la gráfica del lugar y Teodomiro charló un poco con nuestro guía, quien además transpiraba enojo e hipocresía con su falsa amabilidad y sólo hizo énfasis en que el anterior “preciso” no trabajó como la señora Felícitas lo hace. 
El comedor estaba exageradamente limpio y olía a comida recién hecha, pollo con verdura y frijoles, tortillas hechas a mano y un líquido color rosa que refrescó la sequía de mi garganta y a decir verdad aunque yo  no consumo frijoles, esos eran los frijoles más sabrosos que nunca había probado, Teo y yo comimos opíparamente, hablamos un poco entre bocado y bocado y nos despedimos rápido para no perder de vista a la presidenta municipal pero sobre todo para que ella no pensara que una “chayocomida” haría que quitáramos el dedo del renglón.
Posamos nuestras personalidades en el dintel de su puerta para hacerle saber que seguíamos ahí, una simplona muchacha de pelo largo y pantalón azul marino nos hizo pasar…..nos sentamos en unos sillones desgastados pero cómodos, una hora después, salió nuevamente el guía incómodo que nos llevó al comedor y nos hizo saber que su patrona no daba entrevistas, a lo cual respondí que llevaba por encargo de mi casa editorial un cuestionario y que no estaba dispuesta a retirarme sin respuesta alguna aunque me fuera el día en ello. Así que con el cejo fruncido dio media vuelta y llevó el recado.
Ya pasaban de las seis de la tarde y estábamos preocupados por el transporte, cuando de pronto apareció en escena y vistiendo su mismo saco rojo la propia Felícitas Muñiz Gómez, rápidamente nos levantamos para saludarla de nuevo y preparar nuestro equipo de grabación. 
Mecánicamente repitió que no daba entrevistas y que además se encontraba muy ocupada, se encontraba a centímetros de mí y de un solo tajo le alcancé el cuestionario que llevaba, apenas leyó las  primeras preguntas y volvió a su enojo, se sentó frente a nosotros recargada en la pared y enfatizó en no contestar nada por lo que mi compañero la tranquilizó y le pidió que abundara en el tema de la reunión, vagamente contestó.
Sobresaliendo el comentario de que Sergio Mota; “el dueño” de “La Crónica” sólo se dedica a atacarla, razón por la cual no iba a darnos la entrevista, le aclaró que él no era el dueño pero no logró que cambie de opinión y temiendo que nos corriera de mala manera.
Le pregunté ¿el por qué tiene tantos detractores y cuál era su mensaje hacia ellos?, sonriendo y en calma aparente contesta que les agradece la publicidad que le han dado, que ella está trabajando bien y que la última palabra la tiene el pueblo. 
Se levanta y nos agradece la visita. Nos despedimos rápidamente objetando que ya es tarde para la última pesera, agradecemos nerviosamente su atención mientras aceptamos un refresco de lata que nos hizo traer. 
Salimos de su casa y le pido a mi compañero que me deje ir al sanitario del comedor, accede y me apresuro pero estando ahí, le preguntó a una pareja de casados que habían hecho parada para comer ahí, quién era Sergio Mota…se miran uno y otro.
El señor me contesta con una media sonrisa, que el “Don” es uno que ha querido ser presidente municipal de Apango, doy las gracias y pido permiso para usar el sanitario, minutos después me retiro y alcanzo a mi amigo ansiosa ya por salir del feucho pueblo y escapar de la felonía de los mosquitos, negros y chiquitos como punto de lápiz.



Felicitas Muñiz Gómez, alcaldesa de Apango por el Partido Movimiento Ciudadano. (Foto: Teodomiro Ortega de la Cruz).

1 comentario:

  1. SOY UN CIUDADANO DE APANGO, Y LES DIGO A USTEDES COMO COMUNICADORES QUE ES LAMENTABLE Y SIENTO MUCHO POR LA ODISEA QUE PASARON, NO MERECEN ESE MAL TRATO DE ESA MUJER A QUIEN NO SE LE PUEDE NI LLAMAR SERVIDORA PUBLICA, MUCO MENOS REPRESENTANTE DE UN PUEBLO, QUE EN CONTRASTE CON ESE COMPORTAMIENTO, SIN LUGAR A EQUIVOPARME TIENE GENTE HUMILDE SIN PREPARACION ACADEMICA PERO ES HUMANITARIA Y TRATABLE CON LA GENTE QUE VISITA AL PUEBLO DE OTROS LUGARES DEL ESTADO. YO LES OFREZCO UNA DISCULPA A NOMBRE DE MIS PAISANOS, PERO REPRUEBO TODA ACTITUD DE ARROGANCIA, AUTORITARISMO Y FALTA DE SENSIBILIDAD DE QUIEN DICE LLAMARSE PRESIDENTA MUNICIPAL DEL MUNICIPIO DE MARTIR DE CUILAPAN, PORQUE ES UNA VERGUENZA QUE GENTES COMO FELICITAS NOS HAGAN QUEDAR MAL POR SU MAL COMPORTAMIENTO. MUCHO ANIMO.

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