martes, 16 de mayo de 2017

ARTÍCULO

Natalicio de Lázaro Cárdenas 
Apolinar Castrejón Marino

Jiquilpan significa “Lugar de jacarandas”, y es una pequeña población del Estado de Michoacán, cercano al lago de Chapala, donde efectivamente hay abundante vegetación, especialmente las jacarandas, que florecen en primavera, vistiendo sus ramas de color morado.
Ahí nació el 21 de mayo de 1895, el general y presidente de México, Lázaro Cárdenas, que es de los pocos gobernantes que los mexicanos recuerdan con respeto, y hasta con cariño, llamándolo “Tata Lázaro”.
Inició su carrera durante la revolución en Apatzingán en 1913 al mando del general Guillermo García, y un año más tarde alcanzó el grado de capitán por su valor. Al siguiente año, se sumó a las fuerzas de Plutarco Elías Calles, quien lo nombró coronel, y le encargó importantes misiones.
Apoyó el Plan de Agua Prieta, que desconocía al presidente Venustiano Carranza, y ganó el grado de general. Fue gobernador del Estado de Michoacán de 1928 a 1930, donde puso en marcha una estrategia política y social de apoyo a los pobres y campesinos.
Pero los michoacanos aseguran que se pasó de moralista, mandando cerrar bares y cantinas, tugurios y billares, donde se propalaba el vicio y la prostitución, porque, la consecuencia fue el surgimiento de las “casas de citas”, que disfrazaban la prostitución, y donde ejercían amas de casa, estudiantes, y jovencitas pobres.
En 1934 llegó a ser Presidente de México, y ahí se encargó de llevar a la práctica los postulados de la Constitución de 1917, especialmente, el  artículo 27, referente a la propiedad de la Nación sobre las tierras, minas y recursos naturales; y el artículo 127 destinado a  lograr mejores condiciones para los trabajadores.
Cárdenas ordenó una reforma agraria para eliminar el latifundismo, y  repartió 18 millones de hectáreas. Sin embargo, la gente de Michoacán asegura que aún quedaron bastantes terratenientes y latifundistas, entre quienes se cuentan precisamente su familia materna Del Río, y sus amistades.
Escuchó el descontento de los campesinos y lo canalizó, hacia una organización central oficial, la Confederación Nacional Campesina (CNC). Años después esta estructura fue utilizada por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) para el dominio y manipulación de la zona rural de todo el país.
En 1938 inició un largo conflicto con las compañías petroleras norteamericanas, que explotaban el petróleo mexicano, terminando con la expropiación de estas compañías en favor de México el 18 de marzo de 1938. El bardo zacatecano escribió años después “La suave Patria”, poema en que se incluye el verso:
“El niño dios te escrituró un establo,
y los veneros del petróleo el Diablo”.
Realizó el cambio más significativo en la educación reformando el artículo 3º de la Constitución, para impulsar la alfabetización en los más apartados rincones del país, mediante las que llamó “misiones culturales”. Además le dio un sesgo socialista: “La educación deberá combatir la ignorancia, el prejuicio y la superstición”.
Su política exterior fue de lo más brillante: dio asilo a los niños españoles, refugiados de la Guerra en su país, al igual que trabajadores alemanes expulsados, y al líder comunista León Trotski como refugiado político. Impulsó el arte y la cultura, combatió el vicio y la delincuencia y terminó con el caudillismo en la política.
Plutarco Elías Calles había designado a Cárdenas como su sucesor, pensando que podría manipularlo como a un títere, así que como expresidente continuó entrometiéndose en asuntos de la presidencia… hasta que Cárdenas se hartó de él y decidió desterrarlo del país.
De su matrimonio con la señora Amalia Solórzano nació su hijo Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, quien se ha dedicado a usufructuar la herencia de su apellido, aunque sin el valor, ni el talento de su progenitor.
Por obra y gracia del sistema político “revolucionario”, ha sido senador, gobernador de Michoacán, y jefe de gobierno del Distrito Federal. Fue candidato a la presidencia de la República, resultando ganador según conteos internos y externos. Sin embargo, el sistema electoral tramposo, anuló estos resultados, dándole el triunfo a  Carlos Salinas de Gortari.
Cuauhtémoc Cárdenas inició una etapa de resistencia en contra del sistema político, como el que sale a la calle a buscar trabajo, rogándole a Dios no encontrarlo, porque cuando vio la gran cantidad de población que lo seguía enardecida, teniendo a la vista el palacio nacional para tomarlo, les dijo a sus seguidores que mejor lo dejaran para otro día.

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